Desde hace tiempo sostengo que periodistas y políticos tienden a
mantener relaciones peligrosas, que pueden llegar a concupiscentes
(apetitos desordenados de placeres deshonestos). Ambos grupos viven en
cierta cercanía, pero la mezcla es complicada y la buena vecindad poco
aconsejable porque nubla la mente de ambos. Políticos y periodistas
tienen distintos intereses, como para vivir en conflicto, en agonía,
porque para unos el elogio siempre es insuficiente y la crítica
desmedida e injusta. Y para los otros la información suministrada o poco
interesante o demasiado interesada.
Por eso sostengo que aunque
cercanos hay que caminar por distintas aceras y con un trato distante,
mejor llamándose de usted. Algún político me ha indicado que aunque por
distintas aceras a veces conviene encontrarse en algún cruce o paso de
peatones. Aceptémoslo porque la distancia no debe significar ignorancia,
todo lo contrario, perspectiva para afinar el juicio.
De la cercanía suele surgir desinformación, encubrimiento,
manipulación, que genera distancia entre los periodistas y su público,
sus jefes, que no pueden ser otros que los ciudadanos que tienen derecho
a saber. El periodismo decente es consustancial con la democracia como
elemento de control del poder, adicional a los mecanismos
institucionales. Y con esa dinámica periodistas y políticos asumen su
función social y política.
Esta semana hay alboroto por el amparo que la Asociación de la Prensa
de Madrid (APM) ha prestado a una decena de periodistas que se sienten
acosados por políticos que figuran en la nomenclatura de “Podemos”. Un
acoso excesivo, desproporcionado en opinión de quienes lo sufren y
también de los directivos de la APM que han valorado los hechos. La
parroquia profesional se ha dividido (nada nuevo) a la vista de los
hechos de forma bastante previsible. Me llaman la atención algunos
comentarios a que trataré de puntualizar para contribuir al debate.
Pablo Iglesias ha respondido que la protesta se dirima en los
tribunales. Me parece un error de juicio, hay mucho más espacio de
debate público para criticar, reflexionar, rectificar o ratificar que el
judicial. Apañados iríamos se todo se dirime en los tribunales.
Algunos colegas sostienen que la APM debería haber intervenido antes y
en otras situaciones similares del mismo partido o de los otros,
especialmente, del gobierno y el partido que le sustenta o de los
propios patronos de la industria. Les invito a repasar los comunicados
emitidos por la APM durante los último diez o veinte años (http://www.apmadrid.es/comunicado) antes de sostener semejante afirmación.
Cada cual es muy libre de elegir donde se coloca, depende de su
juicio y preferencias. En este caso estoy del lado de los periodistas.
Acepto que cada uno de los afectados podría utilizar su propio medio
para denunciar cualquier acoso, requerir el amparo de sus directores…
pero si se han dirigido a la APM, los directivos (que están elegidos con
exquisita democracia y que dedican su juicio y su tiempo generosa y
gratuitamente a una tarea más juzgada que reconocida) a estos no les
queda otro camino que acoger y encabezar la protesta.
Por su propio interés y pulsión los políticos aman y recelan de los
periodistas; tienden a manipularlos y los periodistas hacemos lo que
podemos, unas veces bien y otras no tanto. Pero que cada palo aguante su
vela; el evidente que los señores de Podemos son intensos, seguros de
sí mismos, a veces intolerantes con sus verdades y con el sentimiento de
estar y poseer la verdad. Basta con escucharles. Por eso a veces no
reparan en su propio comportamiento, menos virtuoso de lo que imaginan.
No son los únicos, desde el gobierno no faltan presiones, enredos… como
desde los otros partidos.
Por eso que entre vez y cuanto, frente a unos y otros, alguien
levante el dedo y diga “ya está bien” es muy saludable. Luego cada cual
se arrimará al árbol que más le guste o convenga. Sospecho que los
directivos de la APM (y es público y notorio que he pasado por ello)
saben que no van a satisfacer a todos, que no van a faltar colegas que
vengan a enmendarles la plana con ego poderoso. Este es el tinglado de
la antigua farsa… que dijo Benavente en el prólogo de “los intereses
creados”. Puestos a alinearse lo hago del lado de los periodistas y de la
APM que les ampara.
(*) Periodista y politólogo
No hay comentarios:
Publicar un comentario