martes, 24 de enero de 2017

Una asociación independiente de guardias civiles pide en la Región fusiles ante la «alerta antiterrorista»

MURCIA.- La Delegación de Murcia de Independientes de la Guardia Civil (IGC) expuso a la Junta Directiva Nacional de dicha asociación profesional de la Benemérita la necesidad de volver a portar las armas largas durante la prestación del servicio y, especialmente, en los servicios nocturnos.

A su juicio, "la vuelta a la tradicional imagen de la Guardia Civil portando el fusil al hombro se recuperaría con esta medida", que se justificó, según el comunicado de dicha asociación, "en el nivel de alerta antiterrorista, la escalada de acciones contra los agentes de policía en cualquier lugar de España y, como último ejemplo, el asesinato en Lérida de dos agentes rurales".
Desde IGC pusieron de manifiesto que "la falta de personal se ha intentado mitigar con la dedicación de menos personal a funciones de investigación, para que cumplan el servicio de puertas de protección del acuertelamiento y atención al ciudadano, intentando paliar también la insuficiencia de personal dedicado a la prestación del servicio preventivo de patrullas, que son las que acuden ante la llamada de auxilio de los ciudadanos".
Entre los municipios más afectados donde prestan servicio los guardias de la IGC destacaron la Unidad Territorial de Seguridad Ciudadana de Torre Pacheco, Mazarrón y El Albujón.
También advirtió que la mayor asunción de trabajo por los "cada vez más escasos guardias civiles" redunda en que "trabajan más rápido y sin poder dedicar el tiempo idóneo para darle una mayor calidad al servicio, lo que podría suponer que, en el ámbito de la violencia de género, se escapen ciertos detalles en la valoración del riesgo de la mujer denunciante".
Igualmente, transmitió la sensación que se tiene en las unidades de "la falta de exactitud en el cómputo de infracciones penal y esclarecimiento de los delitos, por lo que los menores índices de delincuencia tendrían un componente subjetivo".
Otro de los asuntos que puso sobre la mesa es la "vejez y mala conservación de los vehículos oficiales por su gran uso, y la necesidad de contar con una escopeta recortada ante los últimos acontecimientos, así como la falta de armero o de cajas fuertes en lugar seguro dentro de los acuartelamientos para dejar las armas custodiadas por el agente de servicio y las armas largas para cuando sea necesario llevarlas durante el servicio patrulla".
Reclamaron que el personal especializado en atender a mujeres víctimas de violencia de género "se dedique en exclusiva a este tipo de servicio, y que sean estos agentes los que hagan el seguimiento o evolución de las situaciones de riesgo que soportan las víctimas de este tipo de violencia específica".
En esta misma línea, criticó que las comisiones de servicio "se haga muy puntualmente con fecha de inicio y finalización para favorecer el nepotismo o el tráfico de influencia, en lugar de verdaderas necesidades de refuerzo".
La asignación del complemento económico por productividad, además de la "falta" de cámaras, especialmente en el control de acceso a los cuarteles, y la necesidad de que ante la falta de personal sea la Unidad de Seguridad Ciudadana la que patrulle por el municipio en cuestión son otras de las demandas que se recogieron.
Pusieron de manifiesto que "no se respeta las once horas de descanso que deben de mediar entre dos servicios", en relación a los guardias civiles del Destacamento de Tráfico de Cieza y que los chalecos antibala asignados son "insuficientes".
De esta forma los miembros de la Junta Directiva Nacional de IGC quedaron con los dirigentes regionales de Murcia en poner en conocimiento del delegado de Gobierno de Murcia y el director general de la Guardia Civil este tipo de "deficiencias y necesidades".

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