viernes, 4 de enero de 2008

Ochenta y tres cajas de seguridad desaparecen de la oficina de "Caja Murcia" en Torrevieja

TORREVIEJA.- En lo que se considera uno de los golpes a entidades bancarias, más importantes y limpios de los últimos meses en la provincia de Alicante, unos ladrones lograron llevarse en año nuevo más de ochenta cajas de seguridad privadas de la oficina de "Caja Murcia" en Torrevieja, según fuentes de la investigación que lleva a cabo la Guardia Civil de la Comandancia de Alicante.

Los butroneros, se supone que muy profesionales por la rapidez y limpieza, actuaron con total tranquilidad y apenas dejaron pistas que puedan conducir hasta ellos pese a haber abierto un perfecto boquete de un metro cuadrado. Se especula conque las cajas de seguridad robadas en "Caja Murcia" guardasen gran cantidad de dinero negro y hasta se cita, como rumor, una cantidad que oscila entre los 60 y los 100 millones de euros opacos al Fisco.

No obstante, los responsables de la oficina de "Caja Murcia", sita en la avenida de las Cortes Valencianas, dicen desconocer el importe sustraído al ignorar su personal lo que contienen las mismas. Tampoco ha trascendido si entre los clientes con caja de seguridad en esta sucursal hay muchos o pocos de nacionalidad rusa y de otros países del Este, dado la gran colonia de eslavos afincada en Torrevieja, por su manejo de grandes cantidades de dinero de diversos negocios.

Lo que sí parece claro es que los butroneros sabían que trabajaban sobre seguro para obtener un gran botín. ¿De dónde salió esa información? Ahora los investigadores también tratan de precisar ese extremo, al igual de por qué no saltaron las alarmas de "Caja Murcia" ni funcionaron los sistemas de seguridad añadidos que suelen tener este tipo de instalaciones tan sensibles.

Se supone que los ladrones aprovecharon la noche del 31 de diciembre para perpetrar su acción a través del local comercial contiguo, la tienda Muebles "Milán", mientras los torrevejenses celebraban ruidosos la llegada del Año Nuevo. Los sistemas de alarma de "Caja Murcia", o bien no funcionaron, o bien fueron previamente desactivados por los asaltantes. Es lo que también se trata de precisar ahora. Los ladrones, sin embargo, no tocaron la caja fuerte de la entidad ni se llevaron nada de la oficina.

Según fuentes de la Benemérita, los ladrones de "Caja Murcia" tuvieron que emplear, necesariamente para practicar el butrón, herramientas ruidosas, ya fuesen martillos neumáticos o mazas, o también algún tipo de rayo láser, pues la pared que atravesaron está formada por grandes piezas de hormigón de más de treinta centímetros de espesor.

Las cenizas del intelectual y artista Luis Federico Viudes, serán esparcidas por el Mar Menor

SAN JAVIER.- El cuerpo sin vida del preclaro artista e irrepetible intelectual liberal murciano, Luis Federico Viudes Viudes, de 64 años, fallecido repentinamente ayer de un infarto, ha sido incinerado a las cinco de esta tarde en el tanatorio de San Pedro del Pinatar. Sus cenizas serán esparcidas en la laguna salina de sus sueños, el Mar Menor, por decisión propia.

La muerte le sorprendió escribiendo en su casa de Santiago de la Ribera. En el año 2000 ya sufrió un primer infarto en su casa de La Alberca, del que se recuperó junto al Mar Menor haciendo remo cada amanecer durante todos estos años. Sin embargo, su salud comenzó ya a ser un tanto precaria hace unos meses. Estaba retirado de cualquier tipo de vida pública tras alcanzar altas cuotas de escepticismo, aunque era de esas personas que conocía a todo el mundo.

Luis Federico era, a su edad, un pozo de sabiduría para quienes quisiesen tener las claves de la Murcia y Cartagena actuales y, sobre todo, del último cuarto de siglo. Pasar una tarde charlando tranquilamente con él resultaba delicioso para quien supiese valorar todo lo que encerraba este murciano singular y heterodoxo, además de sumamente inteligente y crítico hasta la acidez. Daba gusto escuchar sus opiniones sobre la actual clase política regional, desde el vértice a la base.

Durante veinte años, desde 1975, su casa de Santo Ángel fue un foco creativo, liberal y crítico, y por allí pasaron los personajes más inquietos de la sociedad murciana del momento pues Luis Federico instaló una especie de bar de copas para animar a que acudiesen personajes a los que todavía no conocía personalmente. Él mismo, en ocasiones, tocaba el piano y cantaba. Era un murciano muy identificado con la cultura popular de nuestra tierra, hasta el punto de que muchos extranjeros supieron de la existencia de Murcia cuando le conocieron.

Luis Federico escribió hace más de diez años una obra sobre la fundación de Murcia. Los Huertos del Malecón fueron otra de sus creaciones así como conseguir rescatar la llamada Correlativa, antigua salve aurora cuyo canto se había perdido. Era una especie de murciano militante aunque nada complaciente con la chabacanería.

Luis Federico Viudes escribió numerosas obras de teatro, entre ellas "Delirios de mar y viento" estrenada en los años 90 bajo la dirección de Lorenzo Píriz-Carbonell, pero otra de sus facetas más destacadas fue la de investigador de las tradiciones y el folclore de la Región de Murcia. Ejerció como director del Festival Internacional de Folclore en el Mediterráneo y era creador también de las fiestas de Cartaginenses y Romanos, la ópera cómica ‘Virginia Vírginis’ o el ‘Himno a la Región de Murcia’, con música compuesta por Lauret. Escribió, igualmente, uno de los dos grandes libros sobre el Entierro de la Sardina.

Con él desaparece un verdadero archivo viviente sobre la sociedad y la sociología murcianas. Durante un tiempo colaboró con sus artículos en las gacetas locales hasta que su punto de fina ironía dejó de ser tolerado por la pirámide de poder que aspira a controlarlo todo. Una de sus escapadas, vitalmente necesarias, era a su amada Lisboa, ciudad en la que encontró el sentido de su vida.

Artista e intelectual, pertenecía a una de las familias de la más rancia burguesía murciana aunque originaria de Almoradí, en la provincia de Alicante. Comerciantes e industriales, destacados siempre, como su hermano Adrián Ángel, economista y presidente de la Autoridad Portuaria de Cartagena, aunque anteriormente presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura y de la Cámara de Comercio de Murcia.

Con su muerte se cierra toda una época de la ciudades de Murcia y Cartagena, y se lleva gran cantidad de secretos aunque hay quien aseguraba anoche que ha dedicado los últimos años a escribir sus memorias y que ya tendrían editor en Barcelona.

Como cabía esperar de él, su esquela no ha aparecido esta mañana en las páginas de "La Verdad".