MADRID.- Bankia vive meses de incertidumbre a la espera de saber qué pasa con BMN. La entidad nacionalizada quiere dar un golpe de efecto en los mercados el próximo año: nuevo plan estratégico y la venta de al menos un gran paquete de acciones en el mercado, que podría ascender a un 15%-20%, según fuentes de banca de inversión consultadas por Vozpópuli.
Pero todo está a expensas de lo que ocurra con BMN,
proceso de fusión al que sentó como un jarro de agua fría las
declaraciones de hace dos semanas de Luis de Guindos, ministro de Economía. Guindos señaló que el plan A para BMN es subastarla
entre los grandes bancos españoles, y “si no hay puja que consideramos
adecuada, procederemos al estudio de la integración de Bankia y BMN”.
BBVA es la que más interés ha mostrado en público porque haya subasta, pero a las que más encaja BMN por sinergias son CaixaBank y Santander.
A este obstáculo para José Ignacio Goirigolzarri se suma que el proceso que ha iniciado el Frob para analizar qué hacer con BMN va más lento de lo que se esperaba. El fondo público encargado del rescate a las cajas ha contratado ya al primer asesor que tendrá para ello, Analistas Financieros Internacionales (AFI).
Pero todavía ni siquiera ha puesto en marcha el proceso para contratar
su segundo asesor, que será precisamente el que se encargue de la
hipotética subasta de BMN.
A este ritmo, todos los planes de Bankia para 2017 se ralentizarán. No tiene sentido anunciar al mercado un nuevo plan estratégico
sin saber si tendrá que integrar en su estructura BMN o no. Y tampoco
tiene lógica acometer la primera gran privatización antes de la fusión
con el banco presidido por Carlos Egea. El
Frob tiene actualmente un 65% del capital de Bankia y BMN, por lo que
resultaría más sencillo vender un paquete accionarial ya fusionadas en
lugar de con antelación.
Sólo hay un elemento que podría dar un vuelco a esta estrategia: la acción de Bankia. El banco ha subido cerca de un 20% en las dos últimas semanas y ya roza el euro por acción. El Frob podría plantearse una desinversión en caso de que siga esta senda alcista.
Guindos tendrá que hacer un juego de equilibrios
en este contexto. Sus palabras de principios de diciembre pueden
retrasar decisiones clave en Bankia. Y en el mercado se da por hecho que
todas las muestras de interés de los grandes bancos por BMN son un farol, y que realmente ninguna entidad pondría toda la carne en el asador por el banco nacionalizado. Menos con una posible operación corporativa en torno a Banco Popular en el aire.
Todo ello se suma a la presión que está ejerciendo la Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE) para que el Gobierne acelere la privatización de las dos entidades públicas, a pesar de que formalmente el Gobierno ha conseguido dos años más de plazo para salir de Bankia y BMN.
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