miércoles, 27 de julio de 2016

Rebelión en Cataluña y España sin Gobierno / Pablo Sebastián *

Entre las ‘habilidades técnicas’ que se utilizan en los golpes de Estado figura la imagen del ‘vacío de poder’ como el momento propicio para desbordar la legalidad e imponer una dictadura por encima de la ley. Así lo hicieron en España los golpistas del 23-F, Suarez había dimitido y Calvo Sotelo no había sido investido presidente cuando Tejero entró en el Congreso de los Diputados y secuestró al Gobierno y a todos los diputados del país con la intención de poner al general Armada como el presidente de la nación, lo que afortunadamente no prosperó.

Pues algo parecido acaba de ocurrir en Cataluña pero aún en fase de tentativa: en España llevamos ocho meses sin Gobierno, el Rey celebra este miércoles unas consultas decisivas para la investidura de un nuevo presidente del Ejecutivo y, en el interregno del largo vacío de poder, los secesionistas catalanes de ‘Juntos por el si’ y la CUP a instancias de la Presidenta y la Mesa del Parlamento catalán, se han declarado en rebeldía contra el Tribunal Constitucional (TC). Y han acordado con mayoría de la Cámara la ‘desconexión’ catalana del Estado al margen de la legalidad.

Estamos ante una grave decisión que, al margen de los recursos legales que han de conducir a la suspensión de sus funciones de la presidenta del Parlamento Catalán y de los miembros de la Mesa que aprobaron la propuesta luego votada en la Cámara catalana, constituye un paso mas reiterado, recalcitrante y desafiante que merece una respuestas clara y contundente del Estado como lo sería la suspensión del Estatut catalán.

Todo lo demás ya se ha ensayado, probado, recurrido y condenado en el marco legal español y la consecuencia de la larga vía legal solo ha servido para recalentar los ánimos en pos del enfrentamiento entre el independentismo catalán (que sustentan ciertos poderes económicos de Cataluña) y el Estado. Lo que debe conducir lo antes posible a un punto y a parte o punto final, con la intervención de la instituciones catalanas. Las que por cierto están necesitadas de una seria auditoria que ponga a flote el inmenso pantano de la corrupción de los partidos secesionistas.

Todo lo demás son paños calientes que dejan en la indefensión mas absoluta a mas de la mayoría de la sociedad catalana y al conjunto de la sociedad española que asiste perpleja a semejante espectáculo. El que se suma a la crisis institucional española en la que el nuevo desafío de los secesionistas catalanes puede tener un impacto decisivo a favor de la formación rápida de un gobierno de amplia base y estable que esté en condiciones de abordar la rebelión catalana y los graves problemas económicos, sociales e institucionales que tiene España.

No hay mal que por bien no venga, dice un proverbio español. Pues bien vamos a ver si esta rebelión que los secesionistas catalanes han puesto en marcha, en víspera de las reuniones del Rey Felipe VI con los primeros líderes nacionales Rivera, Iglesias, Sánchez y Rajoy, puede favorecer la investidura y formación del Gobierno de España en un plazo breve de tiempo.

Así debería ser y si fuera posible con la presencia en el Gabinete de los representantes del PP, PSOE y C’s lo que daría estabilidad y la máxima fuerza política a las decisiones que el nuevo Gobierno deberá tomar. Y que en el caso catalán han ser contundentes visto el olímpico desprecio de los dirigentes secesionistas catalanes al Tribunal Constitucional y a la legalidad. Lo vimos durante la consulta del 9N que ni el Gobierno ni el TC se atrevieron a prohibir y de esos lodos consentidos estos polvos de la rebelión abierta y frontal que ahora tenemos que abordar.


(*) Periodista


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