La decisión de la CUP de apoyar los
presupuestos de la Generalitat es un hito en el camino al referéndum.
Utilizo el término referéndum y no independencia porque, siendo el
primero un instrumento para lograr un fin, la independencia, también
puede no lograrla. Con todo, con un poco de juicio, se verá que la mera
convocatoria y realización del referéndum ya es un acto de
soberanía, de independencia.
Pero que se llegue a esto o no depende
también en gran medida del gobierno español. La Generalitat insiste en
que no se levantará de la mesa de negociación hasta el último momento,
esto es, supongo, la víspera del referéndum. Se entiende que si el
gobierno español se decide a hacer lo que invoca pero no hace, dialogar,
y se llega a un acuerdo, cosa inverosímil, pero no imposible, podría
hacerse un referéndum pactado, entendiendo por tal el que se convoque en
Cataluña por acuerdo de ambas partes.
Dice Puigdemont que el "sí" de la CUP a los presupuestos es una "mala noticia" para el Estado.
Malísima, desde luego. Lo entiende cualquiera medianamente informado
del acontecer catalán. El problema es que en España, esa información no
se recibe o no se quiere recibir o no se entiende o no se quiere
entender. Viaja por las redes un agudo juicio, algo así como En Cataluña sabemos lo que pasa en España, pero en España no saben lo que pasa en Cataluña. Es
decir, el "sí" de la CUP sería una "mala noticia" si el Estado supiera
calibrar su importancia. Pero no sabe. Si habla de la CUP es para
aconsejar a los de JxS que se alejen de los "radicales".
Sin
embargo debiera preocuparse porque ese "sí" reafirma la voluntad
mayoritaria del Parlament de celebrar el referéndum en septiembre. A los
efectos, los de la CUP avisan por boca de Arrufat de que es un sí "condicionado a la celebración del referéndum".
Una advertencia creíble porque, al fin y al cabo, el voto de la CUP ha
sido 39 a favor, 22 en contra y dos abstenciones. Aunque, por el
momento, parece redundante. No hay razón para dudar de la palabra de
Puigdemont, quien afirma que el referéndum se hará y será vinculante.
Y eso en un ambiente cada vez más enrarecido y crispado si, además de negarse en redondo a negociar, el Estado sigue con su política de persecución policial del independentismo. Encontrar formas de entenderse con alguien a quien se intenta meter en la cárcel no es tarea prometedora. Si, además, no se quieren encontrar, la tarea es absurda.
Pero a ver cómo paran ustedes ese referéndum sin meterse más y más en el laberinto.
Y eso en un ambiente cada vez más enrarecido y crispado si, además de negarse en redondo a negociar, el Estado sigue con su política de persecución policial del independentismo. Encontrar formas de entenderse con alguien a quien se intenta meter en la cárcel no es tarea prometedora. Si, además, no se quieren encontrar, la tarea es absurda.
Pero a ver cómo paran ustedes ese referéndum sin meterse más y más en el laberinto.
Vuelve el Bautista
Tengo entendido que Susana Díaz llegó a
la famosa reunión del 1º Vendimiario diciendo que no se iba de allí sin
la cabeza "de ese". Se non è vero, è ben trovato. Nos da la
imagen de Herodías en el palacio del tetrarca pidiendo, y obteniendo, la
cabeza del Bautista. Y yo comparándola con Lady Macbeth. Herodías está
mucho mejor.
Y
he aquí que el Bautista ha recuperado su cabeza (por eso dice que no es
el de hace tres años), se la ha puesto sobre los hombros y se ha
presentado en la corte de su hipotética contrincante a continuar con su
prédica en contra de los vicios del Tetrarca Rajoy y su cortesana
Herodías. Por eso ha proclamado su candidatura en loor de multitud en un
simbólico Jordán, un estanque muy oportuno para completar la imagen.
En
estos momentos, el PSOE se estremece entre el ardor y el frío, entre el
entusiasmo y el abatimiento. Los sanchistas ya tienen lo que anhelaban:
un candidato que ensombrece las tristes apariciones del primer
espontáneo, Patxi López, a cuyo actos no van ni los suyos y que anda
pidiendo paz por los medios sin que nadie le preste mayor ataención.
Las
miradas convergen sobre Díaz, que se ha puesto nerviosa. Le ha salido
la vena autoritaria, pues la tiene pronta, como el genio, y ha asegurado
que ahora "no toca hablar de liderazgos"
porque debe de pensar que es ella quien decide de lo que toca hablar en
cada momento. Lo importante, dice, es el congreso porque en él se
ganarán las elecciones. Le ocurre lo que a Rajoy, que no sabe ni de lo
que habla: ¿o no ha sido la gestora, es decir ella, quien ha puesto la
elección del SG antes del congreso, contra toda lógica y raciocinio?
Así de seguros estaban de que iban a ganar las primarias. No contaban con el regreso del Bautista.
Otro asunto es qué efecto tendrá este retorno en la política española y en la izquierda en concreto.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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