Muchos cantos de unidad en Vistalegre, un ‘abrazo de Judas’ de
Iglesias a Errejón, pero proyectos antagónicos entre ambos dirigentes y
todos a la espera de la amplia votación (mas de 150.000 inscritos habían
emitido sus votos en el día de ayer) cuyo resultado se conocerá a medio
día de hoy.
En principio Iglesias se mostraba ayer confiado en su victoria
mientras la cara de Errejón no reflejaba optimismo. El líder insistía en
que Podemos debe trabajar en la calle y Errejón apostaba por su
discurso transversal en las instituciones, manteniendo ambos sus
posiciones encontradas lo que anuncia una fractura difícil de reparar en
el seno del partido.
Un Podemos joven y con problemas de inmadurez y de luchas de poder
que han llegado demasiado pronto y que revelan que unos y otros están
lejos de de la cohesión y de tener un proyecto político sólido en la
izquierda y viable para la gobernabilidad del país.
Sobre todo porque los verdaderos problemas de España quedaron
relegados en Vistalegre II y fueron sustituidos por las proclamas
enfrentadas sobre el posicionamiento ideológico, organizativo y
estratégico del partido, y no sobre el presente y futuro de España y del
conjunto de sus ciudadanos, o sobre el cúmulo de incertidumbres que
planean sobre la unidad nacional en Cataluña, en Europa y en las
relaciones internacionales.
Veremos que ocurre cuando se levante el telón del resultado electoral
y como acatan unos y otros el resultado. Iglesias ya ha dicho que si no
gana en todos los frentes se marchará de la secretaría general y del
escaño en el Congreso. Y Errejón ha anunciado que si gana su proyecto
político él no será el nuevo líder, lo que provocaría en Podemos un
vacío de poder y un largo y confuso interinato de una gestora (al estilo
de la del PSOE) durante un año.
Lo mas grave de esta situación reside en que si gana Iglesias en
todos los documentos sometidos a votación y especialmente en el relativo
al poder del secretario general la integración de las dos corrientes
mayoritarias será muy difícil o casi imposible de llevar a cabo porque
habría ‘depuración’ del núcleo duro de sus adversarios, y porque Errejón
no aceptaría convertirse en rehén de Iglesias. Y no digamos si la
fractura llega a las instituciones y se rompe el grupo parlamentario en
el Congreso y en otras instituciones del país donde ya ocupan cargos los
representantes de Podemos.
De ahí la gravedad de la situación y los riesgos que conlleva porque
si han sido incapaces de pactar antes de Vistalegre ese pacto todavía
será mucho mas difícil cuando se conozca quienes son los vencedores y
los vencidos. Lo que en cuestión de horas se sabrá, si es que no lo
saben ya Iglesias y los de su cuerda que controlan el aparato del
partido, a la vista de las sonrisas y la aparente euforia del líder
fundador.
(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés
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