miércoles, 25 de enero de 2017

Cospedal, Soraya, Maíllo y las cosas del PP / Melchor Miralles *

Desayuno cerca de la sede popular de Génova con dos clásicos dirigentes del PP, un veterano con muchos trienios y un joven consolidado. Me trasmiten su certeza de que Mariano Rajoy, a día de hoy, tiene decidido que María Dolores de Cospedal siga al frente de la Secretaría General tras el Congreso del segundo fin de semana de febrero. En el arranque de la conversación disparo una pregunta, así como para romper el hielo, “¿cómo lo lleváis de cara al Congreso?”, y sin solución de continuidad, durante quince minutos, hablan y hablan sin que yo intervenga. Interesantes reflexiones que permiten situarse, aunque ya se sabe que con Rajoy nunca se sabe.

“Con Mariano nadie puede estar seguro de nada, nunca puedes considerar que algo está hecho y basta que todo el mundo espere algo para que suceda lo contrario, pero conociéndole, ya ha dado muchas señales internas y públicas de que María Dolores va a seguir como secretaria general, compatibilizando el cargo con el ministerio de Defensa y la presidencia de Castilla la Mancha. Todo lo sucedido con lo del Yak-42 le ha reforzado. El jefe le dio libertad, y ella una vez más ha acreditado arrestos y experiencia, ha recibido a las familias, prepara un homenaje a las víctimas para mayo, hizo una comparecencia brillante y valiente en el Congreso y pidió perdón sin matices. Ha tenido la habilidad de corregir en nada todos los errores de Trillo y Morenés sin comprometer a nadie. Mariano valora actuaciones como esta”.

“El Congreso se celebra porque hace tiempo que había que haberlo hecho según lo establecido en los Estatutos del partido. Si no, Rajoy ni pensaría en hacerlo. Pero hay que aprovechar la oportunidad. Hay órdenes de Moncloa para proceder a cambios importantes en Ayuntamientos y Comunidades Autónomas, pero en el cuartel general ya verás como no va a ser para tanto. Puro maquillaje. Mariano no tiene intención alguna de que cualquier movimiento pueda ser interpretado en clave sucesoria, cuando hizo su Gobierno se cuidó muy mucho de repartir juego sin que ni María Dolores ni Soraya consideraran que habían ganado una batalla, y no va a abrir ahora ese frente”.

“Hoy en Génova quién lleva el día a día es Maíllo. Manda quien manda, Mariano, y solo Mariano, pero ejecuta Maíllo, aunque María Dolores no es un florero. El jefe ejerce, María Dolores tiene una responsabilidad máxima, ambos dejan hacer a Maíllo con un doble reporte y todo lo demás son las batallitas nominalistas, los equilibrios para tratar de que todo el mundo esté contento, repartir juego para evitar cabreos, pero los roles están bien repartidos y asumidos. Aquí todos sabemos a qué jugamos, y cuáles son los tiempos”.

“Es cierto que tanto Soraya como María Dolores tienen sus ambiciones, que son legítimas y respetables, pero ojo a Maíllo, que gusta mucho a Mariano, que está haciendo las cosas muy bien, que conoce cómo se las gasta el jefe, y que es plenamente consciente de que sus posibilidades pasan por estar alejado de cualquier batalla y limitarse a lo suyo. Maíllo sabe muy bien que Rajoy jamás enseña sus cartas, y que las que tiene sobre la mesa no son en realidad con las que juega, las buenas siempre las tiene guardadas. Y no nos engañemos, en el PP lo que importa es quien es el que manda, todo lo demás son cuestiones menores”.

“Mariano respeta a las dos, las tiene ley, y no tiene en su cabeza la sucesión. Los periodistas estáis obsesionados. Las cuida, cada una tiene sus responsabilidades, ambas de Estado, de primer nivel, y se va a cuidar muy mucho en este momento de hacer algo que pueda quebrar un equilibrio que ahora mismo es muy estable”.

“Es verdad que en el inicio, cuando nombró a María Dolores para Defensa, tuvo presiones de muchos que consideraban que al frente de los Ejércitos no debe estar quien, además, ostenta una responsabilidad orgánica doble en un partido. Era un argumento defendible, al menos poner en Defensa a alguien con una vinculación con el partido limitada a la militancia, menos explícita, pero una vez nombrada, no hay vuelta atrás”.

“Mariano está tranquilo, es optimista con los Presupuestos, está muy satisfecho de la relación con la gestora del PSOE, observa con desdén los mordiscos que se lanzan internamente las cúpulas de PSOE y Podemos, trata de evitar el derrumbe de Ciudadanos y quiere una legislatura de cuatro años. Todo lo demás es generar un lío que no existe. Ya veréis como el Congreso va a ser un éxito”. Pues eso.


(*) Periodista


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