domingo, 10 de septiembre de 2006

¿Registro en Águilas?



El domicilio habitual del actual alcalde de Águilas, Juan Ramírez Soto, del PP, y designado candidato de su partido a las elecciones de 2007, en la céntrica calle de Cassola, podría haber sido registrado por la Guardia Civil muy a principios de septiembre, según un insistente rumor que circula por esta localidad costera murciana, hoy símbolo de potencial y real “pelotazo” urbanístico, desde hace varios días entre sectores muy cualificados de su sociedad civil y de significativos miembros de la oposición de izquierdas.

La supuesta diligencia habría sido consecuencia de un teórico mandato judicial que la imaginación popular relaciona ya con la manifiesta amistad del metalúrgico Ramírez con el barman Julián Muñoz e Isabel Pantoja. La hoy muy cuestionada tonadillera está precisamente invitada esta misma semana, a instancia del propio alcalde, a actuar en la entrega de los reconocimientos a quienes han sido nominados “aguileños del año” por haber sido anteriormente pregonera del Carnaval. El citado acto se considera, no en vano, el primero ya preelectoral del PP en el municipio.

Los organizadores del evento aseguran que la dueña de “La Cantora” viajará sin dudar el próximo fin de semana hasta Águilas y que el alcalde Ramírez presidirá este acto lúdico-político, tres días después de que el presidente Valcárcel, y confirmado candidato del PP al palacio de San Esteban, acuda a inaugurar la nueva desalinizadora en la diputación aguileña de la Marina de Cope.

La acelerada delegación provisional del cargo por Ramírez en la primera teniente de alcalde y diputada regional, Catalina Lorenzo, ha terminado de desatar una aparente conjetura, que parece tener algún fundamento a tenor de las diferentes versiones verosímiles que corren de boca en boca pero que ninguna instancia autorizada termina de confirmar a pesar de las investigaciones ya abiertas por la Fiscalía del TSJ de la Región de Murcia.

Sin embargo, la primera autoridad local, como todos los años por estas fechas, tenía previsto iniciar sus vacaciones, que en otras anteriores ocasiones ha disfrutado en la casa que su hija posee en la ciudad suiza de Basilea, y que en esta oportunidad parece había cambiado por un crucero en compañía de su cuñado, y también concejal del PP, el conocido estilista y marchante de arte, Juan Pérez, con sus respectivas esposas hermanas.

Los elementos comunes de esos rumores apuntan que una brigada especial anticorrupción de la Benemérita, con base en Cartagena, sin avisar previamente a mando alguno del cuartel de Águilas, al parecer registró el viernes 1 de septiembre el citado domicilio del señor Ramírez y también el chalé veraniego que comparte con su hermano al comienzo de la playa de La Cola. En el primer supuesto, su esposa se encontraría sola en el piso, y del segundo no circulan versiones detalladas. Su hijo, Felipe, está empleado desde hace algún tiempo en la O.P. que “Caja Murcia” tiene justo enfrente de la casa de sus padres y a espaldas del nuevo edificio del Ayuntamiento.

Como consecuencia de ambos supuestos registros se especula con la aparición de 700.000 euros, aún pendientes de justificar su procedencia por Ramírez, y con la recomendación policial de que el alcalde no abandone la población mientras se mantenga abierta la presunta investigación judicial.

Se especula también con que el registro se haya extendido al chalé próximo que su yerno, súbdito suizo y de antes empresario de fortuna, posee en Calabardina. No ocurre lo mismo en el caso de su consuegro, señor Lorenzo, del que se afirma acaba de adquirir una finca dentro del término municipal tras pagar 900 millones de pesetas, más de 5 millones de euros.

Ninguna versión sustenta bien que, además, se le haya retirado el pasaporte, y Ramírez, más conocido en la calle como “Charqueles”, no ha vuelto a ser visto en el pueblo desde el citado 1 de septiembre. Últimamente circulaba con escolta tras las fuertes diferencias mantenidas con el inversor unionense residente en Orihuela, Trinitario Casanova Abadía, presidente del Grupo “Hispania” y editor de “El Faro”, a causa de la no recalificación urbanística final de la polémica finca de La Zerrichera. Este especulador se siente tan maltratado, que ha abandonado también la presidencia del club local de fútbol ante la total indiferencia del alcalde.

Casanova se siente discriminado frente al trato, piensa él más favorable, dispensado por el alcalde a otros promotores inmobiliarios del municipio, caso del notario de Lorca, Sebastián Fernández, del que también se rumorea habría “reservado” sendos chales para Ramírez y Pérez, justo encima del mar y al pié de la nueva y criticada urbanización construida hoy por su heredada empresa familiar, horadando parte de la colina que cierra la playa del Hornillo por el norte, hasta, se dice por muchos aguileños concienciados con el medio ambiente, desvirtuar fuertemente el histórico paisaje litoral local, con la total y absoluta connivencia del actual alcalde.