sábado, 3 de octubre de 2015

El voto de 'S&P' a favor de Rajoy y 'Ciudadanos' y contra 'Podemos' y el secesionismo / A.R. Mendizabal

Un buen regalo precampaña y prenavideño ante el 20-D: S&P, una de las tres grandes agencias de calificación crediticia, ha subido un peldaño la nota de España. De BBB a BBB+. Es un voto adelantado por correo, o para mayor exactitud, por email y portal de internet. Es un regalo para algunos, especialmente el PP de Rajoy y por extensión el Ciudadanos de Albert Rivera. Para otros, carbón a los pies del abeto o del belén: los programas y agendas de Podemos y del secesionismo catalán no molan.

Por lo me­nos, no le molan a los ex­pertos ana­listas de Standard & Poor’s. Y tal vez, pero no del todo, tam­poco le en­tu­siasman a S&P las re­cetas del PSOE de Pedro Sánchez, que tam­bién ha pro­me­tido re­vocar al­gunas de las me­didas de aus­te­ridad del Gobierno Rajoy. En cual­quier caso, el co­mu­ni­cado per­pe­trado justo al inicio del fin de se­mana ha pi­llado un poco a con­trapié a los mer­cados y a la prensa in­ter­na­cional es­pe­cia­li­zada.

Pero no a to­dos. Titula el alemán Handelszeitung, por ejem­plo: ‘España se aleja más del bono ba­sura: Standard & Poor’s sube la nota a BBB+ y cer­ti­fica así una ca­lidad me­dia’. En efecto, España ha subido a BBB+ en la deuda a largo plazo, y con pers­pec­tiva es­ta­ble. Es un dato que sig­ni­fica algo más: no sólo se aleja de la ca­li­fi­ca­ción de bono ba­sura, a la que casi llegó en los peores mo­mentos de la crisis ban­caria de 2012, sino que pasa del grado bajo al alto entre las notas me­dias.

Si hu­biera otra subida de un solo pel­daño más, pa­saría al nivel A, que es ya una nota alta, un lugar más có­modo y re­con­for­tante. De todas for­mas, hasta re­cu­perar la soñada triple AAA to­davía falta un lar­guí­simo tre­cho: siete es­ca­lo­nes. En ese con­for­table primer tramo, con una nota A-2, está la sol­vencia de España en su deuda a corto plazo.

Más reac­ciones me­diá­ti­cas. La Tribune ti­tula: ‘S&P sube la nota de España a menos de tres meses de las elec­ciones le­gis­la­ti­vas, con elo­gios a las re­formas del mer­cado de tra­ba­jo’. Es un tí­tulo con bala, pero es que la me­dida anun­ciada por la agencia de ca­li­fi­ca­ción tiene todos los in­gre­dientes para con­si­derar que, efec­ti­va­mente, tiene las elec­ciones del 20-D en el punto de mira.

La ca­dena nor­te­ame­ri­cana CNBC, es­pe­cia­li­zada en in­for­ma­ción fi­nan­ciera y eco­nó­mica, pa­rece coin­cidir con la opi­nión de S&P y aplaudir la subida: ‘S&P me­jora un pel­daño la nota de España por el for­ta­le­ci­miento de la eco­no­mía’. Destaca que la an­te­rior subida fue en mayo de 2014 y que la agencia se apoya en ‘el po­de­roso y equi­li­brado com­por­ta­miento de la eco­nomía es­pañola en los úl­timos cuatro años, que está be­ne­fi­ciando gra­dual­mente las cuentas pú­bli­cas’.

Y la agencia Bloomberg, otro gran gurú de la in­for­ma­ción fi­nan­ciera mun­dial, ti­tula en su propio canal de TV: ‘S&P pro­yecta un cre­ci­miento no­minal del 4% para España du­rante los pró­ximos años’. Es más o menos así. Lo que prevé S&P es un cre­ci­miento no­minal del 3,8% este año y un 4% para el trienio 2016-2018.

En cre­ci­miento real, la agencia sube del 2,2% al 2,7% la pro­yec­ción para 2015 y los dos pró­ximos años. Por es­crito y para sus sus­crip­to­res, Bloomberg sub­raya tam­bién que la nueva nota BBB+ es tres es­ca­lones por en­cima del bono ba­sura, aunque no pre­cisa que es sólo un pel­daño por de­bajo de la cá­lida ca­te­goría A.

Todos estos me­dios y otros que re­cogen la me­jora cre­di­ticia hacen hin­capié en el con­te­nido de dos pá­rrafos clave del co­mu­ni­cado. Uno de ellos de ellos se re­fiere a las re­for­mas, es­pe­cial­mente las la­bo­ra­les, y pun­tua­liza una vez más la in­con­ve­niencia de man­tener un mer­cado de tra­bajo de dos ni­ve­les, el de los fijos con pri­vi­le­gios y el de los even­tuales a merced de todo. Por eso, S&P dice: ‘Una in­cer­ti­dumbre sig­ni­fi­ca­tiva que vemos es si los Gobiernos que vengan serán ca­paces de con­servar o in­cluso am­pliar el só­lido rumbo ré­cord de re­formas para for­ta­lecer la com­pe­ti­ti­vi­dad. No está claro lo que po­dría sig­ni­ficar un po­sible cambio po­lí­tico fu­turo para la prin­cipal de­bi­lidad eco­nó­mica de España: la tasa de pa­ro’.

El se­gundo pá­rrafo clave in­cor­pora el ele­mento ca­talán y el de la po­si­bi­lidad de un giro po­lí­tico, aunque sin men­cionar a los par­ti­dos, evi­den­te­mente. Pero no hace falta: ‘La po­si­bi­lidad de un en­torno po­lí­tico frag­men­tado des­pués de las elec­ciones de este año puede llevar a des­via­ciones de po­lí­tica fiscal y es­truc­tu­ral, que po­dría poner en pe­ligro los ob­je­tivos de dé­ficit y de cre­ci­miento eco­nó­mico del Gobierno. Dicho eso, una de nues­tras su­po­si­ciones clave es que las ten­siones entre el Gobierno cen­tral y las au­to­ri­dades au­to­nó­micas de Cataluña re­mi­tirán poco a poco y que Cataluña se­guirá siendo parte de España. Si Cataluña de­jara de ser parte e España, creemos que al­gunos ele­mentos para la me­di­ción cre­di­ticia de España, in­clu­yendo la renta media per cá­pita, la cuenta co­rriente ex­terna y las fi­nanzas del Gobierno se de­bi­li­ta­rían, así como la ca­lidad cre­di­ti­cia’.

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