miércoles, 9 de noviembre de 2016

Que viene el lobo….y el lobo vino / Victoria Torre *

Muchos son los que confiaban en la victoria de Hillary Clinton, pero las cosas no parecían tan claras en las últimas semanas, con encuestas que cambiaban de rumbo en medio de una dura campaña electoral y de noticias poco favorecedoras para los candidatos (desafortunadas declaraciones de Trump, emails de Clinton investigados por el FBI….).


En al­gunos mo­mentos la ca­rrera hacia la Casa Blanca la lucha ha es­tado muy reñida, pero al final la de­lan­tera la ha con­se­guido Donald Trump, per­so­naje me­diá­tico, con­tro­ver­tido y sin ex­pe­riencia po­lí­tica, as­pectos que no le han im­pe­dido con­ver­tirse en el pre­si­dente nº 45 de los EEUU.

Aunque se es­pe­raba una reac­ción im­por­tante de los mer­ca­dos, lo cierto es que los ín­dices eu­ro­peos están so­por­tando re­la­ti­va­mente bien la pre­sión. Tal vez porque esta vez es­taban más pre­pa­rados para cual­quier no­ti­cia, tal vez porque se confía en que a partir de ahora la ac­titud de Trump sea más con­ci­lia­dora que la ma­ni­fes­tada en cam­paña. El Ibex 35 con­serva los 8.500 pun­tos, y a me­dida que pasa la jor­nada al­gunos va­lores se atreven in­cluso con los nú­meros ver­des.

Distinto ha sido el caso del Nikkei ja­po­nés, que esta ma­dru­gada ha su­frido un cas­tigo más se­vero, en res­puesta a la fuerte apre­cia­ción del yen.

La vic­toria de Trump ya es un hecho y lo que pase de aquí en ade­lante de­pen­derá de si man­tiene al­gunas de sus pro­puestas más con­tro­ver­tidas o, por el con­tra­rio, co­mienza a ma­ti­zar­las. Trump puede ha­cerle daño a los mer­cados de mu­chas ma­ne­ras, pero en con­creto po­dríamos pensar en el le­van­ta­miento de muros con México, la de­ro­ga­ción de los acuerdos co­mer­ciales en vigor o el au­mento irres­pon­sable de deuda de un país que des­taca ya por su des­equi­li­brio en este sen­tido.

Nada es bueno para todos ni malo de una ma­nera ge­ne­ral. Algunos sec­tores pueden verse apo­yados por la po­lí­tica mo­ne­taria de Trump, mien­tras que otros po­drían su­frir irre­mi­si­ble­mente. Entre los pri­me­ros, des­ta­ca­ríamos al sector sa­lud, al cons­truc­tor, al ban­cario y al ener­gé­tico.

Las com­pañías del sector salud ha­brían es­tado en peor si­tua­ción con Clinton, que meses an­te­riores ad­vir­tió, cau­sando gran re­vuelo, sobre el precio de los me­di­ca­men­tos. La de­ro­ga­ción del Obamacare po­dría ser una de las prio­ri­dades del nuevo go­bierno, aunque serán ne­ce­sa­rios mu­chos más de­ta­lles. Nuestra Grifols po­dría ser una de las be­ne­fi­ciadas en este caso, si te­nemos en cuenta que ob­tiene en EEUU más de un 60% de sus in­gre­sos.

Las in­fra­es­truc­tu­ras, la cons­truc­ción, pa­re­cían a salvo con ambos can­di­da­tos, si bien es cierto que en el pro­grama de Clinton go­zaban de una mayor vi­si­bi­li­dad. Esperemos que no sea por la vía del le­van­ta­miento de un muro por la que vengan los in­gresos de las cons­truc­to­ras, pero lo que pa­rece ase­gu­rado es un fuerte gasto en in­fra­es­truc­tu­ras. Ferrovial, ACS, OHL o FCC po­drían sacar ta­jada en el re­parto de con­tra­tos.

Los bancos po­drían agra­decer la elec­ción del nuevo pre­si­dente, que en al­guna oca­sión se ha ma­ni­fes­tado sobre los efectos de los tipos de in­terés ba­jos. Una subida de tipos más rá­pida y ver­tical ayu­daría a re­cu­perar los már­genes del ne­gocio ban­ca­rio, aunque no para todos los bancos los efectos se­rían igua­les. BBVA, con su ex­po­si­ción a México, na­daría entre dos aguas, y ten­dremos que ver hacia qué orilla im­pulsa la co­rriente con más fuerte.
Importante será ver, por otro lado, cuál es la nueva re­la­ción entre la Fed y go­bierno, y si se trunca la his­tó­rica in­de­pen­dencia entre am­bos.

Así como Hillary Clinton pa­recía es­pe­cial­mente preo­cu­pada por el cui­dado de las ener­gías lim­pias, Trump no pa­rece que vaya a ocu­parse es­pe­cial­mente en este tema, a la vez que po­drían darse pasos en firme en la re­gu­la­ción de­fi­ni­tiva de la ac­ti­vidad del frac­king. En este sen­tido, el im­pacto en nues­tras em­presas será de­sigual. Gamesa se verá pe­na­li­zada si se re­tira el apoyo a las re­no­va­bles, Repsol o Técnicas Reunidas po­drían verse fa­vo­re­cidas por el nuevo go­bierno e Iberdrola se vería ex­puesta de di­fe­rente modo en fun­ción del tipo de ac­ti­vi­dad.

Más allá de sec­tores con­cre­tos, será esen­cial para la eco­nomía del país a medio plazo com­probar los de­rro­teros por los que irá la po­lí­tica del país. El cre­ci­miento de la pri­mera eco­nomía mun­dial po­dría re­sen­tirse se­ria­mente si em­piezan a po­nerse res­tric­ciones im­por­tantes al libre co­mercio y los in­ver­sores in­ter­na­cio­nales po­drían dar la es­palda al país si los nuevos pro­yectos co­mienzan a fi­nan­ciarse me­diante in­cre­mentos de deuda, si­tua­ción que po­dría des­pertar los te­mores de las agen­cias de ca­li­fi­ca­ción cre­di­ti­cia.

Toca ahora es­perar y ver, y con­fiar en que el lobo venga al final con piel de cor­dero.


(*) Responsable de Desarrollo de con­te­ni­dos, pro­ductos y ser­vi­cios en Self Bank

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