Ya se ha sumado Madrid a la rebelión de
la militancia del PSOE contra las arbitrariedades y los desmanes del
Junta gestora la primera de las cuales es su propia existencia. Y la
segunda, y más insoportable, su tendencia a marear la perdiz, dilatando
la convocatoria del congreso y amagando con suprimir las primarias.
Mientras su líder formal, Javier Fernández, dice sinsorgadas por los
medios y su líder real, Susana Díaz, las hace.
De
los tres movimientos que se manifiestan en el PSOE, el de los
"susanistas", los "sanchistas" y los "congresistas" (esto es,
partidarias de una convocatoria urgente de congreso y primarias sin
referirse a candidatura alguna) lo más probable, entiendo, es que
triunfe la tercera. Pero esa está plagada de "sanchistas", de forma que,
en realidad, hay tres campos pero dos de ellos ("congresistas" y
"sanchistas") está unidos en la lucha contra un enemigo común, los
"susanistas". Es saber convencional sacado de innumerables experiencias
que los seres humanos suelen ponerse de acuerdo sin reservas para ir
contra otro. Para ir a favor, la cosa viene siendo más complicada.
Sin
duda, los elementos que tramaron y ejecutaron el golpe de los
"chusqueros", sorprendidos y desconcertados por una reacción de rechazo
masiva que no esperaban, están tomando sus medidas. Creyéndose en
posesión del poder orgánico del partido, con el apoyo de los
barones/caciques y el aliento sepulcral de las viejas glorias, han
echado mano de una amplia panoplia que va desde las medidas
sancionadoras máximas (600 machacantes de multa) a los diputados del
"no", hasta las simples mentiras difundidas por las cuentas oficiales
del PSOE en las redes, sosteniendo que en el encuentro con Sánchez en El
Entrego (Asturias) hubo solo 300 asistentes, cuando todos los medios
daban una cantidad entre 1.500 y 2.000. Sin excluir las intoxicaciones,
arbitrariedades, desplantes como los que suele escenificar José Blanco,
"susanista" converso, o simples amenazas. Baterías de medidas erróneas,
mal intencionadas y fracasadas de antemano. Cuanto más reprima esta
seudoautoridad provisional las manifestaciones contrarias de los otros
sectores, mayor será su desprestigio. Hasta conseguir que, cuando haya
primarias, la supriman de un plumazo.
Todo
empezó con la chispa de la defenestración de Sánchez, que encendió la
pradera de la indignación de la militancia. La idea de los juntistas de
la gestora y su líder, Díaz, de que es fuerza dejar pasar el tiempo en
la esperanza de que los agravios se olviden, los intereses se reafirmen y
se recupere el ascendiente del aparato en todas sus manifestaciones
sobre la militancia, retrata a quienes la han concebido y tratan de
ponerla en práctica.
La idea de que la movilización de las bases forzará
la convocatoria del Congreso extraordinario y las primarias para la
elección democrática del SG, que sostienen las plataformas, destacados
militantes y algunos impertinentes opinadores externos, como Palinuro,
también retrata a quienes las abrigamos y quisiéramos ver en práctica.
Por lo demás, muy razonble, pues consiste en devolver el partido a sus
verdaderos dueños, los militantes y los votantes.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
No hay comentarios:
Publicar un comentario