lunes, 14 de noviembre de 2016

Donald Trump y las relaciones de España con EEUU / Julio Alcaide *

Donald Trump ha conseguido convertir en votos el descontento amorfo de muchísimos ciudadanos nortamericanos con el gobierno de Washington y las consecuencias de la globalización. Son en su mayoría votantes blancos e incluso inmigrantes ya legalizados que rechazan la competencia de nuevos trabajadores. La tasa de actividad, es decir, el segmento de población en edad de trabajar y en busca de empleo, ha descendido y aumentado mucho el trabajo a tiempo parcial.

La glo­ba­li­za­ción ha hecho es­tragos en zonas in­dus­tria­les. Las ventas chinas a EEUU re­pre­sentan el 20% del total de sus com­pras en el resto del mundo. El men­saje pro­tec­cio­nista tam­bién ha fun­cio­nado pero sobre todo ha sido el re­chazo a los mu­sul­manes (¿Terroristas po­ten­cia­les?) y la cons­truc­ción del muro me­xi­cano.

Discurso ini­cial ya como nuevo pre­si­dente ofre­cién­dose a serlo el de todos los es­ta­dou­ni­denses y en el te­rreno in­ter­na­cional a man­tener buenas re­la­ciones con aque­llos países que pre­senten buenos pro­pó­si­tos. Así mismo un in­me­diato plan de obras pú­blicas y pro­yectos de in­fra­es­truc­tura. ¿ Acaso una re­edi­ción del New Deal del pre­si­dente F.D. Roosevelt?.

Pero en­tonces la de­pre­sión era pro­funda y ahora la re­cu­pe­ra­ción ca­mina. La tasa de paro ha des­cen­dido del 10 al 4,6%; el cre­ci­miento del PIB en el 2014 y 2015 ha re­gis­trado una tasa del 2,5%. La in­fla­ción sub­ya­cente, des­con­tado los pre­cios de los ali­mentos y la ener­gía, ha subido en sep­tiembre hasta el 2,2%, una tasa que su­pera el ob­je­tivo de la Reserva Federal.

El dé­ficit pre­su­pues­tario fe­de­ral, sin em­bargo, que al fi­na­lizar 2015 re­pre­sen­taba el 2.5% del PIB, corre el riesgo de ace­le­rarse según las pre­vi­siones de la Oficina Presupuestaria del Congreso. Un re­punte del dé­ficit pre­su­pues­tario como re­sul­tado del in­cre­mento del coste de los ser­vi­cios sa­ni­ta­rios pú­blicos y pri­vados su­pe­riores al del PIB no­mi­nal. El gasto sa­ni­tario pa­saría del 5,5% del PIB al 12% en 2050.

Las re­la­ciones de EEUU con España has sido buenas du­rante la ad­mi­nis­tra­ción de­mó­crata de Brack Obama. En lo po­lí­tico se acordó que la base naval de Rota aco­gería bu­ques y per­sonal mi­litar es­ta­dou­ni­dense, mien­tras que la base que Morón se con­ver­tiría en el mando de EEUU para África.

En el te­rreno de las re­la­ciones co­mer­ciales EEUU ocupa el sexto lugar como re­ceptor de mer­can­cías es­pañolas y el quinto como su­mi­nis­tra­dor. Lo ver­da­de­ra­mente no­ve­doso es que los EEUU se han con­ver­tido en el primer des­tino de in­ver­siones di­rectas es­pañolas en el ex­te­rior con un a 16.1% del total su­perando al Reino Unido, 15,2%, y Brasil 11,5%.

En 2015 se con­ta­bi­lizan unas 700 fi­liales de em­presas es­pañolas en EEUU que em­plean a unas 75.000 per­so­nas. El stock de in­ver­sión di­recta es­pañola en EEUU al­canza unos 66.000 mi­llones de euros mien­tras que la in­ver­sión di­recta de EEUU en España sólo re­pre­senta un stock de 36.000 mi­llones de eu­ros.

La in­ver­sión es­pañola en EEUU in­cluye desde el sector ali­men­ti­cio, Ebro y Campofrío, a in­fra­es­truc­tu­ras. ACS tiene una in­tere­sante im­plan­ta­ción gra­cias a la compra de cons­truc­toras lo­cales mien­tras CINTRA opera cinco con­ce­sio­na­rios de au­to­pistas en Texas y Abertis otra au­to­pista en Puerto Rico.

En el te­rreno de la ener­gía, Acciona, Gamesa, Iberdrola y Abengoa tienen ya una in­tere­sante im­plan­ta­ción a la vez que con­taban con los pro­yectos de la can­di­data de­mó­crata en el seg­mento de las re­no­va­bles. En el sector fi­nan­ciero el BBVA ha dado un paso firme en banca mi­no­ri­taria a la vez que Santander, Sabadell y Popular van con­so­li­dando su pre­sen­cia.

Quizá lo más lla­ma­tivo de la in­ver­sión es­pañola en los EEUU sea la pre­sencia de Inditex con más de 50 tiendas y la de Grifols que con­trola unos 140 cen­tros de do­na­ción de sangre y posee tres plantas de pro­duc­ción de plasma en California, New York y Carolina del Norte.

En los años 60-70 del pa­sado siglo los EEUU te­nían una pre­sencia en España com­pa­rable a la de los países que hoy cons­ti­tuyen la UE. Actualmente solo re­pre­senta el 4.6% de nues­tras ex­por­ta­cio­nes, frente al 65% de la UE. En el epí­grafe de las in­ver­siones di­rectas nadie en aque­llos años hu­biese pro­nos­ti­cado una mu­ta­ción de tan na­tu­ra­leza como la que sig­ni­fica que los ac­tivos es­pañoles reales en EEUU su­peren a los de los ac­tivos reales de los EEUU en España (Las in­ver­siones fi­nan­cieras en car­tera quedan ex­clui­das).

Los in­ter­cam­bios co­mer­ciales y las in­ver­siones di­rectas con los EEUU han ad­qui­rido un vo­lumen lo su­fi­cien­te­mente sig­ni­fi­ca­tivo como para que se acentué el riesgo que su­pone el cambio desde una ad­mi­nis­tra­ción de­mó­crata a una re­pu­bli­cana pre­si­dida por Donald Trump. Habrá que ma­nejar con sumo cui­dado este nuevo e in­cierto es­ce­na­rio.


(*) Economista del Estado


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