domingo, 21 de enero de 2007

Francisco Poveda habló ayer lunes en el Aula de la CAM sobre "Los entresijos de la Comunicación"




El presidente de la Asociación de Periodistas y Editores Independientes de la Región de Murcia, Francisco Poveda, habló ayer lunes por la tarde sobre “Los entresijos de la Comunicación” en el Aula de Cultura de la Caja de Ahorros del Mediterráneo de la ciudad de Murcia, en su calidad de presidente de la Corporación Azahar Media.

El acto estaba organizado por Cáritas Parroquial de Santa María de la Paz, del barrio murciano de La Paz, dentro de los actos programados para su XII Semana Cultural y Solidaria, y estuvo seguido de un coloquio moderado por el profesor Nacho Tornel entre el centenar de asistentes que allí se dieron cita.

En su intervención Poveda certificó la actual democratización informativa real ante la catarsis provocada por las nuevas tecnologías de la información y la comunicación debido a la incorporación activa de los ciudadanos a través de Internet. Pero defendió la necesidad, por garantía, de la figura del periodista profesional como experto mediador en el tratamiento de contenidos en esa nueva realidad tecnológica."La complejidad nos supone exigencia y evolución, cuando la perspectiva profesional del periodista parece necesaria para no acabar en la confusión de esa nueva Torre de Babel que significa una gigantesca nueva escala de la información".

Tras distinguir entre periodistas y propagandistas, certificó también la actual fragmentación de las audiencias y emisores para luego señalar a Internet como refugio del gran público lector, dentro de un escenario donde la prensa de papel ya compite directamente con el libro cuando no es fiable o va por detrás de los conocimientos de unos lectores a los que ya no sorprende. "Porque el público tiene hambre de noticias pero la calidad depende mucho del grado de libertad.".

Al preguntarse en voz alta qué está pasando, contestó que una revolución en los soportes y mucho menos en los contenidos, una dictadura residual de los grandes anunciantes (sectores financiero, construcción, gran distribución y administraciones públicas), un acusado descenso de ventas en la prensa de pago de menor calidad y la irrupción en el negocio de falsos editores, que enmascaran otras actividades económicas al borde de la legalidad cuando no un evidente blanqueo de capitales opacos.

A su juicio, la única salida está en la libertad y en la calidad porque el servicio a los lectores debe primar sobre el dividendo al accionista. "La empresa informativa que hace tongo, se desploma. Todo es manipulación en la información pero hay que respetar unos límites, que son la inteligencia del lector. El ciudadano detecta rápidamente las medias verdades. El genio ya se escapó de la botella en manos de los caciques, las mafias y la oligarquía financiera porque el siglo XXI trae la revolución de la Información y el Conocimiento".

Para el presidente de Azahar Media, "el periodismo de calidad, o es conocimiento, o no es periodismo, cuando el conocimiento es menos susceptible de manipular que la información". Este periodista piensa que el verdadero poder social de su profesión radica en su no dependencia, en ayudar a formar criterio y en detectar, interpretar y explicar las causas de lo que pasa y por qué. Apuesta por su vuelta a un papel central si se quiere rescatar la credibilidad de la actividad como función social. "El genio de esta botella tiende a escaparse siempre".

Constató como realidad residual en el Periodismo actual, la abdicación de los mediocres, la cobardía de los tibios y la traición de los envilecidos, para afirmar a continuación que "hay la misma corrupción que en el resto de la sociedad" pero que Robin Hood es un personaje de ficción, don Quijote un personaje utópico y Ciudadano Kane "sólo una película". Insistió en que el periodista nunca debe ser noticia, pero sí su intérprete, verificar los hechos con independencia. "El futuro de esta profesión mantendrá su esencia, espero, por su inequívoca vocación de servicio al género humano".

En el momento más álgido llegó a decir que "no hay verdadera democracia participativa sin medios libres" y señaló la necesidad de separar en Internet la paja del grano cuando el dominio de las fuentes debe ser una destreza propia del periodista profesional. "El periodista no crea, refleja una realidad". Luego se mostró convencido de que ahora la libertad de prensa sí es más libertad de expresión y de que un periodista "ni es un policía, ni un fiscal, ni un juez, aunque pueda acabar siendo una especie de "casco azul" intentando extraer el orden del desorden, e identificar y denunciar la desinformación".

Para finalizar, concluyó que la comunicación periodística está en plena evolución positiva, que la prioridad vuelve a ser el lector, que es determinante el papel de las alternativas a lo preexistente, que son posibles pequeñas empresas para alcanzar grandes audiencias, que se da el resurgimiento y una nueva necesidad de la figura del periodista profesional autónomo y no dependiente, que es irreversible la reducción del uso del papel a periodicidades amplias y selectivas, y que hay que adiestrar a los periodistas para administrar caudales de información.