Lo que dice Cerdá no es ninguna tontería / José Antonio Martínez-Abarca

Admito que siento preferencia por el consejero de Agricultura y Agua (y ahora, Medio Ambiente) del Gobierno murciano, Antonio Cerdá. De él podríamos decir lo contrario que de Rodríguez Zapatero acaba de publicar “The New York Times” (¡y además como presunto elogio! Cómo serán entonces las críticas): “es uno de esos socialistas europeos que parece divertirse con todo y no comprometerse con nada”. Cerdá no parece divertirse con cosa alguna (al menos, mientras está en su puesto) y por contra se toma muy a pecho hasta las nimiedades.

Está claro que no es un político postmoderno, ni un relativista jugón, ni un nihilista con cargo al presupuesto.

Un pajarito me contó sobre una cena en Alemania, hace un par de años, en la que estaban presentes el presidente Valcárcel, Cerdá y algunos empresarios del sector agrícola y también de la construcción. A ciertas alturas de la cena, Cerdá, que no se calla, dijo lo que pensaba (y por cierto el tiempo le ha dado la razón) en la cara de los empresarios presentes: “vosotros, sí, vosotros tenéis la culpa de como está el mercado”.

No sé si se refería al ladrillo, a los cítricos, a la cultura de la queja ante el poder político, esperando que éste lo resuelva todo, o bien a la falta de presencia de los más significados representantes de la sociedad civil en la petición de agua, o qué. Lo importante es que se suscitó un virulento intercambio de pareceres que tuvo que moderar, o cortar, el propio presidente regional. Así es Antonio Cerdá. Desde luego, no parece Pío Cabanillas padre, aquel de “todavía no se sabe si hemos ganado las derechas o bien las izquierdas”, ni falta que le hace.

Decía que siento debilidad por este consejero en particular, y escucho siempre con atención todo lo que dice, desde luego muchísimo más de lo que se puede decir del político tipo de hoy, que sólo suele hablar con la consigna del día, como quien escribe “grafittis” con plantilla. “El sector agrícola es el único que puede paliar los efectos de la crisis (en Murcia)”.

Tiene toda la razón. Es cierto también: aquí hemos escrito que el modelo de desarrollo agrícola, en la Región, está muerto de pie, que en un mundo sin fronteras no tiene futuro realista, como dinamizador global de una comunidad autónoma que está obligada a crecer a más ritmo que el resto si quiere alguna vez llegar a la media de renta europea.

Pero tal vez haya que seguir tirando de ese modelo, que es el mismo de los años sesenta aunque matizado, en unos tiempos en que, otra vez Cerdá tiene razón, no se ve por ningún lado qué otro modelo de desarrollo podría tirar del carro.

Tal vez hasta el 2010, por lo menos, debamos prestar más atención a la agricultura antes que a otra cosa, ya que el modelo que teníamos en ciernes, el turístico, que sigue siendo válido para el futuro de la región, el único válido, ahora mismo está, como es notorio, frenado en seco (un ex alto cargo del Gobierno regional me contó hace poco que quizás este extremo haya tenido que ver algo en la salida del consejero Ruiz Abellán del Gobierno: alguien se acordó de que le habían encargado a Ruiz Abellán, dos legislaturas atrás, la consecución del santo y seña del modelo turístico regional, la marina de Cope, con la mala suerte de que la crisis ha llegado ocho años después y lo de la bandera turística regional, Marina de Cope, sigue más parado que un avión de mármol, como dicen en Andalucía). Cerdá tiene algo que decir.

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