MADRID.- Los
empleados de banca no han dejado de estar en el punto de mira durante
los últimos años, pero algunos de ellos se encuentran cada vez más
bajo la presión de lo que pueda ocurrir con la nueva oleada de
fusiones en el sector. La fusión de Bankia y BMN, tras la decisión
del FROB, ya ha puesto más que en alerta a los empleados de los dos
grupos controlados por el Estado, según www.capitalmadrid.com
Ibercaja
vuelve a verse las caras con los sindicatos por su nuevo ERE. Unicaja
prepara la salida a bolsa y la sangría no cesa en el BBVA.
Los trabajadores de la banca ya han asumido en sus propias carnes los
fallos de sus gestores o las órdenes (casi imposiciones) que desde la
alta dirección se les determinó en los años de la máxima expansión de
las redes y el negocio. En los últimos años, cerca de 100.000 empleados
de banca han tenido que negociar, en mejores o peores condiciones, su
salida de las entidades a las que pertenecían.
El futuro inmediato pinta aún más inquietante, sobre todo por la
nueva oleada de fusiones e integraciones que se planea desde hace tiempo
para el conjunto del sector. La mejora de la eficiencia y la
recuperación de la rentabilidad perdida son dos condiciones que imponen
ese nuevo sacrificio para los bancarios.
Para este martes 28 de marzo, el dirección de Ibercaja debe de verse
otra vez las caras con los representantes sindicales después de que hace
menos de una semana anunciara un nuevo expediente de regulación de
empleo (ERE) que afectaría a unos 686 trabajadores y el cierre de unas
160 oficinas.
La entidad ahora presidida por José Luis Aguirre y gestionada por
Víctor Iglesias, tras la retirada a cargos de honor por uno de los
grandes defensores de las cajas de ahorros como es Amado Franco, ya se
ha quitado de encima el lastre de los bonos convertibles (cocos)
heredados por la integración de Caja 3.
Sus actuales directivos no tienen prisa por convertir al banco
instrumental creado en una entidad cotizada, algo en lo que sí se ha
puesto ya manos a la obra la Unicaja que hasta no hace mucho presidía el
histórico Braulio Medel y ahora en manos de un veterano como Manuel
Azagua.
Estas próximas y casi obligadas salidas a bolsa permitirían a los
grupos bancarios de mayor tamaño de poder acometer alguna operación
corporativa para poder ganar más cuota de mercado en aquellos
territorios en los que aún no tienen el tamaño considerado como adecuado
para obtener más eficiencia y rentabilidad.
Pero antes de esas esperadas salidas a bolsa, el sector financiero
español está pendiente de los planes del presidente del Popular, Emilio
Saracho. La independencia o la venta del grupo centenario puede provocar
más que un vuelco en las fortalezas de los más grandes grupos, sobre
todo en algunos nichos de negocio o territorios.
Bajo el FROB
La inquietud de los empleados de banca se prolonga hasta los
trabajadores de Bankia y BMN, una vez que las dos entidades bajo el
control estatal del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB)
se hayan plegado a la decisión de su máximo accionista para encarar la
fusión/integración de ambas.
Varios representantes sindicales de Bankia ya advirtieron de sus
temores al presidente del grupo, José Ignacio Goirigolzarri, durante la
junta de accionistas celebrada en Valencia. Goirigolzarri se
comprometió, entonces, a los correspondientes encuentros con los
representantes de los trabajadores. Si no hay grandes duplicidades en
las redes comerciales, sí que se detectará un exceso de plantilla en los
servicios centrales.
BBVA, mientras tanto, tiene pendientes algunos ajustes en su red en
España, incluso después de la integración el pasado ejercicio de
Catalunya Caixa. Su presidente, Francisco González, aún tiene pendiente
la ejecución de su tan conocida transformación digital. Eso sí, FG, en
la última junta celebrada hace un par de semanas en Bilbao, también
reconocía el valor humano en la banca. Los sindicatos mayoritarios en el
grupo discrepan de dicha visión.
Santander ya acometió el ajuste necesario durante el pasado ejercicio
y, por el momento, no se prevén grandes movimientos en sus plantillas.
Bankinter, mientras, ha podido presumir en su recién junta de
accionistas de haber sido el único banco que ha creado empleo neto (379
nuevos puestos) durante el último ejercicio.
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