martes, 11 de octubre de 2016

Rosa, un poquito de pudor con tu camarada Miguel / Apunte de Argárico *

Hace pocos días la más que ambiciosa alcaldesa socialista de Águilas, Carmen Moreno, intentó sin éxito - ella sabrá por qué - cambiar el nombre del Paseo de Calabardina por el del ex alcalde socialista de Lorca, el maestro nacional recientemente fallecido y más que controvertido Miguel Navarro Molina, aprovechando que en esa privilegiada atalaya sobre el mar poseía una notable mansión - hoy de sus herederos, supongo- cuya financiación nunca estuvo muy clara respecto a la empresa promotora-constructora, tal vez concesionaria de obras públicas locales o tal vez no. 

A lo mejor Podemos termina desentrañando el entuerto al saber de buena tinta que ese homenaje, hoy por hoy, es inviable en Lorca por mucho más y no porque gobierne un PP más que cómplice del desaparecido.

El tema se tuvo que dejar sobre la mesa del Pleno municipal aguileño ante la falta de pudor de la alcaldesa por llegar a plantearlo a los demás grupos removiendo un pasado que los socialistas murcianos debieran enterrar para evitar que ahora surjan versiones sobre hechos pasados algo oscuros y, obviamente, ya sin posibilidad de ser rebatidos por el afectado. Hablamos de los convenios urbanísticos, finalmente gravosos para el erario público lorquino o el paso por los tribunales del ex alcalde aunque la presunción se extinguiese por prescripción y no por sentencia. Por no sacar a colación otra serie de cuestiones delicadas que mejor vale olvidar por el buen nombre de quien ya es historia y descansa en paz entre los muertos sin homenajes ni placas que su familia no ha pedido.

Sé que al abogado del Estado, Juan Ramón Calero, ex jefe de la Oposición de AP en la Asamblea Regional, no le hará ninguna gracia que se cuestione ahora la figura del ex presidente de la cámara e íntimo amigo como preparador de la hija y porque vivieron juntos el incendio del Parlamento murciano a raíz de un golpe de estado interno en 1993 contra el presidente socialista de la Comunidad Autónoma, a la sazón Carlos Collado, a manos de Navarro y la sucesora del anterior, la susanista María Antonia Martínez, junto con Enrique Amat,  jaleados todos por una suerte de chusma militante traida de la Vega Media y valle del Guadalentín. 

(Fuí testigo presencial de todo aquello y de la soledad de Navarro en su despacho afectado por las llamas cuando ambos nos quedamos frente a frente al final de aquel fatídico día casi sin cruzar palabra.  Porque aunque la irresponsable política de todo lo devenido fuese la delegada del Gobierno Concepción Sáez, el autor intelectual del 'punch', esperando un beneficio político directo, fuese Navarro, mucho más que consciente mientras fijaba la mirada en los rescoldos).


Ante el fracaso de la aguileña, la zapaterista Rosa Peñalver, hoy presidenta de la Asamblea aunque de gustos antagónicos con la anterior pero la misma falta de pudor, lo intenta ahora por otro flanco proponiendo darle el nombre del Salón del Príncipe del edificio institucional a Navarro, presidente entre 1987 y 1993 y fallecido en fecha tan demasiado próxima para la reflexión serena y sensata, como enero de este año, ante el recelo de los grupos parlamentarios del PP, Podemos y Ciudadanos.

Unas semanas antes el secretario general del PSRM-PSOE, Rafael González Tovar, propuso a los grupos que se le haga este reconocimiento al tercer presidente de la Asamblea Regional, entre 1987 y 1993. Los representantes manifestaron que, en principio, no están de acuerdo con esta proposición puesto que sentaría precedente al ser el primer político distinguido con este reconocimiento.
Aunque todos los portavoces manifestaron ahora que trasladarán el ahora ofrecimiento de Peñalver a sus respectivos compañeros de grupo, tanto María Ángeles García Navarro, de Podemos, como Juan José Molina, de Ciudadanos, y fuentes populares autorizadas, creen oportuno mantener la línea actual y olvidar el tema.
Por su parte, el diputado socialista Emilio Ivars prefirió esperar a abordar el asunto con el resto de parlamentarios del PSOE aunque mucho me temo que un PSRM muy divido no esté para esta especie de debates innecesarios en época de mudanza y lucha cainita. Los socialistas mejor que nadie saben de que pelaje político y ético estaba hecho Navarro y las consecuencias nefastas son casi 25 años del PP en San Esteban, y su consiguiente amistad con Valcárcel, más el progresivo derrumbe electoral del partido.
En lo que sí coincidieron las cuatro formaciones es en rendirle un homenaje, en el que esté presente la familia de Miguel Navarro. Total, poca cosa, lo mínimo indispensable para salvar el compromiso en que la de San Javier ha puesto a todos cuando aún humean las brasas de los incendios provocados por el político lorquino, que llegó a ser un apestado en Moncloa y Ferraz, algo que saben muy bien tanto Tovar como Peñalver aunque ahora se disfracen de amigos, no se sabe muy bien conque fín, de quienes le volvieron la espalda.


(*) Pseudónimo de un veterano periodista murciano

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