lunes, 2 de enero de 2017

Dolores Cospedal, pésima secretaria general / Pablo Sebastián *

Ha dicho Mariano Rajoy que María Dolores de Cospedal es capaz de ‘desempeñar con éxito más de una tarea’, lo que no es verdad, Rajoy lo sabe y puede que por ello la cese en la Secretaría General del PP en el próximo congreso de los días 11 y 12 de febrero. Buena prueba de esa incapacidad ha sido la lamentable manera con la que la secretaria general llevó el dramático caso de Rita Barberá en el PP. Y no digamos con Bárcenas, su bronca permanente con la vicepresidenta Santamaría, con Javier Arenas o el andaluz Juanma Moreno, etc.

Cospedal ha sido una pésima secretaria general y hace meses, cuando se produjo un cambio en la dirección del partido, alguien le sugirió su dimisión y ella se agarró a los estatutos y dijo que solo la podía cesar el congreso del partido y ni siquiera Rajoy. Y veremos qué hace Rajoy en este congreso porque ahora Cospedal finaliza su mandato.

Hubo un tiempo en el que Cospedal disfrutaba de cuatro cargos y cuatro sueldos: secretaria general del PP, presidenta de Castilla La Mancha, diputada manchega y senadora nacional. Y ello no era ni ejemplar, ni práctico ni muy democrático.

Buena prueba es que Cospedal ha tenido problemas en los cuatro cargos y para empezar en Castilla La Mancha donde ha perdido el Gobierno de dicha Comunidad por haber querido hacer manipular la ley electoral de la región lo que al final, por la irrupción de Podemos, se volvió en su contra y facilitó el gobierno de García Page del PSOE.

Comunidad manchega donde está abierta una investigación judicial de financiación ilegal del PP gracias a la bronca de Cospedal con Bárcenas, que sacó a la luz el escándalo de los ‘papeles’ de la doble contabilidad del PP, que ella confirmó al diario El Mundo. Y no perder de vista la manipulación de la televisión manchega que Cospedal entregó a un publicista de extrema derecha cuyos gastos personales ocuparon las páginas de sucesos políticos manchegos. Porque Cospedal buscaba el control de la televisión y especialmente de la TVE donde en campañas electorales del PP exigía que le dedicaran el mayor tiempo posible en menoscabo de sus compañeros del PP.

El cuidado de su imagen es su obsesión y su problema porque tenía serios problemas de comunicación. Su discurso del cese de Bárcenas ‘en simulación y en diferido’ fue asombroso como sus intervenciones en grandes noches electorales o memorables ruedas de prensa. Ella cree que el hábito de salir en la televisión viste su cargo y por ello lo primero que ha hecho en Defensa es darse un paseo por los países donde España tiene desplegadas tropas para salir en los telediarios.

Cospedal ha fracasado en los cuatro cargos que acumuló en los que ha sumado importantes desencuentros con destacados dirigentes del PP, empezando por la vicepresidenta del Gobierno Sáenz de Santamaría, -con la que fue incapaz de coordinar la acción conjunta del PP con el Gobierno-, siguiendo por Javier Arenas que le ganó el pulso andaluz e impuso a Juanma Moreno como secretario general andaluz, cuando la propia Cospedal había anunciado otro nombre que desautorizó Rajoy.

Entonces, ¿dónde está la gracia de Cospedal? Pues en que sabe mucho de la corrupción del PP y por ello Rajoy la quiere tener cerca, pero no precisamente por su capacidad política y gestión. Aunque quién sabe, a lo mejor el Ministerio de Defensa se convierte en la gran oportunidad para demostrar la presunta valía política de Cospedal. Esperaremos a ver qué ocurre porque ese departamento puede tener en la legislatura más importancia de la que cabía esperar.


(*) Periodista

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