Donald Trump
ha vuelto a sus orígenes de reality shows al anunciar por YouTube que el
primer día en la Casa Blanca firmará el decreto para que EEUU quede
fuera del Tratado Trans-Pacífico. Será posiblemente, pese a sus promesas
pero como augura más de un experto, el comienzo de una era de paro en
su país. Al tiempo, aún no se ha desligado de sus intereses financieros y
roza la ilegalidad con presuntas ‘gestiones’ a favor de negocios suyos
en Argentina y Reino Unido.
Y
en ese mismo Reino Unido, Theresa May ha reculado: le ha dado un
mareo al darse cuenta de que el Brexit duro es ir ‘al borde del
precipicio’, y promete inversiones y bajada de impuestos en una
especie de ‘periodo transitorio’ que suavice las cosas. Todo ello
para calmar a los empresarios británicos. Confirma con ello la
esencia de los documentos filtrados sobre el desbarajuste en el
Gobierno británico para encarar el Brexit, con hasta 500 ideas pero
sin saber cómo sacarlas adelante.
La prensa internacional
aborda este martes con estupor y aprensión cómo se van precipitando
los acontecimientos. Desde su Trump Tower en Nueva York, el
presidente electo no para un minuto: nombramientos, reuniones,
llamadas telefónicas. Incluso ha recibido con discreción a un
grupo de periodistas de las grandes cadenas de TV. Su popularidad
ha crecido siete puntos, hasta el 47%. Pero sigue pendiente su
conflicto de intereses.
Frente a sus esfuerzos por sacar
adelante el Brexit, la primera ministra británica tropieza cada
vez con más obstáculos para confeccionar una hoja de ruta nítida. El
último reto por ahora llega en el diario The Independent, que publica
un email según el cual Sir Richard Branson va a ayudar
financieramente para impulsar una campaña secreta que están
organizando antiguos ministros del Gobierno de Tony Blair ‘para
hacer descarrilar el Brexit’. El fundador del Grupo Virgin siempre ha
sido partidario de permancer en la UE.
No es el único, ni
mucho menos. Ni están en minoría. Al contrario, cada vez son más lo
que ven los peligros de salirse y encerrarse en sus islas. Entre
otras cosas, por la historia: manda narices que ahora juegue
aislacionismo nacionalista una potencia que a lo largo de los
siglos ha querido dominar el mundo, y lo consiguió en gran medida
muchas veces. De acuerdo con investigaciones académicas,
actualmente sólo hay 22 países en el mundo que no hayan sido
invadidos algún día por el Imperio.
¿Cuántos británicos
votaron a favor del Brexit y cuántos en contra el día del referéndum
el pasado junio? A favor el 51,9% y en contra el 48,1%, con el 72,2%
de participación. Votaron a favor Inglaterra y Gales y en contra
Escocia e Irlanda del Norte. ¿Y cómo ha evolucionado la opinión de
los ciudadanos? Más a favor y menos en contra, aunque entre ellos
están los furisos periodistas de algunos tabloides como el Daily
Express, que no pierde día en recordar que el pueblo ha hablado y hay
que obedecer.
Bueno, para una decisión tan gorda, la diferencia no
fue tanta. Y además, era un referéndum consultivo y sin
especificar nada de nada.
Estaba todo abierto, y esas
carencias están pasando factura. De acuerdo con varias encuestas
en estos meses, más de un millón de votantes del Salir se han
arrepentido y ahora darían un vuelco las urnas. Y un informe
recién publicado por la Fundación Bertelsmann consolida esa
apreción: un 56% de los británicos ahora quiere Permanecer. Sólo un
31% prefiere salir.
Bueno, no exactamente ahora. El trabajo de
campo del estudio, referido a todos los países de la UE, se realizó
en agosto. Eso quiere decir que probablemente hoy día la tendencia
se ratificaría incluso por más diferencia. Es uno de los datos
más vitales del estudio, con la particularidad de que el
referéndum ha logrado una especie de milagro al actuar como
vacuna: en una Europa sometida a tantos vaivenes hoy día, ‘el Brexit
ha aumentado el apoyo a la UE’. Exactamente, un 62% de europeos
quiere quedarse en la UE.
Eso en términos absolutos y
generales, pero no unánimes. Hay un país donde ese apoyo y esa
confianza en la UE ha descendido entre marzo y agosto, fecha de los
dos últimos sondeos. Ese país es España: el número de ciudadanos
que quieren quedarse en la UE ha bajado del 71% al 69%. Un leve
descenso relativo, pero que contrasta con el aumento de apoyo en
Francia (del 50% al 53%), Alemania (del 61% al 69%), Italia, del 49% al
51%) y en Polonia (del 68% al 77%).
Los datos todavía sitúan a
España como segundo país tras Polonia y emparejado a Alemania cuyos
ciudadanos son más proeuropeos. ¿Y cuántos querrían Salir de la UE?
Las cifras, consecuentemente con el sondeo, han bajado de media
del 30% al 26%. Por países, España también está entre los que menos
quieren salir: del 19% que se irían en marzo al 18% en agosto. En
Alemania han bajado del 26% al 21%), en Francia del 34% al 31% y en
Polonia del 20% al 17%.
(*) Periodista
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