MADRID.- Golpeado como en Italia por una grave crisis desde hace
varios años, el sector bancario español avanza en su saneamiento, cerca
de la media europea pero luchando por deshacerse de sus activos tóxicos,
en medio de despidos masivos. "El sistema está más cerca de dejar atrás
los legados de la crisis", estimaron a mediados de diciembre los
analistas del Fondo Monetario Internacional (FMI) a cargo de España.
El anuncio, justo antes de Navidad, del rescate público del
banco italiano Monte dei Paschi di Siena (BMPS), revivió recuerdos
dolorosos en España. En la primavera de 2012, la Unión Europea tuvo que
acudir al rescate de los bancos españoles, con un plan de salvamento de
41.300 millones de euros, contra cerca de 50.000 millones para Grecia,
por ejemplo. El sector español había recibido un duro golpe por el
estallido cuatro años antes de la burbuja inmobiliaria tras años de
euforia, durante los cuales los préstamos eran otorgados incluso a
hogares incapaces de pagarlos.
Desde entonces, la proporción de préstamos dudosos en el
balance de los bancos ha disminuido. En el segundo trimestre de 2016, la
cifra fue de 6%, ligeramente por encima de la media europea (5,4%),
pero muy por debajo de Italia (16,4%), Portugal (20%) o Grecia (47%),
según el último informe de la Autoridad bancaria europea (EBA).
El Banco de España, con otra metodología de cálculo, estimó
en noviembre pasado un 9,2% de préstamos dudosos, contra 13,6% a fines
de 2013, un pico histórico. Esa tendencia a la baja debería continuar
hasta 2018, producto de "condiciones macroeconómicas favorables", estimó
la agencia de calificación Moody's. España espera un crecimiento de
3,2% en 2016, doblando la media de la zona euro.
Los condiciones para conceder préstamos son actualmente más
estrictas. Por el contrario, los bancos sufren para revender la enorme
cantidad de bienes inmobiliarios embargados durante la crisis ante el
impago de las familias, sin muchos compradores interesados. "Pese a la
ligera recuperación del mercado inmobiliario en 2015, las ejecuciones
hipotecarias continúan superando el volumen de bienes que alcanzan a
vender", explicó Moody's, que cifró en 350.000 millones de euros el
monto de activos "problemáticos" todavía en manos de los bancos.
Por otro lado, "se ha hecho un buen trabajo desde el punto
de vista de liquidez y de capital", punto crucial para la solidez de los
bancos, señaló Nuria Álvarez Añibarro, analista de Renta 4. Los
resultados de los grandes bancos en los últimos tests de resistencia de
la EBA fueron satisfactorios. En paralelo, el sector ha lanzado al
extranjero para sobrevivir. "La diversificación internacional (...) ha
facilitado sin lugar a dudas la digestión de la crisis reciente",
escribió en noviembre Daniel Manzano, del gabinete Analistas financieros
internacionales.
A su juicio, 42% de la cifra de negocios del sector se logra
fuera de España, el doble que antes de la crisis. Pero el 'brexit'
eleva temores -el primer banco español, el Santander, está muy presente
en Reino Unido-, así como la elección de Donald Trump en Estados Unidos,
en razón de la fuerte penetración del BBVA (el número 2) en México.
Como en el resto de Europa, la preocupación es sobre todo
una rentabilidad baja producto de las débiles tasas de interés. En los
nueve primeros meses de 2016, el margen bruto del sector cayó un 7%
interanual, según BBVA Research. Para reducir costos, el sector ha
soportado una severa cura de reducción de tamaño: 27% de los empleados
(75.000 puestos) y 36% de las agencias fueron suprimidos en siete años,
según la misma fuente.
En 2016, Banco Santander y CaixaBank lanzaron planes de
salidas voluntarias y preretiros. Esta tendencia "continuará" en 2017,
pero con menor intensidad porque las "limpiezas" están alcanzando "el
punto óptimo de eficiencia", estimó Álvarez Añibarro. A medio plazo, se
esperan fusiones.
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