miércoles, 8 de marzo de 2017

Periodistas y políticos, cercanías peligrosas / Fernando G. Urbaneja *

Desde hace tiempo sostengo que periodistas y políticos tienden a mantener relaciones peligrosas, que pueden llegar a concupiscentes (apetitos desordenados de placeres deshonestos). Ambos grupos viven en cierta cercanía, pero la mezcla es complicada y la buena vecindad poco aconsejable porque nubla la mente de ambos. Políticos y periodistas tienen distintos intereses, como para vivir en conflicto, en agonía, porque para unos el elogio siempre es insuficiente y la crítica desmedida e injusta. Y para los otros la información suministrada o poco interesante o demasiado interesada. 

Por eso sostengo que aunque cercanos hay que caminar por distintas aceras y con un trato distante, mejor llamándose de usted. Algún político me ha indicado que aunque por distintas aceras a veces conviene encontrarse en algún cruce o paso de peatones. Aceptémoslo porque la distancia no debe significar ignorancia, todo lo contrario, perspectiva para afinar el juicio.

De la cercanía suele surgir desinformación, encubrimiento, manipulación, que genera distancia entre los periodistas y su público, sus jefes, que no pueden ser otros que los ciudadanos que tienen derecho a saber. El periodismo decente es consustancial con la democracia como elemento de control del poder, adicional a los mecanismos institucionales. Y con esa dinámica periodistas y políticos asumen su función social y política.

Esta semana hay alboroto por el amparo que la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) ha prestado a una decena de periodistas que se sienten acosados por políticos que figuran en la nomenclatura de “Podemos”. Un acoso excesivo, desproporcionado en opinión de quienes lo sufren y también de los directivos de la APM que han valorado los hechos. La parroquia profesional se ha dividido (nada nuevo) a la vista de los hechos de forma bastante previsible. Me llaman la atención algunos comentarios a que trataré de puntualizar para contribuir al debate.

Pablo Iglesias ha respondido que la protesta se dirima en los tribunales. Me parece un error de juicio, hay mucho más espacio de debate público para criticar, reflexionar, rectificar o ratificar que el judicial. Apañados iríamos se todo se dirime en los tribunales.

Algunos colegas sostienen que la APM debería haber intervenido antes y en otras situaciones similares del mismo partido o de los otros, especialmente, del gobierno y el partido que le sustenta o de los propios patronos de la industria. Les invito a repasar los comunicados emitidos por la APM durante los último diez o veinte años (http://www.apmadrid.es/comunicado) antes de sostener semejante afirmación.

Cada cual es muy libre de elegir donde se coloca, depende de su juicio y preferencias. En este caso estoy del lado de los periodistas. Acepto que cada uno de los afectados podría utilizar su propio medio para denunciar cualquier acoso, requerir el amparo de sus directores… pero si se han dirigido a la APM, los directivos (que están elegidos con exquisita democracia y que dedican su juicio y su tiempo generosa y gratuitamente a una tarea más juzgada que reconocida) a estos no les queda otro camino que acoger y encabezar la protesta.

Por su propio interés y pulsión los políticos aman y recelan de los periodistas; tienden a manipularlos y los periodistas hacemos lo que podemos, unas veces bien y otras no tanto. Pero que cada palo aguante su vela; el evidente que los señores de Podemos son intensos, seguros de sí mismos, a veces intolerantes con sus verdades y con el sentimiento de estar y poseer la verdad. Basta con escucharles. Por eso a veces no reparan en su propio comportamiento, menos virtuoso de lo que imaginan. No son los únicos, desde el gobierno no faltan presiones, enredos… como desde los otros partidos.

Por eso que entre vez y cuanto, frente a unos y otros, alguien levante el dedo y diga “ya está bien” es muy saludable. Luego cada cual se arrimará al árbol que más le guste o convenga. Sospecho que los directivos de la APM (y es público y notorio que he pasado por ello) saben que no van a satisfacer a todos, que no van a faltar colegas que vengan a enmendarles la plana con ego poderoso. Este es el tinglado de la antigua farsa… que dijo Benavente en el prólogo de “los intereses creados”. Puestos a alinearse lo hago del lado de los periodistas y de la APM que les ampara.


(*) Periodista y politólogo


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