Dicen los críticos del PSOE, reunidos en Madrid y con notables
ausencias, que Pedro Sánchez debe volver a liderar el partido porque
ahora está más preparado que cuando fue nombrado secretario general.
¿Preparado para qué? Pues para volver a perder las elecciones como antes
y profundizar en la fractura del PSOE a la vista de que ningún
dirigente regional ha querido secundar la cita de los ‘sanchistas’.
Un grupo de dirigentes locales, cargos públicos de segundo o tercer
nivel y militantes que han pedido el regreso de Sánchez quien permanece
oculto jugando a ser el fantasma o convidado de piedra de una reunión
que ha sido un rotundo fracaso, al que no quiso sumarse ni su ex brazo
derecho Luena, ni ningún dirigente regional porque empiezan a ver
imposible el regreso de Sánchez frente al grueso del aparato del PSOE
que tiene a Susana Díaz en cartera y controla desde la gestora la
propaganda y la organización.
En cuanto al liderazgo ‘moral’ de Sánchez que reclaman sus seguidores
hay que recordar el escandaloso Comité Federal del 1 de octubre y el
total de sus derrotas políticas (en la investidura y votaciones del
Comité Federal del PSOE) y siete electorales en Cataluña, Galicia, País
Vasco, autonómicas, municipales y generales de 2015 y 2016, tras las que
Sánchez nunca quiso dimitir. A lo que hay que añadir su pretensión de
pactar con los partidos que defienden la independencia de Cataluña y con
Podemos.
Por todo esto y por la ausencia de un proyecto y discurso político
-que solo se limita al ‘no a Rajoy’- el regreso de Sánchez parece
imposible y en caso de llevarse a cabo por causa de un voto suicida de
las bases del PSOE ese sería el principio del fin Partido Socialista que
con tanto interés esperan en Podemos. Otro partido que también anda
sumido en coplas de división y enfrentamientos internos.
Además todo apunta a que el congreso del PSOE se aplazará a los meses
de junio o julio con lo que los seguidores de Sánchez, a los que les ha
salido Patxi López como tercer competidor, difícilmente podrán soportar
la espera. Y menos aún el lanzamiento a bombo y platillo de la
candidatura de Susana Díaz que tiene muchas posibilidades de ganar.
Aunque lo más llamativo de la reunión de los ‘sanchistas’ fue la
cobarde ausencia del propio Sánchez, o su enésima espantá porque lo de
huir y desaparecer cuando tiene problemas suele ser si especialidad. Se
dice que Sánchez está deprimido pero su fuga tiene más que ver con su
soberbia ciega porque a lo mejor piensa que así se da importancia y crea
expectación. Pues si esa así también en eso se va a equivocar como en
todo lo demás.
(*) Periodista
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