domingo, 1 de enero de 2017

Tareas para 2017 / Primo González *

A la economía española no parece haberle sentado nada mal la larga etapa de desgobierno por la que hemos atravesado hasta que Rajoy fue aceptado, con resignación generalizada, como nuevo líder del Ejecutivo, aunque con un mandato bastante frágil, cuyos efectos se dejarán notar posiblemente a lo largo del año 2017. Pero en el año 2016, la economía española está a punto de cerrar uno de sus mejores ejercicios desde el año 2007, cuando el aumento del PIB rozó el 4% de subida y dio paso a una cifra total de PIB, ya en el año 2008, de 1,1 billones de euros.

Después de tres años seguidos de salida desde lo más profundo del bache, al que accedimos en el año 2013, la economía española puede alcanzar en este inicio del año 2017 la cota de los 1,2 billones de euros o, si no la alcanza, se quedará muy cerca y desde luego por encima del nivel del año 2008, el máximo histórico alcanzado.

Para empezar el año 2017 en esa cota desconocida desde hace ocho años, el PIB debería haber crecido durante este año que está a punto de terminar en torno al 3,2%, en línea con el avance registrado en el año 2015. Estos dos años consecutivos de expansión económica han permitido a España, por lo tanto, dejar atrás la etapa más dolorosa de nuestra historia económica reciente aunque quedará todavía algún reto pendiente de gran trascendencia.

El más importante de ellos es la recuperación del nivel de empleo y, como segunda tarea, la búsqueda de un cierto equilibrio en las cuentas públicas, ya que el crecimiento de los últimos años y en especial la lucha contra la crisis durante los primeros años de la caída, entre el año 2009 y el ejercicio 2013, han sido años de fuerte recu8rso al crédito, años en los que el país gastó más de lo que produjo, viviendo del crédito tanto externo como sobre todo exterior.

La tasa de paro, que es la forma más didáctica de entender lo que aún resta por recuperar del antiguo esplendor económico, ha retrocedido ya por debajo del 20% e incluso está a punto de situarse en el 19% de la población activa, muy por encima de aquel 8% que se alcanzó en el momento más brillante de la andadura económica. En esa variable, la de reducir al mínimo posible el número de personas sin empleo, la tarea que queda por delante es todavía bastante ardua, ya que 11 puntos de tasa de paro nos separan lo los niveles que tendrían que ser el objetivo irrenunciable de la política económica.

La creación de empleo ha ofrecido cifras bastante positivas en los dos últimos años, pero manifiestamente insuficientes para alcanzar las metas deseables, es decir, las cifras de hace ocho años, con la misma celeridad con la que se está logrando el objetivo de igualar el crecimiento económico respecto a nuestro mejor pasado reciente. Comparados con el conjunto de la Unión Europea, el PIB comunitaria ha igualado ya el del mejor momento de la economía pasada (objetivo alcanzado a principios del año 2016. Un año antes de lo conseguido por España) mientras la tasa de paro en el conjunto europeo se encuentra todavía por encima de la de hace ocho años, pero apenas a unos 3 puntos de distancia.

La tarea española para lograr las metas de recuperación del empleo es, por lo tanto, más ardua que la del conjunto de la UE. Una de las razones que mueve a un cierto optimismo es el hecho de que tanto el ritmo de crecimiento como el de caída de la tasa de paro y la creación de empleo han ido más rápido en España que en nuestro entorno. Es de desear que así siga en el año 2017.


(*) Periodista y economista


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