La salida del Reino Unido del Mercado Común Europeo, según anunció el
martes en Londres la primera ministra británica, (el llamado Brexit que
tanta división ha producido después del discutido referéndum), ha
producido un verdadero terremoto político en toda Europa y en sus
Instituciones, aunque ya se sabía la dura postura que iba a tomar la
sucesora de Cameron, una de las pocas figuras de su gabinete que había
defendido la permanencia en la Union.
Este miércoles, desde la canciller Angela Merkel, que ha pedido
unidad a los 27 países que permanecerán en la UE tras la salida del
Reino Unido, hasta Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión
Europea, que ha advertido que “aquellos que piensan que este es el
momento de romper la UE y convertirlas en pedazos, están completamente
equivocados”, pasando por Michel Barnier, el negociador de la UE ante el
Brexit que ha recordado que las conversaciones no comenzarán hasta que
se firme el divorcio entre el Reino Unido y el resto de Europa, es decir
hasta que no se active el artículo 50 del Tratado de Lisboa, todos han
querido opinar sobre algo que afecta al futuro de la Unión en unos
momentos claves para el mundo.
A menos de dos meses de esa activación que abrirá́ un periodo de dos
años para la salida del Reino Unido de la UE, Theresa May sigue
inspirándose en Margaret Thatcher en su relación con los asociados
europeos. May ha confirmado la posición del Gobierno británico en lo que
respecta al Brexit: la prioridad consistirá en recuperar el control de
la inmigración aunque esto obligue a salir del mercado único. Ese es
el mensaje inflexible que lanzó el Martes la primera Ministra, mucho más
cerca de la América que está diseñando el nuevo presidente Donald
Trump, una América proteccionista, que de la Europa a la que el señor
Trump, quiere marginar tanto económica como militarmente.
Probablemente, la señora May que se habrá inspirado, encantada, en
las declaraciones del presidente norteamericano a dos periódicos
europeos: el Times de Londres y el Bild de Berlín. En
su primera entrevista a medios europeos, Donald Trump auguraba este
lunes la descomposición de la UE, manifestaba su alegría con el Brexit,
describía la OTAN como anticuada y sugería levantar las sanciones contra
Rusia. Se sabía desde hace tiempo que el presidente electo tenía
opiniones controvertidas acerca de la política exterior. Pero parecía
también, que, después de su victoria las presentaría de una manera más
moderada y sensata. La primera entrevista para los medios europeos muestra que eran ilusiones. Trump dice sin andarse por las ramas que la
UE se descompondrá. Y aprecia que los británicos tomaran la decisión
del Brexit. “Será algo excelente”, destaca, y promete a Gran Bretaña
un acuerdo comercial especial dos meses después de que abandone la UE.
De la misma manera hablan sobre la UE algunos populistas europeos. La
líder del Frente Nacional Marine Le Pen (que visitó al presidente
republicano en la Trump Tower de Nueva York), también reclama un
referéndum sobre la salida del país de la Unión. Según el presidente
electo, que tomará posesión este viernes, esta evolución de
acontecimientos (nuevos estados miembros abandonan la UE) es probable.
Una vez más Trump cuestiona también la OTAN y acusa a los miembros de
la Alianza de que no gastan lo suficiente en defensa. Dice que el pacto
de la Alianza Atlantica “está ́anticuado” y a la pregunta ́¿en quién
confía más en Merkel o Putin?, responde:”Ahora en los dos, pero
veremos cuánto durará, puede ser que no mucho”.
Por último, dentro del Reino Unido encontramos dos posiciones
contrapuestas que no responden exactamente a las posturas sobre el
Referéndum ya que son muchos los que se han arrepentido de haber votado
“Brexit”. Esas posiciones pueden resumirse perfectamente en dos
editoriales: uno en The Guardian en contra de la posición de la primera ministra y la del Daily Telegraph, que llega a calificar el discurso de May de “Brillante y excelente”. Para The Guardian
el discurso de la primera ministra sobre el Brexit fue otro desesperado
intento de enmascarar el hecho de que el gobierno no dispone de ninguna
estrategia en lo que se refiere al asunto más definitorio al que se
enfrenta nuestro país en décadas. Fue una mezcla de vagas fantasías y
de amenazas sin sentido para nuestros vecinos más cercanos. “La salida
temeraria del mercado único era algo que no estaba en la papeleta
electoral del mes de junio, pero la primera ministra ha dejado claro que
va a negar al pueblo unas votaciones sobre el acuerdo final. Esto es
increíblemente decepcionante para alguien que cree que la democracia
importa”.
Por su parte The Daily Telegraph mantiene que ”las cosas buenas
llegan a aquellos que esperan y que el excelente discurso de Theresa
May tardó meses en llegar, pero ese tiempo ha estado bien empleado”.
May había votado a favor de la permanencia, así́ que necesitaba tiempo
para pensar en todos los temas con expertos, funcionarios y con su
gabinete antes de decidir de qué manera proceder exactamente. La
primera ministra tiene un plan, y es el adecuado: dejaremos el mercado
único y, en efecto, la unión aduanera, cooperando estrechamente con
nuestros aliados europeos en un amplio espectro de temas e intentaremos
ser el líder mundial del libre comercio. Seguiremos siendo una sociedad
pro- inmigración, pero decidiremos quién queremos que venga. El plan
representa una clase maestra de sentido común y es exactamente aquello
por lo que Reino Unido votó en junio”.
(*) Periodista y economista
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