MURCIA.- La Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente ha adelantado los
trabajos de control de insectos perforadores en las masas forestales de
la Región, tras detectar en las últimas semanas diversos focos de
Orthotomicus erosus en los parajes de El Cerrillar, Cresta del Gallo y
El Bojal, en el parque regional El Valle y Carrascoy, con el fin de
evitar su propagación.
La mayor actividad de esta especie de plaga corresponde al periodo
comprendido entre los meses de mayo y noviembre, coincidiendo con
temperaturas suaves. Generalmente sus ataques no provocan la muerte de
los árboles, pero los resultados que se están observando en este monte
manifiestan claramente que esta especie ha adoptado un comportamiento
anómalo, llegando a ocasionar la muerte de los árboles en determinadas
situaciones de debilidad.
La Dirección General de Desarrollo Rural y Forestal lleva a cabo
trabajos urgentes para la eliminación de árboles afectados, mediante
corta, descortezado y trozado, con el fin de reducir también la
población de adultos que se mantienen durante el invierno en las grietas
de la corteza, a la espera de iniciar su actividad con la subida de la
temperatura durante la primavera. Los adultos son voladores fuertes,
capaces de cubrir varios kilómetros en busca de material huésped
adecuado, por lo que urge su control.
También se realizan trabajos de seguimiento de la plaga Tomicus
destruens, que inicia en estas fechas su reproducción, coincidiendo con
la bajada de temperaturas. Aquellos pies que muestren síntomas de ataque
por esta especie serán tratados urgentemente mediante corta,
descortezado y desramado.
Tanto Orthotomicus erosus como Tomicus destruens son perforadores que
atacan árboles sometidos a estrés hídrico o fisiológico, y sus larvas
se alimentan del floema, que es un tejido ubicado en la corteza interna
de los troncos de las coníferas, generando galerías larvarias que
impiden la conducción de recursos hídricos desde el sistema radicular a
las copas. Como consecuencia de este ataque las copas de los árboles
adquieren un color amarillento y rojizo, que es un síntoma inequívoco de
la muerte del árbol.
Al dilatado periodo de sequía iniciado durante el año hidrológico
2013/2014, que fue clasificado como el más seco desde que se dispone de
registros, le han seguido otros también clasificados como muy secos y
con una precipitación claramente deficiente para el funcionamiento
biológico de los sistemas forestales. El año hidrológico 2015/2016 se ha
cerrado en las estaciones próximas al monte del Valle y Carrascoy con
120 mm en Corvera, 137 mm en La Alberca y 163 mm en Cabezo de la Plata.
Se trata de una precipitación muy limitante para el desarrollo
fisiológico de la vegetación forestal.
A la delicada situación meteorológica por déficit de lluvias de la
Región se suma en las masas forestales de pinar (Pinus halepensis) otro
elemento claramente debilitador: la procesionaria (Thaumetopoea
pityocampa), que durante el pasado invierno provocó una elevada
defoliación en los pinares de una buena parte de la Región, los cuales
no han recuperado totalmente el follaje perdido, con lo cual han
reducido significativamente la actividad fotosintética y en consecuencia
el almacenaje de hidratos de carbono en los árboles.
La procesionaria es una plaga endémica que además está estabilizada,
lo que significa que no puede ser erradicada por muchos medios que se
utilicen. Los ataques de procesionaria provocan la debilidad de los
árboles, facilitando así la entrada de otros agentes como los
perforadores
No hay comentarios:
Publicar un comentario