sábado, 4 de marzo de 2017

Contra la corrupción, decencia / Marian Alfonso y María Belén Fernández

Los últimos veinte años estamos siendo gobernados por una clase política denostada, llena de casos de corrupción, que se atrinchera en todas las Administraciones públicas, utilizando mecanismos, entes y dinero públicos con un solo fin: aumentar sus fortunas personales y crear un clan de clientelismo y tratos de favor entre sus amigos y asociados, incluidas empresas, con el fin de desmantelar y desacreditar lo público en favor de lo privado, sin ningún respeto hacia la ciudadanía y sus derechos que supuestamente representan.

Desde la Plataforma Anticorrupción de la Región de Murcia, una asociación ciudadana apartidista de reciente creación, recogemos y representamos el descontento de la ciudadanía ante tanta corrupción en todas las instituciones públicas; queremos hacer visible ese hartazgo en la Región y en el conjunto de la ciudadanía del Estado. 

Queremos demostrar, una vez más, que las ciudadanas y los ciudadanos de este país somos el ultimo resorte de la decencia y de la democracia, el último bastión de la dignidad revindicando la política como servicio público y no como la ocupación de una élite política que sólo defiende a cualquier precio sus privilegios. 

Mientras nuestros corruptos dirigentes se ocultan en la ambigüedad de la letra pequeña de sus pactos de salón, utilizando artificios que aparentemente parecen legales, y no lo son para seguir manteniendo sus cuotas de poder y sus privilegios, nosotr@s salimos a la calle para anunciar en una fiesta de la democracia la primavera de la trasparencia y la honestidad. 

Y mientras ellos manipulan, mienten y se escudan en leyes hechas a medida para protegerse, manipulando a parte de una justicia politizada y servil, nosotr@s defendemos unas leyes firmes contra la corrupción y mecanismos eficaces de control de la gestión de lo público, defendemos a los y las valientes que aún quedan en nuestro sistema judicial, en nuestras Administraciones y en nuestra sociedad; jueces, juezas, los fiscales y las fiscales valientes y honestos, interventores y funcionarios pulcros en su gestión pública y una ciudadanía ejemplar, que a pesar de los recortes, crisis e impedimentos, actúa honestamente y cumple con las leyes y sus obligaciones fiscales en concordancia con las exigencias de la democracia, el pacto social y la solidaridad que todos aceptamos respetar y cumplir por el bien y la armonía de la convivencia en paz.

Esta plataforma ha nacido para quedarse y luchar contra la corrupción con todos los mecanismos legales, con la fuerza de una ciudadanía honesta que no está dispuesta a perder ni un día más los derechos, libertades y garantías adquiridos durante tantos años de lucha. Y decimos alto y claro, con orgullo: que tiemblen los que miran para otro lado, los que sólo persiguen el favor político para medrar. Nosotros defendemos nuestro sistema público.

Estos días nuestra Región vuelve a ser noticia como sinónimo de desvergüenza; desde los representantes de pequeños municipios hasta el presidente de la Comunidad están salpicados por la corrupción, sospechas, denuncias, investigaciones abiertas, etc. No se trata de una manzana podrida, como algunos representantes del panorama político nacional quiere hacernos creer; se trata de un mal endémico, arraigado en nuestra sociedad con una avanzada metástasis que está carcomiendo, debilitando y matando una sociedad antes sana y rebosante de valores y ética.

Esta sociedad es la víctima de la corrupción política, pero realmente en la propia sociedad está el principio de la solución. Por ello la ciudadanía debe jugar un papel importante en la vida política; en la toma de decisiones, en la evaluación y control del ejercicio de lo público que nos afecta a todos y exigir y dotarnos de mecanismos para evitar que los corruptos se cuelen, aniden, infesten, corrompan y destruyan nuestras sociedades. 

No podemos permitir en nuestras instituciones a corruptos y a partidos que protegen y homenajean a esos corruptos, mientras se dejan a miles de ciudadanos, en la calle desahuciados, sin coberturas sociales, con recortes en sanidad y educación pública, con pensiones , trabajos y salarios precarios. Que la corrupción siga siendo no solo un problema político, sino el primer problema económico de la Región de Murcia y del Estado español. La corrupción nos cuesta 90.000 millones de euros al año, la mitad de los sobrecostes causados por el escaso control de las contrataciones públicas. La corrupción explica también perfectamente el modelo económico que nos ha llevado a la crisis: la economía basada en el pelotazo urbanístico y las grandes infraestructuras.

Cuando el poder se concentra en pocas manos y los que tienen que vigilar a los que ejercen el poder son nombrados por los mismos poderosos, la corrupción se plantea como problema inevitable. Por eso desde la Plataforma Anticorrupción de la Región de Murcia queremos exigir un Consejo de Transparencia independiente con más competencias propias, y que se pongan en marcha mecanismos como los de otros países de nuestro entorno que juegan un papel fundamental contra la corrupción, como son los Observatorios Ciudadanos Anticorrupción.

Queremos defender con todas sus consecuencias la soberania popular contra la corrupcion.


(*) De la Plataforma Anticorrupción de la Región de Murcia

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