El fantasma rancio y mentiroso de San Esteban / Apunte de Argárico

En el palacio murciano de San Esteban habita de tiempo un fantasma mentiroso y fatuo, un rancio esperpento del XIX proveniente del barrio de Santa Eulalia que, absolutamente falto de amueblamiento intelectual, aplica su picaresca genética a los asuntos públicos y se ríe de los mortales de a pié abusando de su candidez e ignorancia. Cruel esa forma de considerar a la gente que te vota y que algún día puede tenerte a su merced para resacirse de la burla. Recordemos cómo acabó Mussolini, un fascista como los nuestros. O Milosevic. O Ceaucescu. O Idi Amín Dada.

Sucede que, con el paso del tiempo, a este fantasma ya no le creen ni los ujieres clientelares que, por si acaso, llevan meses fotocopiando todo lo que cae en sus manos. Lo que sucede también es que el fantasma este de Santa Eulalia entretiene a los bienpensantes mientras su particular "Fantomas" y el socio patiñero hacen su agosto amasando... y no precisamente pan. "Dame pan y dime tonto", reza el viejo refrán castellano desde el peculiar siglo de oro español. "Pide agua y dime listo", que dijo el gacetillero de Ceutí como gran ideólogo de la estrategia boomerang

Primero fue Corvera, un aeropuerto inviable de cuya sociedad promotora se van desentendiendo los hombres de negocios que ya no ven negocio y necesitan el dinero para el suyo propio en tiempos de turbulencia financiera. Poco se habla de ese proyecto en esta pre campaña electoral mientras uno de los más comprometidos ha llegado a sentenciar en privado que "esto del aeropuerto ahora va para largo". Faltaba la deuda de "Sacyr" con los bancos, casi tanto como el beneficio que repartieron entre todos ellos en 2007. La crisis en ciernes ha reventado esta gran falacia del fantasma, pienso que para siempre. A la suerte del proyecto de Castellón me remito.

Porque el socio estratégico, dirigido por un murciano, bastante tiene con salvar ahora los muebles de su sede madrileña, visto lo mal que va en Bolsa y lo que le queda por bajar. Y no hablemos ya de nuestras dos cajas de ahorro, ambas en el punto de mira de todas las escuelas de negocios como ejemplo de lo que no se debe hacer en época de fiebre inmobiliaria desatada. No están para muchos vuelos, más bien para procurar un aterrizaje suave, si todavía es posible a tenor de lo que se dice en círculos internacionales no manipulables, que pronostican lo que pronostican. Después del 9 de marzo, algunas calvas y a la UVI en espera de voluntarios para tragarse el marrón. ¿La de Madrid de nuevo en la lontananza? Expertos tiene Castilla... y León también.

Poco antes, el "agua para todos" pensado para tontos. El gran timo electoral de la estampita, válido para los ciudadanos más primarios y menos ilustrados de entre nosotros. Y eso sin restricciones en ningún punto de la Región, sequía tras sequía. Murcia retrocede, no por falta de agua, sino por ausencia de competitividad y una productividad por los suelos. Los amigos del fantasma saben que ya casi no hay salida ni horizonte, y alguno "hace caja" desde la Caja tras el gran fiasco del ladrillo. ¿Existe una policía financiera en el Banco Central Europeo? Pues que hable con el FBI por un feo asunto de blanqueo de dinero. Ahí está, atacando de nuevo, el abogado Diego de Ramón, ahora con territorio ampliado de actuación a toda la Comunidad Valenciana, donde también cuecen las habas de las hipotecas de alto riesgo con el sello de Eduardo.

Esta es la enorme ruina que nos ha traído a los murcianos el más chulo de Santa Eulalia, al margen de la crisis financiera trasatlántica, que va a terminar de plancharnos a final de la primavera. Además, es el único culpable de haber despertado las pretensiones dormidas de los manchegos con el trasvase del Tajo. El que iba a dejar sin agua a Murcia era únicamente él si el Estado no se adelanta para evitarlo, con las desaladoras y la ley de explotación del trasvase en la mano. Demagogia aparte, es de canallas jugar con la buena voluntad y confianza de nuestros regantes. Alguno o algunos debieran ahora pedir explicaciones.

Luego el parque científico, aquí que carecemos de ellos y no nos caracterizamos, precisamente, por haber descubierto algo trascendente para la Humanidad. Un lugar así no se puede improvisar con el puro voluntarismo que destila el fantasma de San Esteban. Necesita de un sustrato intelectual, del que la Región carece, y de una tradición que aquí es ajena porque somos una tierra más cercana al Magreb que a los Pirineos. Después de como nos deja el informe "Pisa", parece más aconsejable comenzar por arreglar primero nuestra EGB. ¿Sabe el fantasma cómo se percibe desde fuera -corrupción generalizada aparte - la Región de Murcia? Como la más atrasada de España en mentalidad, cultura y riqueza real. Y eso no hay campaña de imagen que lo arregle, ni en 25 años después de su gran contribución personal a esa ruina.

Y la última gran fantasmada del esperpento político en que ha quedado Moncho Trolas: el Silicon Valley en versión Balsicas. Pero, ¿sabe este cateto, ahora con gafas de concha, que la versión buena del Valle del Silicio es una pura concentración universal de talento, hoy algo en crisis y con muchas fugas? Habla de oído y no sabe lo que dice perullo semejante. Pero habrá quien necesite creerse que si "don José Iniesta levantase la cabeza, lamentaría haberse muerto tan pronto, hace otros 25 años". Posiblemente oculta un último intento de salvar el negocio inmobiliario y hotelero de los amigos de "Fantomas" con el dinero de todos los ilusos que se creen lo que dice este impostor.

Delira este idiota político teniendo como tiene los hospitales y los colegios públicos. Ahora le da por el cine para evadirse de la gestión ordinaria. Y empieza por el cuento de la lechera en tiempos de crisis del IVA como recaudación tributaria. Que si primer centro de Europa, que si primer centro del mundo, que si actuación de interés regional (como el ahora más que incierto Cabo Cope), que si 200 empresas, que si 3.000 empleos, que si miles de plazas hoteleras, que si dos tercios de la inversión ha de ser privada (vas listo), que si...y muy cerca las lechugas por los suelos y los inmigrantes migrando a otras regiones españolas con futuro aunque sea en blanco y negro antes que virtual. Nada menos que 1.500 millones de euros para imitar, envidioso, la alicantina "Ciudad de la Luz", que al final también ha resultado un timo como "Terra Mítica".

No se si el fantasma se está riendo de todos nosotros, o de verdad está convencido de que Murcia puede ser referente mundial en algo que no sea el lanzamiento de huesos de oliva. Más debiera preocuparse de la inminente aparición, en nuestra corrupta escena política regional, de varios inspectores de la Intervención General del Estado para poner boca arriba las delegaciones de Hacienda de Murcia y Cartagena tras lo publicado por "El País" el pasado domingo. Abrochense el cinturón los que vayan a volar por los aires...que son algunos. Se acabó alternar con las mafias.

Y que no diga el fantasma que no le compete porque la cosa va en serio y puede terminar en el descubrimiento de un delito fiscal continuado, que lleva aparejada pena de prisión. Como Al Capone: desimputado de un delito y condenado por otro. Su actuación se va a centrar en todas las actas de inspección de una sola empresa y de Torre Pacheco. Adivinen. Eso puede afectar a gente próxima a "Fantomas", y a "Fantomas" mismo si el hilo lleva al ovillo de una extraña cuenta en la oficina de Ginebra de una muy conocida, por los murcianos y alicantinos, entidad de crédito.

De poco vale ya presumir de que "somos amigos del Banco de España" o de que a los jueces de Murcia "los tenemos muy contentos", si entra al tema la Audiencia Nacional y no precisamente con el juez Juan del Olmo. Alguno perderá hasta la sábana cuando salga corriendo y no precisamente para rodar en Balsicas la película de su vida. Pero, ¿qué nos cuenta ahora este mentiroso compulsivo y descarado? Está más acabado que el Club Remo pensando que aún llega a tiempo de poder besar todavía a Sofía Loren. Que se conforme con la Besora aunque esté desaparecida en combate desde que se descubrió todo aquel tongo tan cutre.