miércoles, 15 de febrero de 2017

El yerno de la viuda del expresidente de la CAM ensayó el crimen días antes

ALICANTE.- La Policía Nacional cree que el presunto asesino de la viuda del expresidente de Caja Mediterráneo (CAM) Vicente Sala "tuvo tiempo para lavarse y ocultar el arma" en su casa tras el crimen para "posteriormente deshacerse de la misma ya con cierta tranquilidad".

Así lo recoge un informe policial fechado el pasado 8 de febrero, el mismo día de la detención de Miguel López, yerno de la víctima.

En ese documento, la Unidad de Delincuencia Económica y Violenta (UDEV) resume los indicios que, hasta esa fecha, inculpaban al sospechoso y por los que solicitaban al juez José Luis de la Fuente una orden de registro de su domicilio y del concesionario que regenta, Novocar, donde María del Carmen Martínez fue asesinada el pasado 9 de diciembre.

Según los agentes, el detenido, que se encuentra en prisión desde el pasado viernes, tenía un "claro motivo para matar" a su suegra, pues la "tensión familiar era insostenible, especialmente para él" ya que "su negocio podía estar en peligro".

En esta línea, apunta el informe, "la lucha por dinero y poder" en el seno de la familia "queda fuera de toda duda, como atestiguan los acontecimientos" sucedidos en las juntas de accionistas de las empresas.

Sin embargo, el arrestado negó esos problemas familiares cuando fue interrogado, pese a que los problemas eran "evidentes y graves hasta el punto de encontrarse la familia dividida en dos bandos y proferirse amenazas contra la abuela por parte de algunos de los nietos".

Son precisamente dos de esos nietos, hijos de Miguel López, quienes se mostraban "más beligerantes" con la mujer y exhibían hacia ella "un gran sentimiento de odio y rencor" que, en opinión de los investigadores, "solo se entiende" por lo que su padre les ha "inculcado" y lo que han "vivido en su casa".

Para abundar en esta idea, el informe relata cómo el mayor de estos jóvenes publicó en una red social una fotografía suya a la que incorporó el mensaje "jaque mate" horas después de que su abuela hubiera sido asesinada.

El otro, menor de edad, hizo un comentario despectivo hacia la víctima en fechas anteriores al crimen en la misma plataforma, Instagram: "Maldita zorra, decepcionado es la palabra, más falsa que tus putos bolsos".

Respecto a Miguel López, la Policía apunta que preparó la escena del crimen al dejar el vehículo que debía recoger esa tarde su suegra "dentro del lavadero y a oscuras", a sabiendas que no había cámaras de vigilancia y que era "el lugar más idóneo y solitario para matar dentro del establecimiento".

El informe recoge las sospechas de que el presunto asesino ensayó su plan cinco días antes y se aseguró de que el empleado que trabaja en el citado lavadero no estuviera allí el día en que María del Carmen Martínez fue tiroteada.

Los agentes también destacan que López es una persona "instruida en el uso de armas", pues "practica tiro deportivo" y su padre era tornero, por lo que "podría haber fabricado un silenciador".

Además, subrayan que evitara hablar por teléfono en los días posteriores al asesinato y se muestran sorprendidos por el hecho de que él mismo expresara a terceras personas, durante el velatorio de su suegra en el tanatorio, que temía ser detenido.

Por último, los investigadores acusan a López de "mentir" y ocultarles la parada que hizo en su vivienda después de que la víctima fuese asesinada, y añaden que la participación de un sicario en el crimen "se presenta como una opción remota". 


Inventario de la joyas de la víctima


Las declaraciones prestadas en Comisaría por las tres hijas de María del Carmen Martínez -viuda de Vicente Sala, expresidente de la CAM, asesinada en diciembre- tres días después de cometerse el crimen no aportaron datos relevantes sobre la autoría del asesinato pero sí revelaron a los investigadores el enfrentamiento entre dos bandos de la familia Sala, ellas por un lado y su madre y su hermano Vicente por el otro, según publica el diario Información.

El interrogatorio desvela que las hijas, tras ser destituidas como consejeras delegadas del grupo empresarial en una junta celebrada a finales del pasado septiembre, accedieron al día siguiente a la caja fuerte donde su madre guardaba las joyas y las llevaron a un notario con el fin de fotografiarlas y levantar un acta. Luego aseguran que las dejaron de nuevo en su sitio. María del Carmen notó que alguien había entrado en su habitación y así se lo hizo saber a ellas en una conversación con sus tres hijas, en la que también estaba presente la hermana de la víctima, porque a ella sí le desapareció una bolsas con joyas.

Esta conversación fue grabada y la Policía la transcribió al encontrarla en el teléfono móvil de la viuda del expresidente de la CAM. Una de las hermanas, María del Mar, declaró que les recomendaron realizar el inventario por si en el futuro desaparecían estas joyas y explicó que lo hicieron al día siguiente de la junta en la que su madre se valió de la acción de oro para destituirlas como consejeras.

Fuensanta Sala, hija menor de María del Carmen y esposa de Miguel López, encarcelado como presunto autor del asesinato, declaró ante la Policía que ninguna de las hermanas robó nada y que por consejo de los abogados hicieron las fotos de las joyas y también de las antigüedades de su padre.

La esposa de Miguel López confirmó que su marido tenía una relación normal con su madre, aunque indicó que en un par de ocasiones "chocó" con ella.

Añadió que cortó la relación con su madre al empeñarse en intentar transmitir la acción de oro a su hermano Vicente y aseguró que su progenitora nunca fue muy cariñosa con ella. "A mi madre le gustaba mucho el poder y el dinero, todo lo contrario de mi padre, que era muy discreto".

Fuensanta explicó que el día del crimen estuvo por la mañana con su marido en el colegio y a la hora del crimen estaban las tres hermanas juntas.

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