domingo, 10 de junio de 2012

Desde Oviedo señalan a BMN como entidad a rescatar

OVIEDO.- El diagnóstico del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha cifrado en más de 40.000 millones las ayudas que necesitaría la banca española para resistir un hipotético empeoramiento de la situación económica y del entorno financiero global. El informe concluye con que las mayores entidades del país -Banco Santander y BBVA- son sólidas, pero añade que «persisten importantes vulnerabilidades» en otras. Éstas son, sobre todo, las antiguas cajas de ahorros, singularmente aquellas que ya han recibido auxilio económico, se escribe hoy en 'La Nueva España'.


Lo que ha trascendido de la evaluación del FMI no precisa qué entidades son las más problemáticas ni cuáles sus necesidades de capital. Pero en ámbitos financieros se da por sentado que los grandes «agujeros negros» del sistema son los que ya están bajo control del Estado: las nacionalizadas Bankia, Novagalicia, Catalunya Caixa y Banco de Valencia. Las necesidades conocidas de estas entidades superan los 29.500 millones de euros, repartidos así: 19.000 millones que ya ha solicitado Bankia para cubrir pérdidas y sanear su balance (además de los 4.465 millones que recibió en 2010 del FROB; 4.450 millones que necesita Novagalicia (resultante de la fusión de las cajas gallegas) para cumplir los requerimientos exigidos por el Gobierno sobre cobertura de riesgo inmobiliario, 4.478 millones que precisa Catalunya Caixa (segunda caja catalana) y los 1.607 millones en que se estiman las necesidades del Banco de Valencia.

Pero hay más entidades que, según el criterio del FMI, van a precisar auxilio público y que presumiblemente estarán en la órbita del rescate pactado con Europa. Semanas atrás, los primeros datos conocidos sobre el diagnóstico del FMI apuntaban a la existencia de un total de diez grupos vulnerables. El sector interpretó que esa lista incluía, además de los cuatro bancos citados, los casos de Unnim (absorbida por el BBVA), Caja España-Duero (en proceso de fusión con Unicaja), Banca Cívica (ya integrada en Caixabank) y Cajatres (en proceso de fusión con Liberbank e Ibercaja). Algunas fuentes amplían la relación con Banco Mare Nostrum (BMN), entidad liderada por Caja Murcia que mantuvo contactos para una fusión con Liberbank, el banco encabezado por Cajastur.

La nueva fusión en la que participa Cajastur (la integración de Liberbank, Ibercaja y Cajatres) ha nacido sin ayudas públicas, pero puede necesitarlas. El banco debe captar 2.500 millones de euros para reforzar su capital conforme a las exigencias del Gobierno sobre provisiones para el riesgo inmobiliario y no ha descartado cubrir una parte mediante un préstamo del FROB, la sociedad pública que se utilizará como vehículo para canalizar la ayuda europea.

No obstante, las necesidades definitivas de la entidad vinculada a Cajastur y del resto del sector dependerán, además de la evaluación del FMI, de las valoraciones independientes y auditorías que España ya tiene en marcha en todo su sector financiero.

El informe del FMI

El sector financiero no respalda a pie juntillas los augurios del Gobierno sobre la cantidad de bancos y cajas que tendrán que recurrir a las ayudas europeas. Los banqueros consultados sospechan que las entidades que tengan que recibir el dinero “no serán solo el 30%, sino muchas más”. Además, ven con cierta sospecha que España haya pedido prestados al Eurogrupo 100.000 millones, una cifra que está en línea con el cálculo máximo del FMI. 

El ministro de Economía, Luis de Guindos, dijo que esa cantidad tenía un “amplio margen de seguridad” con el que dar confianza a los mercados. Se refirió al 30% del sector financiero como “el problemático, como ha señalado el informe del FMI”.

Ese 30% de la banca son Bankia, CatalunyaCaixa, Novagalicia, Banco de Valencia y quizá alguna más. Pero el propio informe del organismo dirigido por Christine Lagarde, en su página 22, hace una descripción del sector financiero que ha inquietado a los banqueros porque sugiere que muchas más podrían tener problemas. Además, el sector sabe que los consultores que examinan al sector están revisando las carteras de créditos hipotecarios, de pymes y de empresas y van a exigir altos niveles de provisiones y de capital.

Por eso han visto con inquietud la división de la banca que hace el FMI. En su opinión, el informe de 76 páginas del organismo presidido por Christine Lagarde es impreciso, contradictorio y anticuado. Consideran que no tiene en cuenta las provisiones y el capital logrado entre enero y junio, “por lo que ha juzgado un sector financiero que ya no existe”.

El organismo internacional ha analizado la capacidad de resistencia de la banca española a una hipotética y severa crisis económica. Las conclusiones son que el sector podría necesitar entre 25.000 y 37.000 millones de euros. Esta última cifra se corresponde a un escenario catastrofista que implicaría una caída del 4,1% del PIB en 2012 y de 1,6% en 2013, además de un alza de paro y una caída adicional de los precios inmobiliarios del 30%. “Esta situación nos conduciría una revuelta social”, comentó un ejecutivo a 'El País'.

El FMI dice que “los tres bancos más grandes”, el Santander, BBVA y La Caixa, “que representan el 47% del sector podrían soportar un mayor deterioro de las condiciones económicas”. “El cuarto más grande” Bankia, “tiene 23.500 millones del Estado”. A continuación, habla de dos bancos más también nacionalizados, CatalunyaCaixa y Novagalicia.

El problema llega en el cuarto y quinto grupo: “Hay cuatro bancos que se han mantenido sin ayudas públicas” (probablemente Kutxabank, Banco Sabadell, Banco Popular y Bankinter). “Algunos de estos pueden verse sometido a presión por las mayores provisiones necesarias y puede registrar pérdidas en 2012”. Por último, habla de otros cuatro bancos (Ibercaja, Liberbank, Unicaja y Banco Mare Nostrum) “que ya tienen apoyo del Estado”.