sábado, 6 de junio de 2009

Modesto, otro amiguito del alma / Apunte de Argárico

A 72 horas de la preceptiva dimisión del empresario Vicente Sala de la presidencia de la CAM al cumplir 70 años, su sustituto al frente de la entidad en el peor momento de su historia -muy agotada liquidez, cuestionada solvencia y 'rating' a la baja- puede resultar decisivo para su supervivencia sin absorciones foráneas y ser la hora de un líder de Alicante capital e, incluso, un hombre de la ciudad de Murcia, sin condicionamientos crediticios, para que no se subviertan las esencias fundadoras ni se eche a perder la preciada herencia de Ramos Carratalá y Oliver Narbona en tiempos de tanta confusión, codicias y oportunismo.

Pero a día de hoy el único que se postula es un tal Modesto Crespo Martínez (¿contribuyó de manera importante a la campaña electoral de Camps?), maduro empresario de Elche (66 años), promovido al cargo por, el políticamente muy debilitado, Francisco Camps, (todavía presidente de la Generalitat Valenciana), aparte de actual secretario general de la CAM el susodicho concesionario de vehículos aunque con poca experiencia interna en ésta entidad financiera y menor proyección pública de la requerida en este caso.

Al menos que... sea una mera plataforma de promoción personal para aspirar luego por el PP a la alcaldía de Elche, en detrimento de la batalladora Mercedes Alonso, al ver ahora posibilidades reales frente al tan pronto desgastado socialista Alejandro Soler, toda una promesa frustrada del zapaterismo alicantino liderado por Leire Pajín. Lo que se evidencia, sin embargo, es que don Modesto no goza, ni ha gozado anteriormente, de consenso social alguno. Siempre ha sido impuesto por políticos, antes Eduardo ahora Paco, sin la más mínima trayectoria de partida.

Estamos hablando, en rápido resumen curricular, símplemente del concesionario de 'Ford' en Elche, hombre con una polémica historia sectorial en el Metal (FEMPA), COEPA (a cuenta del cisma de Copyme) e IFA (está más muerta que viva) aunque su paso por el patronato del 'Misterí', gracias a Zaplana, es lo mejor que puede apuntar en su haber como hombre de iglesia que no oculta para nada su arraigada fé. Y eso, al menos, le honra aunque aprovecharse de financiación privilegida con tanta escasez de crédito para el prójimo en apuros debiera saber que resulta poco cristiano.

Hombre también sin equipo, inseguro y, al parecer, una deuda contraída con la entidad, personalmente y/o mediante sociedades, en torno a los 10 millones de euros en los cuatro años que lleva en la CAM, lo ponen absolutamente en manos del ambicioso director general, el taimado alcoyano Roberto López, el verdadero 'hombre de Camps' en la provincia de Alicante y un aprendiz de brujo, que ya metió baza en la anterior elección del Consejo, con tan poca idea de comunicación corporativa, que el desgaste de la marca por un proceso cainita obligó a cambiar la denominación de la entidad. No entiendo, pues, para que tanto IESE de fín de semana. Una revisión de su gestión (morosidad del Pocero incluida) lo podría poner en serios aprietos.

Dicho todo lo anterior y ante la sugerencia del valiente y socialmente comprometido abogado murciano Diego de Ramón al Banco de España y Comisión Nacional del Mercado de Valores de que se investigue previamente al único candidato conocido hasta el momento (le ha faltado, tal vez, dirigirse a la maltrecha Agencia Tributaria), la reflexión induce a plantear si, despues de la temeraria y larga exposición de la CAM al ladrillo de la mano de don Roberto López, es prudente ahora introducir en la presidencia a un destacado empresario de automoción (hay tres más en el actual Consejo de Administración de la CAM), un sector en serias dificultades, de casi tanto calado, ante el fuerte desplome de la demanda.

Pero ' a priori' hay dos cuestiones que pueden, y deben, poner en cuarentena la candidatura de Crespo: su obsesión casi enfermiza por acumular cargos públicos sin contrastada brillantez en el balance y ser el candidato personal de Camps, precisamente en este momento de ruina política del líder regional del PP, lo que puede hacer pensar que, con la complicidad de López, la capacidad de decisión financiera compartida se sustraiga sutilmente a Alicante y Murcia en beneficio de Valencia y en la persona de Camps. Hace tiempo que el 'cap i casal' quiere un control directo de la CAM para debilitar el actual peso político y financiero de las comarcas del sur en tiempo de crisis.

Modesto Crespo no es, por todo lo anterior, un hombre para este momento, falta de experiencia aparte. Eso traslada la responsabilidad transitoria al vicepresidente 1º, Ángel Martínez, fresco ensayista de ciencia económica, empresario del Metal en Murcia, de acreditada trayectoria política liberal en UCD y PP, ex presidente de la FREMM (Federación Regional de Empresas del Metal) y ex presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Murcia, a quien, por culpa de un error de bulto de la actual dirección ejecutiva, el TSJ de la Región de Murcia acaba de sacar los colores , simplemente por ser la cara de la empresa, al sentenciar como nulo el despido de un sindicalista de la CAM, para más inri siendo incluso miembro de su Consejo de Administración.

Él tiene, tras la dimisión de Vicente Sala, la responsabilidad histórica de imponer la paciencia, no acelerar los tiempos y de la elección meditada para asegurar buenos resultados frente a las prisas, ciertamente interesadas, de Roberto López-Modesto Crespo-Francisco Camps, con el silencio cómplice de una obsoleta prensa de papel, hipotecada hasta las cejas por una pésima gestión estratégica, suplicante de las migajas financieras que necesita para prolongar su agonía y que, oportunamente, le proporcionan quienes impunemente hasta la fecha manejan a placer dinero ajeno.