En vísperas de la investidura de Mariano Rajoy como presidente del
Gobierno, el rey Felipe VI, ha querido dejar claro que es partidario de
una reforma de la Constitución de 1978, según ha manifestado a varios de
los representantes de los grupos políticos con los que se ha reunido en
las últimas cuarenta y ocho horas. Frente a la prudencia que siempre ha
exhibido Mariano Rajoy sobre la reforma de la Constitución que exige un
amplio consenso, el Jefe del Estado, según ha trascendido es partidario
de “desdramatizar” esa reforma y aplicar, sobre todo, el sentido común.
Todo eso ha trascendido al final de la quinta ronda de consultas
entre los representantes de los grupos políticos (excepto Bildu y
Esquerra Republicana de Cataluña, ERC, que se han negado a despachar con
el Rey en el Palacio de la Zarzuela), unas consultas que vienen siendo
realizadas por el Jefe del Estado, desde las elecciones generales del
pasado 20 de Diciembre, y al final de las cuales, Mariano Rajoy Brey, ha
sido propuesto, por segunda vez, como candidato a la Presidencia del
Gobierno, en una investidura que se desarrollará entre el miércoles 26 y
el sábado 29 para que el domingo 30, con el Rey en Madrid, de vuelta de
su viaje a Cartagena de Indias (Colombia) donde ha asistido a la XXV
Cumbre Iberoamericana.
En realidad esta es la tercera vez que Mariano Rajoy, que lleva diez
meses como Presidente del Gobierno en funciones, algo insólito en la
historia de nuestra democracia, recibe el ofrecimiento real, ya que el
primero, efectuado el 22 Enero fue rechazado por el candidato con una
fórmula en la que “declinó” esa oferta del Jefe del Estado, algo
considerado totalmente contrario a derecho, porque impedía poner en
marcha el reloj de una nueva convocatoria electoral y que, en su
momento, produjo un claro enfrentamiento y todo tipo de tensiones entre
el Palacio de la Zarzuela y el de la Moncloa.
Para el entorno del Jefe del Estado y para muchos
constitucionalistas, si algo ha enseñado esa inexplicable situación, que
pudo prolongarse hasta el infinito, si nadie asumía una primera
investidura y se ponía en marcha el reloj para la disolución de las
Cámaras, es que la ambigüedad del Articulo 99 de la Constitución, limita
al máximo las prerrogativas del Rey, sometido durante todos estos meses
a una serie de presiones que ha sabido esquivar con prudencia, para no
salirse ni un milímetro de su papel Constitucional. Especialmente
cuando, claramente, le han pedido su intervención para convencer a uno u
otro candidato, para algo determinado.
Ese tema que algunos de los representantes políticos han sacado, de
pasada, a relucir durante las consultas, entraría a formar parte de una
futura Reforma de la Constitución, algo que preocupa al Rey, según ha
revelado este martes el representante de Compromís, Joan Baldoví, tras
su despacho con el Monarca. Según Baldoví, Felipe VI le ha transmitido
que hay que “desdramatizar” estos temas ya que consideraría oportuno
abordar la Reforma de la Constitución en esta Legislatura. “Con
desdramatizar se ha referido al tema de la reforma de la Constitución, y
que no hay que tener miedo a abordar determinados temas”, ha dicho
Baldoví, que ha querido matizar con palabras textuales del Rey “Reforma
constitucional, siempre, desde un punto de vista del sentido común”.
No deja de ser significativo que, en vísperas de una nueva
legislatura, con un nuevo Presidente y con un nuevo Gobierno y días
antes de que se inicie la investidura, el Rey haya querido dejar claro,
ante los miedos del futuro presidente Mariano Rajoy, que hace falta una
Reforma de la Constitución, que esa Reforma tiene que hacerse desde el
sentido común, que esa reforma tiene que contemplar el problema de
Cataluña, según declaró ayer el representante de PDE Cat, Francesc Homs,
aunque manifestó su frialdad y escepticismo a que La Constitución, a
estas alturas, pueda solucionar el contencioso que enfrenta a Cataluña
con el Estado.
De cualquier modo, que en vísperas de la Investidura, el Rey se haya
puesto al frente de la Reforma de la Constitución, conociendo todas las
reticencias que el futuro Presidente tiene a este tipo de cambios, es
todo un síntoma de la etapa que se abre este domingo con la formación de
un nuevo Gobierno y una Legislatura, decisiva bajo todos los puntos de
vistas.
(*) Periodista y economista
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