MADRID.- El exjuez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón asegura en una
entrevista con Vanity Fair, que pedirá el reingreso en la carrera
judicial cuando cumpla la condena de 11 años de inhabilitación que le impuso el Tribunal Supremo.
La sentencia del Supremo tuvo lugar en febrero de 2012,
aunque Garzón había dejado la Audiencia Nacional el 14 de mayo de 2010,
cuando fue suspendido de sus funciones. Fue expulsado de la carrera
judicial y condenado por el delito de prevaricación en la
instrucción del ‘caso Gürtell’ por ordenar la grabación de las
conversaciones entre los encarcelados por esta causa y sus abogados.
El exmagistrado asegura que él sigue siendo juez y precisa que no ha perdido la categoría: “Estoy inhabilitado para ejercer. Cuando cumpla mi condena pediré el reingreso y espero volver a ser juez”.
Recuerda que fue condenado por siete jueces pero que “ningún tribunal ha podido decir si esa sentencia fue justa o no, o si se basó en pruebas aceptables”.
Ahora dice seguir el juicio por el caso que él destapó con la “satisfacción del deber cumplido” y dice estar seguro de que el tribunal “dictará una sentencia justa”.
Pero deja claro que los jueces que participaron en la causa contra él
“tendrán que abstenerse” porque “conocieron los contenidos y, por tanto,
están contaminados”.
“Espero que no se les ocurra formar parte del tribunal que vea en su
día el recurso de casación. Sería sumamente escandaloso”, exclama al
tiempo que denuncia que “el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no ha asumido ni una sola responsabilidad, ni el PP tampoco”, por este asunto.
También se muestra convencido de que el exministro de Defensa, Federico Trillo es el “muñidor de todas las actividades extraprocesales del caso Gürtell”
y de la “cacería” en su contra y cree que “se ha movido siempre entre
las sombras, donde el desmedro se hace virtud y la traicón, hábito”.
Afirma que no echa de menos trabajar en la Audiencia Nacional
y que su círculo de íntimos sigue intacto, pero deja claro que no
disculpa el dolor que le han producido a su madre y aunque asegura que
no sabe odiar, sí precisa que las cosas no se le olvidan: “procuro no ser idiota”.
“No me merece el tiempo de reflexionar sobre el perdón a quienes
tomaron esa decisión. Mi vida sigue, las caídas solo sirven para
levantarse y seguir luchando”, recalca.
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