MURCIA.- La muerte del vecino de Archena, Juan José Pérez Lozano, de 66 años y natural de la pedanía molinense de Campotejar, fallecido ayer
miércoles en el interior del cuartel de la Guardia Civil, de Archena, murió, en principio, por "causas naturales". Juan José, ex vendedor de cupones de la ONCE, presentaba, además, un fuerte golpe en la cabeza.
Así lo establece el informe
preliminar del Instituto de Medicina Legal de Murcia, recibido esta
mañana por el juzgado de Instrucción nº 1 de Molina de Segura,
responsable del caso, según informaron fuentes del Tribunal Superior de
Justicia de la Región de Murcia.
A la espera de los resultados de otras pruebas practicadas, y del
informe definitivo de la autopsia, los forenses concluyen, de forma
preliminar, que la causa inmediata de la muerte fue una "insuficiencia
cardíaca aguda".
Sin embargo, la familia del fallecido asegura que los guardias civiles le esposaron y pegaron.
Juan José Pérez llegó a discutir y abofetear a uno de los guardias antes de ser esposado y llevado a una sala. «¡Me lo han matado! Le pegaban y luego oí decir: ‘¿Y ahora qué hacemos?’», relata la viuda. "A mí marido le dieron guantazos, yo lo oí desde fuera".
"Dejadlo quieto, no pegadle", dice la mujer, Pascuala Gomariz, que les dijo a los agentes. Y que, en un momento dado, escuchó, sobre su marido: "Está tirado en el suelo, ya le ha entrado algo, ¿ahora qué vamos a decir?" .
El hombre acudió a las dependencias de la Guardia Civil para informarse de la denuncia que ese momento estaba poniendo contra él otra persona, a quien tenía alquilada una vivienda. La Benemérita le telefoneó como arrendador de esa vivienda para que acudiese al cuartel y prestara declaración por los hechos de los que se le acusaba: cortar luz y agua a su inquilina morosa.
En ese momento el hombre, que había acudido al cuartel "bastante nervioso y alterado", según fuentes de la Benemérita, se desplomó y cayó al suelo.
Los guardias civiles presentes en ese momento intentaron realizarle la reanimación cardipulmonar en el lugar pero ya no pudieron hacer nada por su vida.
Dieron aviso a los servicios médicos, que solo pudieron certificar el fallecimiento.
Una investigación interna de la Guardia Civil quiere aclarar lo ocurrido porque la versión que la Benemérita ofreció es que Juan José habría tratado de escaparse, estando aún esposado, y que se habría golpeado la cabeza.
La familia de este padre de cinco hijos, estudia interponer una denuncia contra los agentes para que se esclarezcan las circunstancias de la muerte de Juan José.
"Dejadlo quieto, no pegadle", dice la mujer, Pascuala Gomariz, que les dijo a los agentes. Y que, en un momento dado, escuchó, sobre su marido: "Está tirado en el suelo, ya le ha entrado algo, ¿ahora qué vamos a decir?" .
El hombre acudió a las dependencias de la Guardia Civil para informarse de la denuncia que ese momento estaba poniendo contra él otra persona, a quien tenía alquilada una vivienda. La Benemérita le telefoneó como arrendador de esa vivienda para que acudiese al cuartel y prestara declaración por los hechos de los que se le acusaba: cortar luz y agua a su inquilina morosa.
En ese momento el hombre, que había acudido al cuartel "bastante nervioso y alterado", según fuentes de la Benemérita, se desplomó y cayó al suelo.
Los guardias civiles presentes en ese momento intentaron realizarle la reanimación cardipulmonar en el lugar pero ya no pudieron hacer nada por su vida.
Dieron aviso a los servicios médicos, que solo pudieron certificar el fallecimiento.
Una investigación interna de la Guardia Civil quiere aclarar lo ocurrido porque la versión que la Benemérita ofreció es que Juan José habría tratado de escaparse, estando aún esposado, y que se habría golpeado la cabeza.
La familia de este padre de cinco hijos, estudia interponer una denuncia contra los agentes para que se esclarezcan las circunstancias de la muerte de Juan José.
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