domingo, 5 de julio de 2009

Se inaugura el primer tramo del canal de riego Segarra-Garrigues

LÉRIDA.- El presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, y el secretario de Estado de Medio Rural y Agua del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM), Josep Puxeu, inauguraron hoy en Oliola (Lleida) el primer tramo del Canal de riego Segarra-Garrigues.

Este tramo no tiene ninguna afección con las zonas de especial protección para las aves (ZEPA), "en línea con el esfuerzo que el Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino (MARM) y la Generalitat de Cataluña han realizado para no poner en servicio ningún tramo que pudiera tener incidencia en las zonas de especial protección de aves", según informó hoy el Ministerio.

La entrada en servicio del Tramo I del Canal principal, con la puesta en riego de las primeras fincas, se lleva a cabo mediante una infraestructura de 5,2 kilómetros ejecutada por la sociedad estatal Aguas de la Cuenca del Ebro (AcuaEbro), dependiente del MARM.

Ello supone "un decidido impulso a la economía de la provincia, ya que permitirá diversificar la producción agroalimentaria y afectará a 74 municipios".

El secretario de Estado de Medio Rural y Agua explicó que el objetivo es que durante la próxima campaña de riego pudieran entrar en servicio los siguientes tramos, el 2A y 2B que llegan hasta el punto kilométrico 21,290 del Canal, una vez que se resuelvan de forma favorable los expedientes de infracción abiertos por la Comisión Europea.

En este caso, la previsión es que el Canal, que tiene un recorrido de 84,7 kilómetros entre la presa de Rialb en el río Segre y la presa de L´Albagés en el río Set, pudiera estar concluido en el año 2013 de acuerdo con los compromisos suscritos en el convenio de colaboración entre el Gobierno de España y la Generalitat de Cataluña.

Durante el acto inaugural, Josep Puxeu anunció que el consejo de administración de AcuaEbro adjudicará previsiblemente este mes de julio las obras del Tramo V.

El interbancario sigue muerto: los bancos prefieren meter el dinero en el BCE al 0,25% de interés

MADRID.- No todos los mercados financieros han mejorado en los últimos meses. El más importante, el básico para que el crédito vuelva a fluir por la economía, sigue cerrado a cal y canto: el interbancario. Así se demuestra por el hecho de que las entidades europeas hayan preferido guardar el grueso de la inyección de liquidez del BCE de la semana pasada -la mayor de la historia- en depósitos en el propio banco central en vez de prestar el dinero a sus colegas en el interbancario, según 'El Confidencial'.

La inyección consistió en 442.200 millones de euros a un plazo de 12 meses. Pues bien, más de la mitad de ese dinero, 236.200 millones, ha ido a parar a la facilidad de depósito que ofrece la autoridad monetaria. La cosa es más sangrante por cuanto los depósitos en el BCE se remuneran a un tipo de interés pírrico del 0,25%, mientras que en el interbancario pueden conseguirse remuneraciones más elevadas: el Euribor a un año, pese a su reciente caída, está por encima del 1,5%.

¿A qué se debe esta sorprendente actitud? "El BCE ofrece más seguridad, flexibilidad y rapidez, y eso sigue siendo muy importante para la banca", explica una entidad española. "Por mucho que se diga que la crisis financiera ha tocado suelo, los bancos siguen sin fiarse unos de otros, así que prefieren guardar el dinero en un sitio seguro, aunque la rentabilidad sea muy baja, que arriesgarse a prestarlo a otra entidad que no sabe qué puede ocultar en su balance", añaden en otra.

Además, para conseguir una rentabilidad apreciable en el interbancario, hay que colocar el dinero a un plazo mucho mayor que una semana, que es el máximo al que se atreve nadie a prestar a otros bancos. Ese elemento es muy importante, porque los depósitos en el BCE son casi una cuenta corriente, es decir, se puede disponer del dinero inmediatamente en caso de necesidad; por ejemplo, para atender un vencimiento de deuda, el principal destino de la liquidez en estos momentos.

La razón por la que no se fían unos de otros es que, a diferencia de EEUU -donde los bancos muestran señales de recuperación después del rescate masivo por parte de las autoridades-, en Europa siguen hundiéndose en una espiral de pérdidas de final incierto. El último ejemplo es el belga KBC (antiguo propietario del Urquijo), que ha tenido que recibir tres inyecciones de dinero público por un total de 30.000 millones de euros, más de lo que costó el rescate del Royal Bank of Scotland. La bajada de rating de toda la banca española o la amenaza para la solvencia de Irlanda que supone el nacionalizado Anglo-Irish Bank también son signos de que la crisis está muy lejos de superarse.

Tan grave sigue siendo la situación, que la propia Unión Europea se está planteando una actuación más agresiva para hacer frente a la crisis, que incluiría test de estrés unificados para todas las entidades de la región, similares a los realizados en EEUU. Unos test que realiza el Banco de España en nuestro país pero cuyos resultados no son públicos.

Es necesario que el interbancario resucite

Mientras el interbancario no empiece a funcionar con normalidad, será muy difícil que el crédito vuelva a fluir hacia empresas y familias. Las inyecciones de liquidez del BCE y el descuento ilimitado de papel -la famosa 'barra libre'- no dejan de ser medidas excepcionales que en algún momento se retirarán y con las que las entidades no pueden financiar préstamos a plazos largos.

Según opinión generalizada en el sector, hace falta que el interbancario vuelva a abrirse, aunque está ayudando la reapertura del mercado de bonos, que ha permitido a numerosos bancos y cajas emitir bonos con aval del Estado -sin aval los más grandes- a plazos de tres años.

Este cierre del interbancario significa que el Euribor que publica el BCE sigue siendo ficticio porque no tiene detrás operaciones reales, sino simplemente los precios teóricos de oferta que dan los principales bancos de la zona euro. En todo caso, el gran éxito de la operación realizada por Jean-Claude Trichet es hacer bajar el Euribor hasta su mínimo histórico, lo que supone un alivio para las hipotecas referenciadas a este índice (la inmensa mayoría en el caso de España).

¿Se va a prestar este dinero?

Por otro lado, algunos medios han deducido del depósito masivo de esta liquidez que la banca no va a prestar este dinero a sus clientes. Fuentes del sector explican que "es habitual colocar el dinero de las inyecciones del BCE en depósitos del propio banco central; se hace siempre porque es mejor que tenerlo en la caja del banco, lo que ocurre es que ahora ha llamado más la atención porque la inyección ha sido histórica".

Por tanto, eso no presupone que no se vaya a prestar el dinero, puesto que bancos y cajas pueden retirarlo en cualquier momento. "Dentro de seis meses podremos juzgar qué destino se ha dado a esa liquidez; hoy por hoy es imposible", opinan en una de las entidades consultadas.

Ahora bien, algunos analistas aseguran que la banca está utilizando el dinero del BCE pata una operativa más rentable y, sobre todo, menos arriesgada que dar crédito: se trata de una especie de carry trade en el que los bancos toman el dinero al 1% en estas subastas y lo usan para comprar bonos del Tesoro, que están rentando el 3,34% en el caso del Bund alemán a 10 años.

La diferencia (esos 2,34 puntos) es beneficio para el banco.

Caja Murcia trata de evitar a la desesperada una fusión o absorción impuesta por el Bº de España

MURCIA.- Con tan sólo un 30% de cuota de mercado en la propia Región de Murcia frente al 70% de la CAM en la provincia de Alicante, Caja Murcia trata a toda costa de evitar ahora una fusión o absorción impuesta por el Banco de España, negociando a la desesperada y con cesiones insospechadas en la operación con Caja Sur, donde sólo tiene el beneplácito de su actual presidencia aunque la gran oposición de la Junta de Andalucía y los sindicatos, a cambio de liderar luego desde aquí la gestión de la entidad resultante.

Simultáneamente, Caja Murcia mantiene contactos con otras cajas menores conforme se ha ido complicando el tema cordobés. Los trabajadores de aquella entidad saben que una fusión con la Caja presidida por Carlos Egea puede llegar a suponer el despido de 1.000 empleados andaluces, como mínimo, ante una plantilla más que sobredimensionada.

Los sindicatos no quieren, pues, ni oir hablar de la opción murciana ni que los nuevos servicios centrales queden situados a más de 400 kilómetros de las Tendillas a cambio de reubicar allí la Obra Social.

Hasta la propia sociedad civil cordobesa prefiere una fusión con la andaluza Unicaja pese a los inconvenientes de duplicidad relativa que conlleva esta otra opción. Pero la consideran un apaño posible entre andaluces y el camino hacia una entidad regional única, que finalmente no distraiga los recursos interiores hacia empresas y soluciones exteriores.

En ambientes de altura de Córdoba, Málaga y Sevilla se conoce perfectamente cuál es la situación real de Caja Murcia, propaganda y medias verdades aparte. Además, no están por aceptar condiciones de entrada por parte de Egea, al que ya se han encargado de conocer muy bien por si acaso no fuera oro todo lo que reluce.

Después de todo lo anterior es comprensible que Caja Murcia, que ha perdido chance conforme el proceso ha ido madurando, vuelva sus ojos hacia otras cajas de ahorro de igual o menor dimensión, buscando una fusión entre pares para evitar la absorción por otra entidad mayor y que acabaría con los sueños, delirios e interes personal de más de uno entre nosotros.

Esta opción no deseada, tal vez pasaría por Caja Madrid o Ibercaja, sin descartar Bancaja, pero nunca una gran caja catalana como La Caixa o Caixa Catalunya.

Mientras tanto, desde Murcia se trata de explorar otras alternativas en la línea de la dimensión de Caja Sur antes de que el tiempo impida retornos a esta estrategia y perder la iniciativa.

Además, existe el riesgo añadido de que la morosidad encubierta, imposible de enmascarar por mucho más tiempo con refinanciación, aflore de manera irreversible y dañina para la solvencia, dando la verdadera cara de una situación hoy retenida para poder negociar con ventaja ante la relajación y complacencia de 'Fitch Ratings'.

No sería pues de extrañar nuevos episodios con entidades como la balear 'Sa Nostra', Caja Rioja, la aragonesa 'La Inmaculada' o la extremeña 'Caja Badajoz' si, definitivamente, se pinchase el globo de Caja Sur. El siguiente capítulo, tal vez, pudiese pasar por una absorción de Caja Murcia protagonizada por Caja Madrid, Bancaja o Ibercaja por imposición directa del Banco de España.

Y no es completamente descartable una primera fusión, que no absorcion, CAM-Caja Murcia. Atención a esta última posibilidad alentada desde muy determinados sectores locales de Alicante y última tabla de salvación para Carlos Egea por la bicefalia que puede entrañar.

Se encuentra con la dificultad de la oposición de Roberto López, director general de la CAM y alcoyano, más inclinado hacia la fusión directa y rápida con 'Bancaja' en busca de una gran caja de ahorros valenciana, siempre que la irrupción de Caja Murcia pudiese dificultar los planes encubiertos de Francisco Camps de lograr un gran poder financiero en sus manos, manejado desde Valencia.