lunes, 18 de febrero de 2008

Felipe González llega a una plaza difícil para el PSOE / Juan Redondo

En los últimos comicios que Felipe González encabezó las listas del PSOE estaba anunciada su presencia en la Plaza de Toros. A última hora suspendió el viaje para preparar un debate con Aznar y tuvo que llegar corriendo Alfonso Guerra. Las generales en la Región las ganaron por primera vez los populares, con un interno del PSRM lleno de heridas sangrantes. Aznar no llegó a La Moncloa pero enseñó con fuerza sus credenciales.

Ahora, con un empate técnico, según los sondeos, y PP y PSOE luchando aquí por el décimo, el ex presidente socialista llega a Cartagena para arropar a la candidatura que lidera Bermejo. No se ha prodigado mucho González por la Región, ni cuando fue gobernante ni después.

Cartagena no es precisamente una plaza fácil para los socialistas, como tampoco lo es el resto de la Región. A los resultados electorales de las autononomicas y municipales con barrida del PP se añade la presencia de Pilar Barreiro al frente de la candidatura popular. Además la estructura interna de los socialistas cartageneros no es precisamente modélica para el buen funcionamiento del partido.

A pesar de todo, el carisma y el prestigio de González siempre supone un gran reclamo para militantes y simpatizantes, con lo cual la asistencia se presupone numerosa, porque el PSRM está necesitado de movilización y su candidato Bermejo, entre la gripe y otros “asuntos madrileños”, no atraviesa por sus mejores días. Con el mítin socialista se entra en la recta final hacia el 9-M.

Los socialistas murcianos han recuperado el genero epistolar para relacionarse con los populares. Ante cualquier emergencia Jara como coordinador se dirige por escrito a los hombres de Cámara, aunque estos no parecen ser muy receptivos a las misivas de Princesa.

El primer envio se produjo con motivo de la reserva del Palacio de los Deportes ante la coincidencia en fechas por las visitas de Rajoy y Zapatero. La demanda de que los populares cambiaran de fecha no dió el resultado esperado por el PSRM y tras una semana de trajín y de negociaciones internas, consiguieron que Zapatero llegará el viernes 29, mejor fecha para un mitín político que el jueves previsto.

Sin querer terminaron haciendo un favor a las huestes de Zapatero. Con el debate entre Barreiro y Bermejo la respuesta parece similar. Estas son elecciones generales, no municipales o autonómicas y Pilar dejo claro desde el principio que a ella le interesaba más recorrer la Región que estar debatiendo con Bermejo.

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La UCE critica por “abusivo” el trato de bancos y cajas de ahorro murcianas hacia los ancianos

MURCIA.- Cada vez más restricciones a los usuarios de bancos y cajas de ahorro en Murcia. Esta es la política de las entidades bancarias hacia sus clientes, según ha informado la Unión de Consumidores a través de un comunicado, y recoge "El Faro".

Un maltrato, denuncian, que se plasma en medidas como la obligatoriedad de utilizar cajeros para retirada de efectivo cuando es inferior a los 600 euros lo que afecta de manera especialmente grave a los personas mayores pues en la mayoría de los casos desconocen el uso de los cajeros automáticos, les cuesta memorizar los números secretos y se ven obligados a ir acompañados de alguien que les realice la operación.

En este sentido, desde UCE, informan que esta obligación es del todo "abusiva" porque se obliga a los clientes a disponer de una tarjeta de crédito, con el consiguiente pago de comisiones por uso.

Además, en el establecimiento de horarios restringidos para realizar el pago de recibos corrientes, como el agua, la luz o la cuota de las comunidades de vecinos, la organización de consumidores viene recibiendo múltiples quejas ya que este tipo de operaciones normalmente sólo se pueden hacer de 8.30 a 10.30 horas de determinados días de la semana, en un horario laboral que dificulta el pago de recibos a mucha gente, "pretendiendo con ello forzar a los clientes a domiciliar dichos pagos".

"En ambos casos nos encontramos ante una práctica abusiva, en la medida que supone una modificación unilateral de las condiciones del contrato, que se imponen al cliente sin su consentimiento", aseguran desde UCE, y por eso advierten que "ante una modificación de condiciones de esta naturaleza, la entidad financiera debe notificarla al cliente para requerir su consentimiento, y si este acepta, redactar un nuevo contrato donde consten expresamente las nuevas condiciones. Si el cliente no aceptara, la entidad no puede imponer unilateralmente las nuevas condiciones y deberá optar entre mantener las anteriores o resolver el contrato".

Por todos eso motivos, todos en perjuicio de los clientes, la Unión de Consumidores pide a todas la entidades murcianas, sobre todo a las Cajas de Ahorro por su carácter público y sus finalidades sociales, que realizan estas prácticas que pongan fin a este “acoso” a los usuarios ya que afecta, de forma muy directa y especialmente, a personas mayores que desconocen el uso de los cajeros automáticos. Además, insta a los afectados a presentar reclamaciones ante su banco o caja y ante la Unión de Consumidores.

Conclusiones tras la avalancha de sondeos / Fernando Jáuregui

Algunos periódicos del domingo publicaban sondeos tratando de avizorar lo que serán los resultados electorales del 9 de marzo.

Todos coinciden: ganarán los socialistas (si no se produce una hecatombe o si no se está dando una masiva ocultación de voto, cosas ambas que están dentro de lo menos probable). Sin embargo, los datos varían notablemente de sondeo a sondeo.

Las hipótesis de unos u otros trabajos varían desde quienes conceden apenas dos escaños de diferencia favorable al PSOE (162 frente a 160) hasta los que pronostican una distancia mucho mayor a favor de los socialistas: 165 frente a 152 escaños, es decir, casi-casi como el 14 de marzo de 2004.

Lo curioso es comprobar que, pese a las críticas ciudadanas y mediáticas dirigidas contra toda la clase política, aumenta el apoyo hacia los dos grandes partidos nacionales, aunque en mayor medida hacia el PP, que, si la campaña se prolongase un par de meses más, da la impresión de que podría alcanzar y hasta sobrepasar en intención de voto a los socialistas.

Pero lo cierto es que solamente quedan tres semanas, y ahora, en cualquier caso, son varias las conclusiones a sacar de casi todos los sondeos que se publican estos días:

* Solamente algún acontecimiento extraordinario y, por tanto, ya digo que en principio poco probable, en política o en economía daría la vuelta a las previsiones unánimes de los sondeos en el sentido de que ganará ZP.

* Un dato significativo es la abrumadora mayoría en las encuestas de quienes creen que ganará el PSOE, independiente de hacia dónde vaya el encuestado a orientar su voto.

* Los nacionalistas descienden algo, aunque no tan significativamente como algunos predican o quisieran. La independentista Esquerra Republicana de Catalunya sí ve disminuído sensiblemente el apoyo del electorado, cuya valoración por este partido ha decrecido en nada menos que un 41% (aunque también baja la valoración ciudadana de todos los restantes partidos: un 6% la del PSOE; un 24% la del PP; un 10% la de IU y hasta un 40% la del PNV ‘post Imaz’).

* Izquierda Unida, la formación más castigada por el sistema electoral, también desciende algo, aunque poco, sin que de ello pueda deducirse que España es un país bipartidista: entre 26 y 30 escaños irán a parar a formaciones ‘menores’ o nacionalistas, y esos escaños pueden ser decisivos en el caso, casi seguro, de que el ganador necesite apoyos para gobernar.

* Sin embargo, las alianzas con los nacionalistas parecen ser la opción que menos gusta. Una interpretación posible es que la ciudadanía está invitando a socialistas y populares a llegar a acuerdos poselectorales en determinadas cuestiones clave de Estado. Así lo dice, al menos, uno de los sondeos publicado este domingo, el de ‘La Vanguardia’: el 36% quiere pactos entre PSOE y PP, el 33% del PSOE con IU, el 10% favorecería un pacto entre ‘PSOE y nacionalistas moderados’, y apenas un 8% quisiera pactos entre ‘PP y nacionalistas moderados’. ¿Tendrán este dato en cuenta los dos ‘grandes’, que hoy niegan un posible acuerdo entre ellos?

* No hay optimismo económico ni político, aunque los españoles están bastante satisfechos de su situación actual. Parece percibirse que los electores piensan que los tiempos que vienen serán más difíciles.

* En general, los resultados de los sondeos son ‘templados’, lejanos a la crispación que se supone en el ruedo político y mediático.

Ya se ve, pues, que hay conclusiones importantes que sacar de los sondeos. Otra cosa será, claro es, que las dos grandes formaciones políticas quieran sacarlas. Pero los datos, los datos de los que se dispone, son los que aquí se han expuesto, y no otros.

El ministro-candidato hace novillos y se olvida de hacer los deberes / Apunte de Argárico

El candidato socialista facturado desde Ávila lleva una semana desaparecido y sin hacer los deberes. Algo muy importante debe llevar entre manos para justificar tan incomprensible larga ausencia. Está toda la parroquia esperando su explicación que, tal vez, tenga mucho que ver con los preparativos de la cena entre Zapatero y Monteiro de Castro en la Nunciatura. No en vano, el ministro de Justicia es el competente en las relaciones del Estado con la Iglesia Católica española.

Hay quien ya comenta que el ministro parece abducido por el pasado más negro del PSRM. Que va de ministro más que de candidato (observese la que le ha montado CC OO con la huelga salvaje en los juzgados), que se pasea con quien no debe por carecer de poder social y que va (o lo llevan) donde no hace falta ir, demostrando, sin querer, que es un cunero.

Parece que no se ha leído todavía el manual de campaña y como no se aplique, lo de Murcia puede quedar en una triste aventura para olvidar por dejarse rodear por una maraña de tontos. Tiene que dejar de hablar, cuanto antes, siempre de lo mismo y dedicarse de lleno a conocer los problemas y aportar sus soluciones, si las tiene. Eso es política.

Cuando Dólera, su competidor más directo, aprieta desde IU y se compromete a cosas concretas (urbanismo sostenible, conexión ferroviaria con Andalucía y electrificación del ferrocarril convencional, preservación del litoral virgen, adquisión pública de espacios naturales, planificación estatal del desarrollo territorial) de las que desea oir esa izquierda murciana más volátil que la media española, el ministro Bermejo se ausenta sin dar mayores explicaciones al electorado en plena precampaña electoral. Y eso no puede ser ni en precampaña ni en campaña Razones habrá tenido que ahora le toca contar y sin decir mentiras para evitar males mayores. El silencio nunca es rentable en estos casos.

Esperemos que hoy reaparezca en Cartagena, junto a Felipe González, y también le explique mejor a los cartageneros lo de su anhelada provincia. Y se disculpe por no haberlo hecho mejor en su primera visita, recuerde que su Gobierno ha desdoblado la Administración Periférica del Estado y afirme que esta ciudad ya funciona en la práctica como una capital de provincia a esos efectos. Eso se le olvidó entonces y tiene que dejarlo claro ahora porque está en el haber de Zapatero mientras se está a la espera de lo que suceda con la reforma del Estatuto de Autonomía, que es algo que corresponde al PP y a Valcárcel.

Otra cosa es que resulte complejo retocar la estructura territorial del Estado por la necesidad inherente de reformar la Constitución en lo referente a la composición del Congreso y del Senado. Pero el Consejo de Ministros hace el camino que permiten las actuales circunstancias, y a nivel de Administración Central, Cartagena ya no dependerá en absoluto de Murcia si en la próxima legislatura se crea, incluso, como en el Campo de Gibraltar, una Subdelegación del Gobierno. Bermejo tiene que ser el valedor político en Madrid de ese último paso, que no dió siquiera el tan cartagenero Federico Trillo.

Todo esto es lo que se le olvidó decir al ministro y candidato Mariano Fernández Bermejo, (en un error garrafal suyo) y que hoy esperan oirle en el mitin de Cartagena, amén de su compromiso de conectar de inmediato con la realidad socieconómica de la ciudad, visitando el Valle de Escombreras, el Puerto de Cartagena, la Asamblea Regional, Navantia, Sabic, Zincsa, la Universidad Politécnica, la Mancomunidad de los Canales del Taibilla, la Base Naval, la Academia General del Aire... para comprobar "in situ" y verificar personalmnte que su aspiración está muy fundada por su historia y por su peso demográfico económico y político. Son citas obligadas y algunos de esos deberes pendientes como candidato y cabeza de cartel.

Pero no es sólo en Cartagena donde tiene todo por hacer don Mariano. ¿Quién le conoce a nivel de calle en Murcia? Ni su tía Pepita, la de Nonduermas. Está prácticamente inédito para el gran público. Ya se ha olvidado su presencia de aquel día en La Condomina. La gente lo tiene que ver ya caminando por la Trapería, tomando el aperitivo en la plaza de las Flores, en una charla informal con estudiantes en el campus de La Merced, sentado en Alfonso X el Sabio, jugando a los bolos huertanos en La Arboleja, interesándose por la gestión del agua en la Confederación Hidrográfica del Segura, dando una conferencia en el Colegio de Abogados o en la Facultad de Derecho... dando la mano a la gente que decide con su voto y han de sentirlo cercano, al menos, en las principales pedanías de la capital: El Palmar, Sangonera, La Alberca, Beniaján, Alquerías, Algezares, La Ñora, Guadalupe, Torreagüera, Monteagudo, Cabezo de Torres, Puente Tocinos, Espinardo o Llano de Brujas.

Nadie de quienes le rodean en Princesa es de Murcia. Ninguno. Tocan de oído. No hablemos ya del resto de la lista ni del nivel dialéctico de la tropa. Y aquí, en el término municipal de Murcia, están los votos junto a los de Cartagena. Más que en cualquier otro sitio, sin desdeñar Lorca, Yecla o Caravaca donde, por huevos, tendrá que visitar la basílica de la Vera Cruz si aspira a lograr algún apoyo. Que no pierda el tiempo, ni en feudos socialistas claros ni en pedanías de magro censo electoral. Que no se deje engañar más por quienes lo equivocan o no entienden de campañas electorales. Su esfuerzo está en los territorios del PP sino, ¿para qué ha venido?

Tiene que dar un mitin en Totana, otro en Torre Pacheco, en Puerto Lumbreras, en San Javier, en Mazarrón, en Águilas, en Los Alcázares, en Jumilla, en Ceutí, en Lorca, en Calasparra, en Fortuna, en Cieza, en Mula, en La Unión, en Alhama, en Fuente Álamo, en Moratalla, en Alcantarilla, en Librilla... tiene que recorrer la geografía murciana de la corrupción urbanística, propia y ajena, y mojarse. Los votantes están deseando escucharle sobre el terreno y los corruptos no notar su aliento. Ese es el camino. De lo contrario, hasta el votante socialista fiel puede ir a engrosar la abstención, al menos en esos municipios, o pensar que votar a Dólera va a ser más práctico por su valorada trayectoria como diputado en la Asamblea Regional.

Bermejo tiene que empaparse, además, de los verdaderos y grandes problemas ordinarios de la Región de Murcia y, al menos, dar su opinión y alternativas. Si no lo hace, un sector significativo del electorado, o se irá a la abstención, o se fugará hacia Dólera porque las expectativas de su designación están por cumplirse. Como ocurre con la publicidad, un producto que se anuncia en sus ventajas y propiedades, y luego no se encuentra en las tiendas, frustra la demanda con tal fuerza, que termina por desaparecer el producto anunciado. Déjese de repetirse con lugares comunes. Hable de lo que la gente espera escuchar de sus labios y ni una concesión más al ladrillo.

Y para todo eso, no le basta con el préstamo que le hace Princesa. Haga caso, señor Bermejo: es mejor que no aparezca por ahí rodeado de quienes han perdido de calle las últimas elecciones autonómicas y municipales. Si la gente lo identifica con ellos, está usted arruinado. Mejor hágase su propio equipo de campaña, no caiga en trampas mediáticas para elefantes, no acepte usted donativos envenenados de la mafia murciana, no se ponga usted en manos del enemigo (digo bien porque no es adversario) y procure que no le contagie cierto pesimismo el fiscal jefe al que, por otra parte, no tengo por un "tonto del capullo" sino más bien por un hombre honrado a carta cabal.