lunes, 3 de octubre de 2016

El portero de Ferraz / Ángel Montiel *

Debería preocuparnos el portero de Ferraz. Durante toda la semana estuvo impidiendo el acceso a la sede a los mismos que el sábado la tomaron por asalto y ahora son los nuevos amos del cortijo.

Este buen hombre se jugó el pan de sus hijos cuando en la mañana del pasado jueves no dejó pasar a La Que Ahora Manda Aquí Guste o no Guste, una tal Pérez. Esta señora, tras presentarse a los periodistas que estaban en la puerta como la nueva líderesa del PSOE, dio unos pasos más y se encontró ante el portero.

–Lo siento, pero esta puerta está bloqueada, como el país.

–Deje paso, que ahora soy La Que Manda Aquí.

–No es no.

–Absténgase. Debo pasar Guste o no Guste.

–¿Qué parte del no no ha entendido?

Esta fue la guinda, pero  también tuvo que parar a los dimisionarios que acudían a recoger las fotos de sus hijos y habría tenido que dejar en la calle al mismísimo Felipe González si, para no gastar desde su oficina, hubiera ido a la sede a usar el teléfono para llamar a Sudan del Sur, donde tiene unos negocios petroleros opacos con su amigo Cebrián. Demasiada carga para un simple empleado, probablemente mileurista y eventual, pues los socialistas, tras la reforma laboral de Zapatero, no hacen fijo ni a Dios.

Estas son las injusticias de la vida. Todo el mundo preocupado por el futuro de Pedro Sánchez y nadie se acuerda del portero de Ferraz, ahora en la cuerda floja por cumplir con su deber. Apuesto una caña a que la primera decisión de la Gestora consistirá en despedirlo con veinte días de indemnización para contratar a un portero andaluz.


(*) Columnista


No hay comentarios: