Rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de los viernes. El
tema, el habitual: la corrupción de los miembros del partido del
gobierno. Tras haber soltado sus melonadas sobre cómo todo el mundo debe
cumplir la ley menos ellos, Sáenz de Santamaría escucha atentamente las
tranquilizadoras palabras del ministro de Economía. Muy
tranquilizadoras: en Bankia ya no se roba y el sistema financiero
español es sólido. Los de Standard & Poor han echado una manita
subiendo el ranking hispano. Y seguramente no nos habrá salido demasiado
caro comprar el favor.
En
cuanto al presunto ladrón de Bankia, el ex-ministro, ex-vicepresidente
del gobierno, ex-director del FMI, Rato, ha quedado reducido a una
intrincada forma filosófica, lo otro.
Carece de corporeidad. Como cuando Rajoy se negaba a pronunciar el
nombre Bárcenas. Guindos tampoco reconoce la personalidad de aquel con
quien ha tratado en numerosas ocasiones, como se ve a través de muchas
fotos e imágenes. Es una realidad fantasmagórica. Llega en forma neutra,
como lo, un universal, como lo bello o lo bueno, pero un
universal ignoto. Nadie conoce hoy a Rato salvo el ministro del
Interior. Y este, en el secreto de la confesión.
Lo otro
es un pájaro que presuntamente lleva toda su vida, al menos la pública,
estafando a sus compatriotas y viviendo a cuerpo de rey del resultado
de sus supuestos delitos. En esto no se diferencia gran cosa de muchos
otros compañeros suyos de partido y fechorías: el que no se ha robado un
palacete ha trincado unos millones de adjudicaciones falsas. Algunas de
sus mangancias son alucinantes. 40.000 euros al mes por asesoría verbal
a no sé qué otro ejemplar sinvergüenza que, a su vez se embolsaba los
millones fraudulentamente. Y ello mientras se levantaba dos millones de
pavos al año por cargarse Bankia.
Esas asesorías verbales eran
también práctica socorrida del actual embajador en Londres, Trillo, y el
diputado Pujalte que cobraban una pastuqui por tal concepto teniendo
dedicación exclusiva en el Congreso. Cobrar 40.000 euros al mes por
charlar un rato con un empresario en un bar con unas gambas quizá sea el
mejor retrato de la Marca España. A ser posible. uno de esos
mesones que lucen un garrote colgado en la pared y un retrato del
Caudillo en alguna parte. Esta es la esencia del país, la corrupción
desde el poder y en el poder. Rato personifica la esencia del país. La
esencia de Rato, la rata esencia.
Pero
no haya cuidado pues las palabras del ministro han sido
tranquilizadoras. Ha dicho que el sistema bancario es sólido y que, de lo otro
ya se ocupan lo tribunales. ¿Y cuál es el crédito del ministro? Pues
exactamente el mismo que el de Zapatero cuando en 2010 afirmaba que
nuestro sistema de cajas era sólido y el del propio Rato, a su vez
ministro de Economía antes que este ministro de Economía. El mismo
crédito. Es decir, ninguno. De ese modo, cuando dentro de un par de años
el ministro de Economía se refiera al De Guindos de hoy como "lo otro",
no será causa de excesiva sorpresa.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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