viernes, 10 de marzo de 2017

¿Quién quiere ser presidente? / Ángel Montiel *

Rosa Peñalver no quiere ser presidenta del Gobierno. Ni para gobernar dos años ni para hacer un papel ´instrumental´ que la obligue a convocar elecciones autonómicas seis meses después de ser proclamada. No quiere. Se lo ha dicho al líder de Ciudadanos, Miguel Sánchez, gracias al cual (y a Podemos, y a su propio partido, el PSOE) es hoy presidenta de la Asamblea Regional. 

El ´tripartito´ imposible ahora para echar a PAS fue un día posible para convertirla a ella en presidenta del Parlamento. Ciudadanos podría requerirla como presidenta de un Gobierno de ´transición´ por el mismo papel institucional que, con Podemos y PSOE, le adjudicaron tras las elecciones aprovechando que la mayoría parlamentaria sobrepasaba en un voto al PP. Pero Rosa es socialista, aunque ahora interprete el papel que le toca y, de entrada, no se presta a sustituir a su secretario general, González Tovar, por mucho que éste no complazca para la ´operación relevo de PAS´ no sólo a Ciudadanos ni a Podemos sino al propio PSOE. 

Es lógico que Rosa se resista, porque aceptar la propuesta implícita cuando ni siquiera hay indicios de que la ´operación censura´ se desarrolle y, menos aún, que se desarrolle con éxito, supondría crear una fractura en el PSOE. Tal vez en una situación extrema, si se produjera, su posición podría ser otra, pero esto es un futurible que no puede preverse.

Pongamos la oreja en los alcaldes socialistas. No se escucha ni una leve brisa. En teoría, el cuerpo institucional del PSOE murciano debiera acompañar a Tovar en su propósito de sustituir a PAS aprovechando que el caso del Auditorio de Puerto Lumbreras pasaba por allí. El actual jefe del PSOE convertiría así una derrota electoral estrepitosa por la que no asumió responsabilidades políticas en un paradójico trampolín para ponerse de nuevo en el photocall que copó como delegado del Gobierno de Zapatero para administrar los primeros recortes sociales del Estado a cuenta de la crisis (para él, entonces, ´desaceleración económica´, recordemos). 

Tovar es una alternativa inválida a PAS, y así lo ven Podemos y Ciudadanos, razón por la cual este último busca una alternativa en el propio PSOE, aunque primero la prefiera en el interior del PP. Los populares temen que la encuentre en Joaquín López, el viceportavoz parlamentario socialista, que sería más del agrado de los alcaldes, aunque éstos conciben otras alternativas para el futuro, empezando por la colega de Águilas, Mari Carmen Moreno. 

Tovar pretende fortalecer su precaria situación política como líder del PSOE a cuenta del ´momento PAS´, el último tren de su equivocada carrera política, en la que suplantó fatalmente a su hija, María González, con la consecuencia de que ahora se ve en una encrucijada en que ni él es el apropiado para sacar adelante al PSOE ni su hija tampoco, y encima ambos obligados a calificar al presidente regional de mentiroso sin reparar en que Rajoy gobierna gracias a que la promesa del ´no es no´ se convirtió en un ´sí por imperativo´, pero en un ´sí´ que cuenta como un ´sí´. Si hablamos de políticos mentirosos disponemos de una baraja muy completa y no todos están en San Esteban.

No es extraño que Patxi López, la patera que los Tovar han encontrado para salvar el pellejo después de su entrega ´incondicional´ al ´sanchismo´, sea convocado a Murcia capital en la campaña de las primarias, mientras Ana Belén Castejón, la vicealcaldesa socialista de Cartagena, hará de anfitriona de Susana Díaz, candidata del aparato de Ferraz para reponer el liderazgo largo tiempo suspendido del PSOE. El poder municipal socialista realmente existente, representado por Castejón, se interpone frente a la operación salvamento de Tovar, que precisa con urgencia del apoyo, no ya de su partido, que guarda silencio, sino de Podemos y de Ciudadanos. 

Pero el resultado de la entrevista del jefe socialista, ayer, con Podemos, sirvió para entrever en la posición del partido de Urralburu un recado envenenado: convidó al jefe socialista a que registrara cuanto antes la moción de censura contra PAS aun a sabiendas de que Ciudadanos no la apoyará; de este modo, Podemos cumpliría su papel mientras el PSOE desperdiciaría la única bala contra la impermeabilidad del PP. Podemos cumpliría así con los suyos sin asumir el fracaso de la moción a la vez que se vería liberado de tener que pactar en la gobernación con González Tovar.

González Tovar, presidente del Gobierno: qué ilusión.


(*) Columnista


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