Este primer domingo de Diciembre toda Europa estará pendiente de los
resultados del Referéndum en Italia convocado por el primer Ministro
Matteo Renzi, para aprobar o no, una reforma de la Constitución, cuyo
principal objetivo es evitar que el Senado tenga los actuales poderes
que han provocado una parálisis política que pueden durar dos o tres
años, en las reformas que quiere hacer el Gobierno que ha aceptado el
reto de afrontar los problemas del país.
Y, entre ellos, el problema del “bicameralismo perfecto” que regula
que todas las leyes tengan que pasar por las dos Cámaras. En los últimos
70 años ha habido 63 gobiernos en el país, debido al protagonismo de
las dos Cámaras con lo que se pretende que el Senado se convierta en una
Cámara territorial, que representen a las regiones, como se quiere
hacer en España, tengan menos miembros y además no cobren.
Por eso la preocupación de Europa sobre el Referéndum de este 4 de
Diciembre, se deriva de la propia situación económica y financiera de la
tercera economía de la Unión; del hecho de que Renzi haya apostado a su
dimisión si el Referéndum no sale aprobado; de los pronósticos y de las
encuestas que dan un triunfo del “no”; y de la dura oposición que están
ejerciendo los que se oponen a la reforma. Desde el peculiar movimiento
antisistema Cinco Estrellas del cómico Beppe Grillo, que ha conseguido
un 25% en las primeras elecciones a las que se ha presentado y que
controla varias Alcaldías claves del país, hasta el partido del
octogenario Silvio Berlusconi que quiere recuperar protagonismo, pasando
por la Liga Norte, un partido euroescéptico, partidario de la salida de
Italia del euro.
Este domingo, Italia ha acudido a las urnas a votar no la pertenencia
a la UE, ni al euro, ni al futuro de la Unión, sino por una consulta
política interna, aparentemente sin importancia, pero que se puede
convertir en un verdadero “boomerang”, por el triunfo de los partidos
antisistema y euroescépticos, porque la realidad es que hay muchas
conexiones entre esta votación de política interior y los temas
relacionados con el euro y la pertenencia a la Unión Europea.
Para empezar, como digo, el Referéndum lo provocó el hecho de que el
primer ministro italiano Renzi no haya podido superar los problemas que
la Constitución ha creado a sus reformas económicas por los poderes del
Senado, muchas de ellas, paralizadas. El primer ministro cree que los
amplios poderes del Senado bloquean su política y, ha apostado todo a
una reforma constitucional que no cuenta con el consenso del resto de
los partidos (incluso de algunos dirigentes de su propia formación
política que le quieren pasar factura por otros temas que no tienen nada
que ver con la Reforma) y que ha sido aprovechada para intentar
terminar con él. De ahí, los resultados de las encuestas que le dan
todas, dos o tres puntos de ventaja al “No”, en una situación que se
compara con el triunfo del Brexit en el Reino Unido y con la victoria de
Donald Trump en USA, dos acontecimientos políticos que tendrán efectos
muy negativos y en algunos aspectos, como el militar, decisivo, en la
política de la Unión Europea.
El triunfo del “No” y la consiguiente dimisión de Renzi si cumple su
palabra, como ha anunciado él mismo, puede conducir, en estos momentos
de crisis, a un caos político y a un hundiendo del partido que gobierna
Italia, el Partido Demócrata, así como al envalentonamiento del
movimiento euroescéptico y antisistema “Cinco Estrellas” y de la Liga
Norte, otro partido que viene defendiendo la salida del euro. Como con
otros referéndums y elecciones, muchos ciudadanos verán la votación de
hoy no como una oportunidad para expresar su opinión sobre los detalles
de la reforma constitucional, sino como una oportunidad para dar su
veredicto sobre el gobierno de Renzi en particular y sobre el estado de
Italia en general.
De esta forma, usar el referéndum para enviar a Renzi a casa se ha
convertido en una propuesta atractiva para sus opositores y para los
descontentos. Y eso, en medio de una crisis del sistema bancario, en el
que son varios los bancos que están tocados y que pueden necesitar un
rescate millonario, en un debate sobre la necesidad de Europa y del
Euro, en una UE en crisis que teme los efectos italianos sobre el futuro
inmediato de la eurozona.
(*) Periodista y economista
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