sábado, 13 de febrero de 2010

El Cristo de Monteagudo / José Luis Mazón Costa *

Hace poco, en noviembre de 2009, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictó su famosa sentencia de 'los crucifijos'. Es el llamado caso 'Lautsi c. Italia' y en ella el Estado fue condenado por violación del derecho a la libertad religiosa porque permitía el uso de espacios públicos, las aulas, para colocar símbolos de una confesión religiosa, la católica.

Un grupo de juristas, apoyándonos en esta nueva jurisprudencia y en la propia Constitucion, que es más clara que el Convenio Europeo sobre la aconfesionalidad del Estado, dos meses después, en enero de 2010, pedimos al Estado que retirara la estatua y pedestal que corona el monte publico de Monteagudo donde habita sin adeudo alguno el castillo árabe desde hace nueve siglos.

El registro del papel era un paso previo para acudir a la Justicia porque el Estado regido por Zapatero, lo sospechábamos, no tenía valor para aplicar esta nueva ley por las buenas. Pero la ley es clara: los particulares de cada confesión tienen que saber o aprender a contentarse con que los símbolos de sus privadas creencias se exhiban en sus lugares de culto, en sus domicilios, o sobre sus propios cuerpos, pero el espacio público es sagradamente neutral.

Colocar en él de forma permanente símbolos nítidos de una confesión es un privilegio antijurídico e inadmisible y una profanación de ese lugar, que falta al respeto de los que no profesamos esa creencia. La razón, ese don de la Naturaleza, nos dice cómo actuar debidamente. Y la demanda está apoyada en la fuerza de la luz de la razón frente al poder decadente del oscurantismo que niega la supremacía de la razón.

Acudir a la Justicia en petición de que los jueces amparen pretensiones es uno de los pilares del Estado democrático y de Derecho y nadie puede sufrir persecución por ello.

Este abecedario de la democracia no es aceptado de buen grado por la mayoría de quienes defienden la permanencia de la estatua como símbolo de Murcia.

Quien haya visto 'Agora', la película de Amenábar en que se denuncia el fundamentalismo de la Iglesia Católica cuando se convierte en poder del Estado, puede hallar ciertos parecidos con la revuelta de la Murcia emocional que se ha levantado casi que en armas contra la mera presentación de unos papeles en un tribunal de justicia. 'Agora' discurre en la antigua ciudad de Alejandría, cuyo faro iluminaba las noches.

La estatua de Monteagudo es un faro, pero no de luz, sino de oscuros sentimientos que apagan el sentido común de las gentes. Y hasta seguramente la estatua es una piedra escayola que emite unas vibraciones nada saludables porque, como dijo un vecino que quería guardar su anonimato a 'La Verdad', el pueblo no prospera desde que la estatua esta allí.

Así que algo hay oculto y no bueno que irradia la estatua del Cristo, que ahora ha demostrado sacar valores muy poco cristianos entre sus defensores. Si Jesús de Nazaret resucitara, no solo haría que quitaran su estatua de allí sino que la demoliesen; hace aflorar valores antitéticos con su predicación, como la ira y la soberbia.

El revuelo de los seguidores de este Cristo ha hecho aflorar el bajísimo nivel de racionalidad de la mayor parte de nuestros políticos, presagio, para mí, de su próximo ingreso en el basurero de la historia.

Es indignante que un delegado del Gobierno que representa al Estado y que debe dar ejemplo de respeto a las instituciones, diga que pedir la retirada del Cristo (cuyo fundamento, insisto, es una sentencia del Tribunal Europeo) es un «despropósito»; él si que es un despropósito ocupando un cargo que claramente le viene grande.

La jefa del socialismo municipal, Alarcón, se ha apuntado al bando de la sotana y sus símbolos. Cámara y Cruz, integrados dentro de la extrema derecha del PP, han disparado contra la iniciativa jurídica buscando el aplauso del griterío. Solo la concejal de IU, Esther Herguedas, ha estado en su sitio defendiendo la racionalidad, el derecho y la coherencia. Creo que ella será la única superviviente tras el paso del huracán.

El caso del Cristo de Monteagudo es un presagio o prueba piloto que resume una lucha milenaria entre dos lados de la manada humana: la racionalidad que encabezó y triunfó en la Revolución de 1789 en Francia, y la irracionalidad, la primacía de lo visceral. Por un extraño capricho del destino creo que aquí, en esta tierra apartada, se renueva el conflicto, asistimos a un mero botón de muestra de una reedicion donde los dos bandos vamos a medir nuestras fuerzas de nuevo.

No es un asunto de derechas y de izquierdas, ni de franquistas y rojos, es un asunto de conflicto entre la sensatez y su contraria. Es la lucha entre las dos Españas, algo que a la postre será sano y nos hace falta para afrontar los delicados y duros eventos que el futuro nos depara a los humanos. Porque sin depuración y cambio esto será el mayor de los desastres.

(*) José Luis Mazón Costa es abogado. www.laverdad.es

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Un grupo de juristas?. Quienes y cuantos sois?. Tú y el de la guitarra?. Dad la cara, cuentistas manipuladores.

El anónimo dijo...

La "racionalidad" que triunfó en la Revolución Francesa lo hizo a través de un régimen de Terror y de ríos de sangre. Como la Revolución cubana o la Revolución de octubre o la Revolución cultural china... Hartos ejemplos nos ha dado el siglo pasado de la "racionalidad" de la izquierda.

Por suerte, la legislación actual y el actual grado de protección del castillo de Monteagudo y su entorno ponen al Cristo a buen recaudo de las pretensiones de este abogado-espectáculo. Que, por cierto, debería pedir hora a algún especialista, porque esa dualidad de perseguir a la religión y al mismo tiempo decir que habla con los montes o que la estatua irradia vibraciones malignas no puede ser señal de nada bueno.

Ah, y Ágora es una basura manipuladora que se pasa la Historia real por el forro.

Anónimo dijo...

Quizas también te pueda interesar proponer que le pongan una capucha a la Catedral de Murcia para que no se vea desde lejos, así como derribar el Santuario de la Virgen de la Fuensanta que también se ve si miras al monte, y otra obras cristianas que se te ocurran.

Anónimo dijo...

Pero, de dónde ha saliodo este tío? ¿De la vcaverna? ¿Un abogado que habla de mal fario y de malas energías? Que Cristo de Monteagudo esté al lado de sus cliente, si es que los tenga. Lo que pasa es que probablemente será un abogado viciado, inepto, incapaz, y se busca renombre por otras vías. No cabe la menor duda que lo vaya a tener, entrará en la historia como un iluminado o iluminati, ya que su apellido suena mucho a Masón.

Anónimo dijo...

Amigo Manzón, ¿te has fijado que el escudo de ESPAÑA lleva una cruz?
Esa también te molestará claro. Seguramente, según tus argumentaciones, la crisis que sufre España se debe precisamente a esa cruz del escudo y sus malas vibraciones.

Ánimo. Adelante. Tolerante.

Anónimo dijo...

-VAYA BASURA DE GENTE QUE HA ESCRITO LOS COMENTARIOS, QUE PORQUERIA IRRACIONAL QUE TIENE LA TIERRA MURCIANA, ESTA COMO EL RIO SEGURA A SU PASO POR MURCIA

Anónimo dijo...

He encontrado por casualidad esta noticia sobre el Cristo de Monteagudo y no puedo decir que me asombren los comentarios, porque están a la altura del 80 por ciento de la ciudadanía española,son de una "cutrez" que causa vergüenza ajena. A estos pobres descerebrados que insultan a este abogado por proponer que vayan quitándose símbolos religiosos de una religión concreta en un Estado ACONFESIONAL (nota para comentaristas: buscar en el diccionario por la A y está bien escrito, es todo junto) no les queda más futuro que colgar en Internet las fotos de su última juerga, porque como escritores u opinadores lo tienen bastante despejado en la Cope, pero no en emisoras o tribunas mediáticas que traten de tener un poco de nivel.
PD. NO ME IMPORTA ANTE QUIEN TE ARRODILLES, pero menos golpes de pecho y ayuda a buscar las facturas del TÍO PACO, el de los gitanos, el pobrecito Camps, que no llega a fin de mes ni con la visita del Papaaaaaa....