lunes, 26 de marzo de 2007

Saura revela que promoverá una ley regional de campos de golf para regular número y ubicación


LORCA.- El secretario general de los socialistas murcianos y candidato a la presidencia de la Comunidad autónoma por el PSRM-PSOE, Pedro Saura, ha asegurado hoy que su partido promoverá una ley de campos de golf a través de la cual se ordenará su número y ubicación.

Saura, que ha realizado el anuncio en el marco de un encuentro con empresarios del sector turístico y hostelero de Lorca, organizado por la fundación ‘Redes de Futuro’, ha asegurado que la legislación recogerá aspectos como las necesidades de recursos para su implantación al tiempo que se limitará el número de edificaciones en torno a los mismos.

El líder de los socialistas murcianos ha afirmado que se trata de una medida ya implantada en otras comunidades autónomas y que posibilita regular una actividad en la que debe primar el respeto medioambiental, la adecuada ordenación del territorio y los proyectos de calidad que reporten beneficios a todos los agentes sociales.

Por otra parte, Saura ha afirmado que debe cambiarse el modelo turístico de la Región de Murcia a tenor de los problemas que padece el sector y ha aportado datos que lo sitúan en los mismos parámetros de 1999, cuando el conjunto de pernoctaciones era del 1% y la estancia media del 70%. Saura apuntó que el turismo representa el 7% del PIB regional, mientras que en España supone el 12%.

Aseguró que “en el turismo nos jugamos el futuro de la Región”, que tiene recorrido “si hacemos bien las cosas”, y aportó como soluciones el desarrollo de un Plan Territorial de Turismo, la puesta en valor de un entorno medioambiental y patrimonial de la Región “de calidad”, la formación continuada del capital humano implicado en el sector, la apuesta por las nuevas tecnologías como vehículo transmisor de los atractivos turísticos, y la potenciación de nuevos productos como el turismo cultural o de salud.

Saura aseguró que es fundamental la racionalidad en la política urbanística y apostó por la nueva Ley regional del Suelo, al tiempo que aseguró que “Valcárcel se avergüenza de su propio modelo que va en contra del medio natural y sólo persigue la especulación”.

El interventor bloquea el pago de viajes en aviones privados de Zaplana como ministro


MADRID.- El interventor delegado de Hacienda en el Ministerio de Trabajo ha vetado el pago de dos facturas y censurado otras tres de una compañía privada de aviación por juzgar los gastos injustificados. Todas ellas corresponden a servicios prestados por esa compañía a Eduardo Zaplana cuando era ministro de Trabajo entre 2002 y 2004. En los informes, a los que ha tenido acceso EL PAÍS, el interventor reprocha que, tras prescindir del uso de líneas regulares -gratuitas entonces para los ministros-, no tramitó correctamente la contratación de los aviones privados ni detalló su precio ni su pasaje.

Fuentes próximas a Zaplana aseguraron que estos vuelos estuvieron justificados por la agenda del entonces ministro. El actual portavoz del PP, según las mismas fuentes, es ajeno a su impago o a los defectos de las facturas.

Zaplana gastó en viajes en aviones privados durante sus dos años escasos de mandato en Trabajo 150.000 euros. De ellos, el interventor ha bloqueado dos por importe de 9.000 euros y cuestionado otros tres más por 43.000 euros. Merced a un convenio, en vigor hasta hace meses, los principales cargos ministeriales podían volar gratis en Iberia o recurrir a los aviones del Ministerio de Defensa. Pero Zaplana recurrió con asiduidad a otra vía distinta: el alquiler de jets privados de las compañías Gestair y Transportes Aéreos del Sur. En total, una veintena de viajes, en su mayoría en noviembre de 2003. El pasaje de tales aviones privados, a tenor de las facturas visadas por sus ex colaboradores, incluyó un amplio abanico de personas, no siempre identificadas, o sin cargo ministerial (escoltas que viajan en solitario). El interventor delegado de Hacienda en Trabajo no sólo puso reparos a esos gastos: llegó a impedir el pago de facturas que dejó pendientes Zaplana.

- 30 de mayo de 2003. Zaplana presentó el 30 de mayo de 2003 dos facturas por sendos vuelos con Gestair (de Valencia a Madrid y de Madrid a Málaga) por más de 9.000 euros. Los reparos por los que el interventor vetó su pago son los siguientes:

"Se ha realizado un gasto sin fiscalización previa, por lo que se estaría en el supuesto previsto en el artículo 156 de la ley presupuestaria, que dice que no se podrá reconocer obligaciones ni tramitar el pago hasta que se subsane la omisión de dicha fiscalización.

No se incluye ninguna documentación acreditativa de la aprobación del gasto, o de la comisión o comisiones de servicio en las que el mismo se encuadra. Tampoco se identifica a la persona o personas que hicieron uso de dichos servicios de transporte. Por otra parte, se observa que se tramita el gasto como una indemnización por razón de servicio, aun cuando las facturas se emiten a nombre del Ministerio.

Las facturas se emiten el 30 de mayo de 2003, por servicios realizados el 6 de mayo de 2003, pero en ellas se detalla únicamente el itinerario realizado, sin que conste si se factura el precio de uno o más pasajes o el importe global del alquiler de un avión. En cuanto a la conformidad de las facturas, se observa que se producen dos años después de la prestación del servicio, y sin que se detallen las circunstancias por las que existe constancia de que se hubieran realizado dichas prestaciones. (...) Existe contradicción sobre el carácter -original o duplicado- de las facturas, pues ambas expresiones figuran conjuntamente en las dos facturas incorporadas al expediente".

Gestair ni cobró ni reclamó. La intervención, sin llegar a exigir su impago, cuestionó otros vuelos de Zaplana en jet privado por parecidas razones.

- 21 y 23 de noviembre de 2003. Zaplana presentó cuatro justificantes por cuatro desplazamientos con Gestair los días 21 y 23 de noviembre de 2003, trayectos Madrid-Valencia-Madrid y Madrid-La Coruña-Madrid por importe total de 11.982 euros. El interventor presentó su reproche: "En ninguna de las cuatro facturas presentadas consta el recibí de la empresa ni se acompaña documento alguno que acredite que la obligación ha sido satisfecha".

- 27 de noviembre de 2003. Zaplana viaja acompañado de seis colaboradores en un avión de Gestair de Madrid a Tenerife y regresa en el día. Presentan siete facturas (2.300 euros el ministro, 4.770 cada acompañante). El interventor puso serios reparos: "De esta justificación se deduce que se ha utilizado un medio especial de transporte, alquiler de un avión; sin embargo, no se ha tramitado un expediente de gasto conjunto por el importe total del alquiler, que sería lo procedente de acuerdo con lo establecido en el real decreto 725/89, sobre anticipos de caja fija, que dice que no podrá fraccionarse un único gasto en varios pagos. En las facturas no consta el recibí de la empresa ni se acompaña documento alguno que acredite que la obligación ha sido satisfecha (...). El desplazamiento no se ha efectuado por líneas regulares, sino que se ha utilizado un medio especial de transporte -alquiler de un avión-; sin embargo, en la factura expedida por Gestair no consta si el importe que figura corresponde al precio de un pasaje o a la tarifa global de un servicio de transporte".

Zaplana alquiló aviones (6.000 euros) para volar de Madrid a Barcelona, unidas por puente aéreo. Hay viajes suyos al extranjero (Edimburgo, 15.000 euros) soportados por meras notas de ordenador. También inquietó a sus funcionarios fiscalizadores que no identificase a los usuarios de jets alquilados: Madrid-Valencia de 12 de noviembre de 2003 por 3.873 euros; Madrid-Valencia-Madrid el 21 de noviembre de 2003 por 6.400 euros; Madrid-Vitoria-Madrid el 26 de junio de 2003 por 3.500 euros; y Madrid-La Coruña-Madrid el 23 de noviembre de 2003 por 5.500 euros.

En ocasiones, los pasajeros identificados son meros escoltas que vuelan en solitario en jet: Asturias-Mallorca-Madrid por 2.000 euros o Palma-Asturias-Palma por otros 2.000.

Gemelos de oro, pañuelos de seda y carteras de piel entre los gastos de protocolo

Los gastos protocolarios de Zaplana al frente de Trabajo también llamaron la atención de sus funcionarios fiscalizadores. De julio a diciembre de 2002, el ex ministro consumió 36.979 euros en este capítulo, que elevó a 67.000 euros en 2003, y a 78.577 en 2004, aunque desde el 14-M estaba en funciones y cesó en abril. Por encima de su cuantía -más de 183.000 euros-, destacan sus aspectos cualitativos.

Zaplana recurrió a lujosas tiendas de joyas, algunas de ellas valencianas, para comprar costosos objetos de regalo protocolarios. Salvo en el caso del Papa -al que regaló un cáliz de plata de 2.000 euros- o el rey de Marruecos -al que compró unos gemelos de oro por 1.349 euros-, hay una larga lista de lujosos objetos de regalo de los que sólo hay constancia de que los compró y pagó Trabajo, pero no para quién. Su destinatario real fue y es un secreto para la intervención.
Echarpes y corbatas

En este saco se hallaban, en apretado resumen, los siguientes objetos: un maletín de coco comprado en Veramonti por 292 euros; unos gemelos de plata a balle de tennis; unos echarpes de seda la rosee y de seda patchwork y una corbata de seda twill comprados en Hermes por 1.000 euros; estuches de gemelos piel y carpetas portadocumentos en piel por valor de 5.000; tres artículos de regalo en Hermes por valor de 600 euros; un objeto por 397 euros comprado en la joyería valenciana Gracia; otro por 405 euros comprado en Diseño Antonio Romero; 20 bolsos de piel de becerro tamaño mediano comprados en Hermes por casi 5.000 euros; una jarra de plata comprada por 500 euros en la joyería Suárez; una bandeja octogonal lisa y el reloj Fossil todo acero de señora comprados en la joyería Gracia por 1.168 euros; unos gemelos en plata por 771 euros en José María Milán; una pulsera de 130 euros de Loewe; 23 tarjeteros de plata de la consabida joyería valenciana Gracia por 3.500 euros; dos jarras y una bandeja de plata por 1.550 euros de joyería Suárez; un reloj de la misma joyería por 240 euros; un lalique florero lirio de Gracia por 442 euros; tres gemelos Logo de Loewe por 207 euros; un tarjetero por 300 euros de Gracia; un centro azucarero de Gracia por 413 euros; una cartera y un maletín de Loewe de 1.000 euros; un chal pespuntes y un chal anagrama de Loewe por por 354 euros; un pañuelo seda twill y un echarpe unie brodee cachemir de Loewe por 992 euros; una bandeja de plata de Gracia por 399 euros; 11 estilográficas de González Aragoneses por 3.223 euros; y un objeto no identificado de la joyería Suárez por 365 euros, entre otros.

Regalos para la familia

El uso del presupuesto para atenciones protocolarias del Ministerio de Trabajo con Zaplana presenta singularidades: el listado de personalidades a las que con dinero público se envió regalos navideños incluye a su familia (sus hermanas Luisa y Carmen, su madre Rosario y su cuñada Rosa Barceló). Fuentes próximas a Zaplana aseguran que puede tratarse de un error, ya que "Zaplana jamás cargó un gasto personal al presupuesto".

Sus gastos ministeriales, sin embargo, presentan contradicciones. Igual pasaba facturas, sin mayor detalle, de una comida tras su toma de posesión por 1.440 euros en el restaurante madrileño Horcher, o en el club Siglo XXI por 600 euros, que presentaba una exhaustiva relación de justificantes para que le devolvieran el dinero que había donado en mesas petitorias por causas benéficas (Cruz Roja, lucha contra el cáncer, etcétera). Pormenorizaba el fin de la cuestación, la ubicación de la mesa, quién la presidía (su esposa, la del ex ministro de Agricultura, la del ex alcalde, una infanta real, etcétera), y el monto que había entregado de su bolsillo y pedía recuperar (de 60 a 120 euros, máximo correspondiente a la mesa de su esposa).

Igualmente, durante 2003 y 2004 pasó decenas de facturas de gastos de la cesta de la compra -al margen de los catering que contrató por 22.000 euros para sus comidas oficiales- con destino al pabellón ministerial por más 5.000 euros.

Cada ticket de compra -siempre de importe casero y abonado en tiendas cercanas al ministerio y a su domicilio- registraba hasta el menor detalle: chicles Trident, 0,55 euros; Danissimo, 1,89; galletas Kely, 1,43; apio, 1,30; cuajada oveja, 4,50; helados Haagen-Daaz, 5,35; bocata seis cereales, 1,32; champiñón, 1,86; ketchup, 1,15; lentejas, 1,29; membrillo, 1,24; pasta Buitoni, 1,77...

Las fuentes próximas a Zaplana aseguran que dichos gastos estaban destinados a cenas de trabajo. Desde diciembre de 2002, Zaplana poseía un piso en Castellana, la misma calle del Ministerio de Trabajo. (Francisco Mercado)
De "El País"