"Fracaso de la Política" titula hoy El País
su editorial, muy preocupado porque las cosas hayan llegado a este
extremo de que los cargos políticos representativos y democráticos
afronten un proceso penal no por delitos comunes sino por causas
políticas. Es una de sus habituales manipulaciones. La Política no ha
fracasado. La Política no puede fracasar ni no fracasar, como no puede
la química o la contabilidad.
Quienes han fracasado han sido los
políticos. Y muy especialmente los unionistas españoles, que son lo que
tienen mayor margen de maniobra y, por ende, más responsabilidad.
Empezando por el presidente del gobierno, Rajoy el de los sobresueldos,
cuya incompetencia en esto, como en todo, es pavorosa y seguido de su
vicepresidenta, la Ratita Hacendosa que, fuera de enchufar a sus amigas, no sabe hacer la o con un canuto y, por supuesto, los don pelayos de El País.
Corre
una apuesta entre los unionistas, especialmente los más fachas, según
la cual, todo es cuestión de aplicar la ley sin mayores miramientos y se
verá cómo las amenazas de que si se enjuicia y condena a los
independentistas catalanes habrá sublevación, se quedan en agua de
borrajas. Cuando se ilegalizó Batasuna y se encarceló a Otegi también se
dijo que ardería el País Vasco... y no pasó nada. Pues lo mismo ahora:
se aplica la ley, los tribunales hacen su trabajo, los cargos que hayan
transgredido la legalidad sufren la condigna pena y aquí paz y después,
gloria, y en Cataluña no pasa nada.
Vale.
Es una apuesta a partir de hoy. El gobierno no tiene intención alguna
de dialogar o negociar nada con los independentistas, sino que aplicará
le ley vigente. Más concretamente, tratándose de un gobierno tan
corrupto, su ley, la que sienta en el banquillo a un presidente
autonómico, pero no a un ministro responsable político de 62 muertes, no
a otro que se vanagloria de haber realizado actividades ilegales y
destrozado el sistema sanitario catalán.
Después
de la delirante recogida de cuatro millones de firmas "contra los
catalanes", es lo más estúpido que ha hecho el presidente de los
sobresueldos.
Además de golpistas, corruptos
¿Por qué motivo organiza Abel Caballero,
presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, FEMP)
un acto de exaltación de Susana Díaz en Madrid para el próximo domingo,
12 de febrero? Díaz no es alcaldesa, ni concejala en la actualidad ni,
entre sus numerosas ignorancias, se le cuenta una especial sobre temas
locales. ¿Por qué entonces?
Según
parece porque en el gatuperio en que se ha convertido el PSOE luego del
golpe de mano de los submarinos peperos, inspirado por el tándem
González-Rubalcaba y ejecutado por Díaz, este tal Abel Caballero es
partidario de que Díaz llegue a la secretaría general y por eso le
organiza un acto de exaltación, para que venga a lucir su elegante verbo
y refinado porte a la capital de reino.
Pero Susana Díaz -a la que las
encuestas auguran un batacazo si se presenta- todavía no ha anunciado su
candidatura, como sí lo han hecho Patxi López y Pedro Sánchez.
Seguramente, la señora está esperando a ver si algún acontecimiento
feliz le permite suprimir las primarias y proclamarse secretaria general
en otro golpe mano como el que dio el 1º de octubre pasado.
Pero,
si Díaz no es todavía candidata oficial a la SG, ¿por qué se le
organiza este acto? Que le caiga muy simpática al tal Caballero no
justifica que, como alcalde de Vigo, presidente de la FEMP o miembro del
PSOE colabore al lucimiento de la señora, salvo que lo haya hecho con
el dinero de su bolsillo (el de los dos, el homenajeador y la
homenajeada) y las aportaciones voluntarias de sus amigos. Según parece,
sin embargo, el acto está financiado con fondos públicos de varios
sitios, especialmente de la FEMP y se emplean bienes y medios públicos
para su desarrollo.
Si Díaz fuera ya oficialmente candidata a la SG, el
acto de la FEMP tampoco sería de recibo, pero olería menos a utilización
y desvío de fondos. Como se presenta es un acto de confusión deliberada
de lo público y lo privado (un partido político es una asociación
privada), o sea, de corrupción.
Tanto
o más derecho tendrían a ese tipo de actos López y Sánchez, que son
candidatos oficialmente. Sin embargo Sánchez, no solo no cuenta con
apoyo de ningún organismo, incluidos los de su partido (volcados, en
cambio, con la andaluza), sino que tiene que aguantar su hostilidad y
boicoteo permanentes, así como insultos y agresiones en las redes a
cuenta de los trolls de la Junta de Andalucía y los paniaguados del
"susanismo". Y, desde luego, él y los militantes se pagan sus propios
actos.
Hay
una campaña en toda regla para bloquear el acceso de Sánchez a la SG
del PSOE, una campaña no solo de los elementos del PSOE más
reaccionarios y entregados al PP, como Felipe González, Rubalcaba, Bono,
Díaz, etc), sino de muchas otras instancias. Todos los medios son
hostiles el exsecretario general.
El ABC publica una encuesta de GAD3 sobre la pugna por la SG.
Al tener tanto crédito como la palabra de Rajoy, la encuesta tiene que
dar ganador a López porque a Díaz no lo creería nadie, para poder tirar
contra Sánchez. La propia candidatura de Patxi López es otra maniobra
descarada para erosionar las posibilidades del otro. Y aun así, el
asunto no tira. Sánchez está arrasando entre la militancia.
Alarmados
los socialistas-peperos andan tanteando las posibilidades de un cuarto
candidato, Urquizu, al que presentan como opción unificadora, mas
atractivo que Díaz y algún peso intelectual, a diferencia de López. No
tengo a Sánchez por hombre de sólidas convicciones izquierdistas, ni por
un lumbrera. Pero parece honrado y, al lado de Urquizu, es el faro de
Alejandría.
Si
el PSOE quiere remontar, de momento, no tiene más voto que a Pedro
Sánchez. El único que puede ganar a Rajoy para formar un gobierno de
izquierdas similar al portugués, si para entonces queda algo de Podemos
con lo que aliarse.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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