La salida de Pedro Sánchez de la secretaría general del PSOE, por sus
fracasos electorales y escasez de liderazgo, proyecto y discurso
político, ha dejado al Partido Socialista descabezado, dividido y
desorientado en un tiempo crucial para España y para la izquierda de
este país. Provocando un vacío de poder en el PSOE que no puede llenar
la ‘destapada’ Susana Díaz hoy abrasada por su visible activismo
conspirador dentro y fuera del PSOE, al servicio de ‘felipismo’ de nuevo
cuño neoliberal en el que está un sector del Ibex, el Grupo Prisa y
Felipe González.
De ahí la fuerza con la que está emergiendo ante las bases
socialistas la figura de Josep Borrell, como un político de fuste
dialéctico con un buen discurso nacional -dio una brillante batalla
frente al secesionismo catalán-, europeo y social, que conecta con las
bases del PSOE y garantiza una oposición dura pero razonable al que
pronto será nuevo gobierno del PP.
Regresamos, pues, al Comité Federal del PSOE con la certeza de que
este ‘máximo órgano entre congresos’ socialista aprobará la ‘abstención’
de su grupo parlamentario para evitar unas terceras elecciones (que
serían malas para el PSOE) y para facilitar la gobernabilidad del país
con un gobierno en minoría de Rajoy.
Y también para que el PSOE consiga un tiempo precioso de refundación,
reflexión y debate que abra paso a un nuevo y prestigioso liderazgo del
partido, ajeno a la ‘insoportable levedad’ y a los graves errores de
los secretarios generales Pedro Sánchez y José Luis Rodríguez Zapatero
que están en el origen de la actual postración política y electoral del
PSOE.
Pero evitar las terceras elecciones no debe suponer el aplazamiento
‘sine díe’ del Congreso extraordinario del PSOE porque este partido
necesita con urgencia un renovado proyecto político y potente liderazgo,
máxime en las malas circunstancias en las que se encuentra el partido
-con riesgo añadido de disolución de las Cortes y adelanto electora en
manos de Rajoy- con unas bases enfrentadas a la actual dirección
interina y mientras sufren el ataque de Podemos por su izquierda.
Y sobre todo cuando tenemos graves asuntos nacionales por resolver
que son de la mayor importancia. Los que van desde el desafío
secesionista catalán, a la convergencia fiscal con la UE y por supuesto a
la reforma de la Constitución, la búsqueda de unos nuevos pactos ‘de la
Moncloa’ (sociales) y de Toledo (pensiones) y de la ley electoral para
que se favorezca en este país la gobernabilidad en este tiempo de
fragmentación parlamentaria.
De manera que si el Comité Federal de este domingo se limita a
favorecer la abstención del PSOE para investir a Rajoy y no convoca un
congreso del partido para rehacer y renovar su proyecto y liderazgo, la
crisis del PSOE crecerá. Y su función opositora en la legislatura
quedará desdibujada en manos de dirigentes de segundo o tercer nivel que
no tienen legitimidad ni el apoyo de las bases socialistas.
Pero da la impresión que la gestora que preside Javier Fernández, a
las órdenes de Susana Díaz y del felipismo neoliberal, no quiere
congreso para dar tiempo al desembarco de la andaluza en Madrid. Pero
esto del congreso inmediato del partido y no solo la abstención pro
Rajoy es algo que debería debatir y acodar hoy el Comité Federal como
elemento esencial para rehacer la muy deteriorada unidad del PSOE en pos
de un nuevo y fuerte liderazgo como el que Josep Borrell podría
encabezar.
(*) Periodista
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