MADRID.- La tan
anunciada como negada integración entre el Banco Popular y el Banco
Sabadell está más cerca que nunca, una vez materializado el acuerdo que
el banco gestionado por Pedro Larena ha alcanzado con los sindicatos
sobre el ERE planteado. El presidente de la entidad catalana, José Oliu,
se ha visto en Londres con David Martínez, consejero y uno de los
principales accionista del banco, durante los últimos días. La
integración entre ambas entidades no crearía problemas de competencia y
dejaría a los grandes bancos libres para encarar otras operaciones, como
BMN, según publica hoy https://www.capitalmadrid.com.
Tanto
el consejero delegado del Popular, Pedro Larena, como el del Banco
Sabadell, Jaime Guardiola, han negado hace una semana cualquier
conversación o encuentro encaminado a la fusión de ambos
bancos. Eso sí, Guardiola reconocía que "somos un banco que nos
interesa todo en la vida".
Popular ha sufrido desde la presentación de sus resultados trimestrales, justo en el mismo día que los presentaba el Sabadell, un auténtico calvario bursátil y su capitalización se ha situado por debajo de los 4.000 millones de euros. Es decir, más de un 63% por debajo de los casi 6.600 millones que vale en el mercado el Sabadell.
El castigo a las acciones del Popular roza ya el 70% en lo que va de año, lo que ha generado una gran preocupación entre algunos de los accionistas más significativos, como el mexicano Antonio del Valle que, hace tan sólo algunas semanas, dejaba su cargo como consejero en el grupo presidido por Ángel Ron.
Por su parte, las acciones del Sabadell también encajan un castigo bursátil contundente, aunque a distancia del Popular. Los títulos del banco catalán se deprecian cerca de un 28% desde primeros de año. Los dos inversores latinoamericanos, David Martínez y Jaime Gilinski, tampoco parecen estar muy satisfechos con su inversión, que se inició con la ampliación de capital realizada en septiembre de 2013.
Precisamente, fuentes de la City londinense, que prefieren conservar en el anonimato su identidad, confirman haber visto a David Martínez reunido con el propio José Oliu en la capital británica durante los últimos días. Fuentes oficiales del Sabadell no descartan dicho encuentro ya que, el considerado como "inversor fantasma" y uno de los nuevos millonarios del mundo en la lista Forbes, vive de manera habitual en la capital británica, al igual que ocurre con Jaime Gilinski.
El mexicano Martínez se caracteriza por pasar lo más desapercibido en Londres y las fuentes oficiales del Sabadell se muestran incapaces en poder detallar en qué consistió la conversación entre el consejero del banco y su presidente, José Oliu. Eso sí, y tras los intensos rumores de negociación entre ambos grupos, algo referido al Popular tuvo que estar encima de la mesa.
Libre competencia
El encaje entre Sabadell y Popular, al margen de los problemas propios de cualquier integración, gozaría del visto bueno de las autoridades de la competencia, antes de que algunos de los grandes bancos se hicieran con la entidad presidida por Ángel Ron, desde la que se defiende su "independencia" con todas sus fuerzas.
El grupo resultante de esa posible operación contaría con un total de activos por 362.500 millones de euros, aún a distancia de lo que tienen los tres mayores grupos bancarios españoles. El problema vendría por la dimensión, con una red de 4.872 oficina y una plantilla de 40.820 empleados.
Con independencia de la entidad que tuviera que integrar al Popular, el ajuste sería más que obligatorio. De hecho, la suma anterior se obtiene con los datos al cierre del tercer trimestre. Es decir, sin tener en cuenta el plan de eficiencia que el consejero delegado del Popular, Pedro Larena, negocia casi en tiempo de descuento con los sindicatos.
Por otra parte, en algunos círculos consideran que es mejor preservar a los tres grandes bancos nacionales para una posible subasta de BMN, una de las entidades en manos del Estado mediante el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Si al final no se produce la controvertida fusión con Bankia, también nacionalizada como BMN, será conveniente que Santander, BBVA y CaixaBank tengan las manos más libres para abordar esa operación.
Popular ha sufrido desde la presentación de sus resultados trimestrales, justo en el mismo día que los presentaba el Sabadell, un auténtico calvario bursátil y su capitalización se ha situado por debajo de los 4.000 millones de euros. Es decir, más de un 63% por debajo de los casi 6.600 millones que vale en el mercado el Sabadell.
El castigo a las acciones del Popular roza ya el 70% en lo que va de año, lo que ha generado una gran preocupación entre algunos de los accionistas más significativos, como el mexicano Antonio del Valle que, hace tan sólo algunas semanas, dejaba su cargo como consejero en el grupo presidido por Ángel Ron.
Por su parte, las acciones del Sabadell también encajan un castigo bursátil contundente, aunque a distancia del Popular. Los títulos del banco catalán se deprecian cerca de un 28% desde primeros de año. Los dos inversores latinoamericanos, David Martínez y Jaime Gilinski, tampoco parecen estar muy satisfechos con su inversión, que se inició con la ampliación de capital realizada en septiembre de 2013.
Precisamente, fuentes de la City londinense, que prefieren conservar en el anonimato su identidad, confirman haber visto a David Martínez reunido con el propio José Oliu en la capital británica durante los últimos días. Fuentes oficiales del Sabadell no descartan dicho encuentro ya que, el considerado como "inversor fantasma" y uno de los nuevos millonarios del mundo en la lista Forbes, vive de manera habitual en la capital británica, al igual que ocurre con Jaime Gilinski.
El mexicano Martínez se caracteriza por pasar lo más desapercibido en Londres y las fuentes oficiales del Sabadell se muestran incapaces en poder detallar en qué consistió la conversación entre el consejero del banco y su presidente, José Oliu. Eso sí, y tras los intensos rumores de negociación entre ambos grupos, algo referido al Popular tuvo que estar encima de la mesa.
Libre competencia
El encaje entre Sabadell y Popular, al margen de los problemas propios de cualquier integración, gozaría del visto bueno de las autoridades de la competencia, antes de que algunos de los grandes bancos se hicieran con la entidad presidida por Ángel Ron, desde la que se defiende su "independencia" con todas sus fuerzas.
El grupo resultante de esa posible operación contaría con un total de activos por 362.500 millones de euros, aún a distancia de lo que tienen los tres mayores grupos bancarios españoles. El problema vendría por la dimensión, con una red de 4.872 oficina y una plantilla de 40.820 empleados.
Con independencia de la entidad que tuviera que integrar al Popular, el ajuste sería más que obligatorio. De hecho, la suma anterior se obtiene con los datos al cierre del tercer trimestre. Es decir, sin tener en cuenta el plan de eficiencia que el consejero delegado del Popular, Pedro Larena, negocia casi en tiempo de descuento con los sindicatos.
Por otra parte, en algunos círculos consideran que es mejor preservar a los tres grandes bancos nacionales para una posible subasta de BMN, una de las entidades en manos del Estado mediante el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Si al final no se produce la controvertida fusión con Bankia, también nacionalizada como BMN, será conveniente que Santander, BBVA y CaixaBank tengan las manos más libres para abordar esa operación.
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