SANTA COLOMA DE GRAMANET.- Santa Coloma se deshizo ayer del último vestigio franquista que quedaba
en la vía pública. La única calle con reminiscencias de la dictadura, el Pasaje de la Victoria, cambió su nombre por el de Julia Romera Yáñez, una mazarronera y
colomense de adopción llegada de tierras murcianas y que en 1936 se
convirtió en la secretaria general de las Juventudes libertarias del
municipio, según publica hoy El Punt Avui+.
Apenas ayer se cumplían 77 años de la aparición de la
sentencia que la condenó a perpetuidad en la cárcel de mujeres de Las
Cortes. Su destino fue el mismo que el de muchas otras mujeres recluidas
en ese presidio de memoria aciaga. Poco más de un año después moría,
con sólo 25 años, víctima de una tuberculosis que no fue tratada de
manera adecuada y que se agravó por los malos tratos recibidos durante
los meses de reclusión.
La alcaldesa de Santa Coloma, Núria Parlon, hacía un reconocimiento a una vecina que destacó por la lucha por las
libertades y, al mismo tiempo, representaba la inclusión de un nombre de
mujer en el nomenclátor de la ciudad. "Hemos alcanzado el objetivo de
limpiar las calles de franquismo y lo hacemos homenajeando una mujer que
trabajó por los ideales libertarios", explicó Parlon, rodeada de
vecinos.
En el acto estuvieron presentes también familiares de Julia Romera. El
hijo de su primo, José María Guerra, recordaba en nombre de la familia
el camino de la petición, que hicieron ya hace unos años, para que la
ciudad le dedicara un espacio.
Guerra rememoró emocionado los recuerdos
de su padre, que conoció a Julia Romera y que logró mantener vivo en la
familia el recuerdo de la prima desaparecida, pronto hará 76 años. Tuvo
palabras de agradecimiento por el grupo de historia José Berruezo, que
con su labor ha contribuido a sacar del olvido la figura de Julia Romera
y otros luchadores antifranquistas de Santa Coloma de Gramenet.
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