sábado, 16 de abril de 2011

El número de empresas ha caído en la Región de Murcia un 20% desde el año 2007

MURCIA.- El número de empresas ha caído en Murcia casi un 20%, exactamente un 19,23 por ciento, desde el año 2007, situándose así en la región donde más ha descendido el número de empresas, seguida a más de dos puntos por la Comunidad Valenciana (17,11%) y casi el doble que la media nacional (11,78%). 

   Lo que significa, según datos del Instituto Nacional de Estadística, la pérdida de 9.030 empresas creadoras de empleo, pasando de 46.952 en el año 2007 a 37.922 en el mes de marzo de 2011.
   Aunque hay que destacar como dato positivo que en el mes de marzo ha aumentado el número de empresas, al pasar de las 37.910 en febrero a 37.922 en marzo.
   A pesar de ello, la Región sigue perdiendo peso relativo, de hecho, mientras en el año 2007 llegaba a suponer el 3,2 por ciento del total nacional de empresas, ahora Murcia se encuentra en el 2,9 por ciento.

Jáuregui considera que el modelo económico del PP en la Región tenía "los pies de barro"

MURCIA.- El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, ha pedido este sábado en Alcantarilla (Murcia) un "voto de confianza" para cambiar el modelo económico del PP en la Región. Un modelo que, según Jáuregui, tenía "los pies de barro".

   Ha apostado por un cambio en la política murciana, y ha considerado que el PSOE tiene el derecho a demostrarle a los ciudadanos que son "la mejor opción para el futuro".
   En este sentido, se ha mostrado dispuesto a demostrar que "gran parte de lo que creían que era progreso y crecimiento era insostenible" y que el modelo del PP tenía "los pies de barro".
   Por contra, diferenció, la opción socialista "es la que mejor representa la sostenibilidad y la cohesión social", valores en los que se apoyan los socialistas para pedir "un voto de confianza" en las próximas elecciones autonómicas y municipales.

Casi 20.000 murcianos residentes en el exterior tienen derecho a voto en las autonómicas

MURCIA.- Casi 20.000 murcianos residentes en el exterior, la mayoría en Francia y Argentina, podrán ejercer su derecho al voto en las próximas elecciones autonómicas del día 22 de mayo. Para ello, tendrán que solicitarlo a la Oficina del Censo Electoral antes del día 23 de abril.

   El Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA), cerrado el pasado 1 de febrero, está compuesto por 19.717 murcianos residentes en 112 países de los cinco continentes.
   La mayoría de los electores residen en Francia (7.164 personas), seguido de Argentina (3.337), Alemania (1.735) y Brasil (1.607). También es significativa la presencia de electores murcianos en Suiza (835), Venezuela (576) y Reino Unido (551), según informaron fuentes del Gobierno regional.
   Respecto a la anterior cita electoral autonómica, que se llevó a cabo el 27 de mayo de 2007, podrán participar en el proceso electoral 2.391 murcianos residentes en el exterior más, ya que entonces había 17.326.
   La convocatoria electoral presenta este año dos novedades. Por un lado, el voto será rogado, es decir, quienes quieran participar en las elecciones tendrán que solicitarlo previamente, y, por primera vez, se podrá votar en las representaciones consulares.
   El procedimiento de voto rogado ya se empleaba en las elecciones municipales y se implanta ahora por vez primera en las autonómicas. Esta novedad ha sido introducida por la Ley Orgánica de Régimen Electoral, modificada a comienzos de este año.
   En cuanto al procedimiento de votación, ahora los electores murcianos podrán depositar su voto en las urnas que se instalarán en determinadas representaciones consulares españolas. También se puede optar por el voto por correo dirigido a la Junta Electoral correspondiente.

Jáuregui asegura que el Reglamento de Extranjería persigue la integración inteligente

MURCIA.- El ministro de la Presidencia, Ramón Jauregui, ha defendido hoy en Murcia que el Reglamento de la Ley de Extranjería aprobado ayer persigue "la integración inteligente" de los inmigrantes, por lo que establece que la entrada al país "tiene que estar ligada absolutamente al mercado de trabajo". 

Jauregui se refería así al rechazo a esta norma mostrado por ochenta organizaciones sociales, que piden la regularización inmediata de los inmigrantes ilegales, y afirman que esta ley no garantiza "su dignidad, su derecho al trabajo y a ser parte activa de la sociedad".
El ministro de la Presidencia ha explicado que el citado reglamento "trata de adaptar las políticas de inmigración a los tiempos", y que la principal adaptación pasa por que la entrada al país esté ligada "absolutamente" al mercado de trabajo, y "si el acceso al mercado de trabajo es muy limitado, que lo es, también tiene que ser muy limitada la entrada de inmigrantes".
A su juicio, el objetivo de este reglamento es integrar a los inmigrantes que viven aquí, "pero respetando el statu quo jurídico-político del país", y ha agregado que las políticas de inmigración son "una asignatura pendiente" todavía para la Unión Europea.
También se ha referido al Plan Contra la Economía Sumergida anunciado por el Gobierno de España y ha dicho que se aprobará la semana que viene o la siguiente, y que su objetivo es ligar la actividad económica y el empleo a la legalidad, para evitar la competencia desleal.
"No se trata de ninguna amnistía para las empresas", ha dicho el ministro, quien ha aclarado que tampoco se pretende el cese de actividad de las mismas, sino que operen dentro de la legalidad.

El Gobierno autoriza emisiones de deuda a seis comunidades autónomas pero no a la Región de Murcia

MADRID.- El último Consejo de Ministros ha autorizado emisiones de deuda y concertaciones de operaciones de crédito a largo plazo a un total de seis comunidades autónomas por valor de 1.409,4 millones de euros. Entre ellas no se encuentra la Región de Murcia por haber sobrepasado en 2010 el máximo legal recomendado por la Unión Europea en relación a su PIB.

   La mayor autorización se ha otorgado a Castilla y León, que emitirá 893,8 millones de euros, seguida de Asturias, que ha recibido autorización para emitir 265 millones.
   Un poco menos emitirán comunidades como País Vasco (82 millones) y Cantabria (61,8), mientras que Extremadura subastará deuda por valor de 54,5 millones y Canarias, por 52,3 millones.
   Los importes que se autorizan resultan conformes a los límites de endeudamiento acordados en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) y a los planes de reequilibrio 2010-2012 presentados por las comunidades.
   Las operaciones autorizadas corresponden al último tramo de endeudamiento con cargo al déficit de 2010 y se han concedido a las comunidades que lo han solicitado y se encontraban en cumplimiento de su objetivo de estabilidad de 2010.
   Así, las cifras autorizadas se conceden por los importes que permiten completar el incremento máximo de endeudamiento correspondiente a 2010.
   En el caso de Cantabria, se prorroga además hasta el 30 de junio de 2011 la autorización de diciembre de 2010 para tomar préstamos a largo plazo por el importe máximo pendiente de formalizar, que asciende a 101,8 millones de euros.
   Estas operaciones de endeudamiento se autorizan según lo establecido en la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas y en la Ley Orgánica complementaria de la Ley General de Estabilidad Presupuestaria, de 2001.

El poder de nuestros votos / Josefina Pérez Rodríguez-Patiño *

Las emociones colectivas se viven profundamente. La onda expansiva de la alegría personal por haber conseguido algo deseado se multiplica al encontrarse con la alegría de los otros. Si lo que nos une es el sufrimiento, entonces la presencia colectiva genera duelo, homenaje y reconocimiento, que parecen contrarrestar en parte la injusticia de la pérdida. Todos recordamos bien el subidón que se produjo el último verano en nuestro país al ganar el Mundial de fútbol. A todos nos resulta imposible olvidar el dolor común que nos invadió con los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. Los medios de comunicación, la televisión en especial, sirven siempre de potente altavoz a este sentir colectivo.

La política es campo abonado para la emoción colectiva, porque en política ningún logro es individual y ningún duelo solo personal. Puede parecer trivial, pero el voto, el derecho al voto, su reconocimiento y ejercicio es algo que toca profundamente las convicciones y el sentir de la ciudadanía. Nos llegan estos días imágenes de ciudadanos de Túnez y Egipto avanzando con esperanza hacia una nueva constitución, que reconozca su derecho a elecciones libres y democráticas. Los españoles vemos en ellos el mismo impulso y emoción que sentimos nosotros al acudir a las urnas por primera vez en la transición democrática. El mes pasado la televisión nos ha ayudado una vez más a recordarlo: cerca de un millón de españoles se agrupaban en manifestación por la Castellana de Madrid tras fracasar el golpe de Estado del 23F en 1981; en la calle y con los otros, se afianzaban las convicciones democráticas y crecía la confianza en una vida común con libertad y justicia.

La televisión también nos ha ilustrado hace poco acerca de otro episodio histórico de defensa del derecho al voto, con la proyección de la película sobre la lucha de Clara Campoamor en 1931, para que la Constitución de la II República reconociera el voto a las mujeres. Las primeras feministas focalizaron sus reivindicaciones en el derecho al voto, porque pensaron que les daba la llave para influir en las decisiones políticas y en las leyes que regían sus vidas. ´Hambre de voto´ han sentido siempre los oprimidos, que aspiran a contar en la construcción de la sociedad algo más que un cero a la izquierda. Fue emocionante ver cómo Clara Campoamor consiguió que los parlamentarios secundaran sus propuestas, que sus convicciones personales se hicieran colectivas y la mitad del pueblo soberano —las mujeres— se aprestara con su voto a participar en la política.

Sin embargo no parece que el voto en el siglo XXI cumpla las expectativas de la ciudadanía. En las democracias más maduras crece el desapego ciudadano a ejercer ese derecho, por cuya consecución otros y otras se dejaron la piel y la vida hace años. La abstención sube de manera escandalosa, mientras los candidatos echan mano de todo tipo de artimañas de propaganda para vender su imagen, aceptan financiación de origen dudoso cuando no abiertamente corrupto y adulan al electorado con demagogias que solo los cínicos soportan sin sonrojo. Una vez en sus escaños, ministerios, consejerías y ayuntamientos, esos ´representantes´ gobiernan y hablan en nuestro nombre, pero a la gente cada vez le cuesta más reconocerse en lo que dicen y hacen. Se discute sobre las causas del creciente desapego de los electores hacia el ejercicio del voto y se apuntan las más dispares, desde el individualismo egoísta de los habitantes de las sociedades ricas, hasta la corrupción generalizada de la clase política instalada en ellas. Lo cierto es que se ha olvidado algo básico: que «los Gobiernos deben ser de la gente, por la gente y para la gente», como dice Annie Leonard, autora del conocido y lúcido vídeo La historia de las cosas.

La terrible crisis económica en que estamos sumidos ha despertado muchas conciencias. Hemos visto atónitos cómo nuestros gobernantes están tomando decisiones contra nosotros, están empeorando nuestras vidas al obedecer el dictado de ´los mercados´ y olvidar los compromisos electorales que ganaron nuestro voto. En los papeles de Wikileaks hemos constatado, además, que los grandes valores democráticos son una simple careta de conveniencia para el ejercicio del poder. La política al desnudo resulta un crudo espectáculo, que solo nos merecería desprecio si no fuera nuestro verdugo. Esta crisis es también política: parece que hoy el valor del voto no es mayor que el de su papeleta.

Pero un sentimiento reivindicativo del protagonismo de la ´gente´ en la política está despertando. No tenemos que ir muy lejos para vivirlo colectivamente y sumarnos con alegría a su onda expansiva; basta con caminar en manifestación por la Gran Vía de Murcia junto con miles de ciudadanos; basta con decir bien alto que los recortes en los servicios públicos se traducirán en un futuro peor para todos, y basta con entrar en Facebook para compartir y fortalecer ideas, proyectos y decisiones de activismo ciudadano.

En Murcia, y en otros muchos lugares, los ciudadanos no quieren mirar pasivamente el deterioro social, y están pasando a la acción para cumplir el deber de velar por sus derechos. Ahora la ciudadanía ha empezado a reclamar transparencia, participación y rendición de cuentas a sus representantes políticos entre voto y voto.

(*) Miembro del Foro Ciudadano