MURCIA.- Un juzgado de Instrucción de Murcia ha admitido la querella que la empresa Atosa, con sede en Santomera, y su representante legal presentaron contra el que fue su director comercial y consejero, V.P.C., por un presunto delito de descubrimiento de secretos empresariales.
La querella fue presentada por el bufete de abogados
murcianos Pardo Geijo, y la misma contiene más de sesenta correos
electrónicos que el querellado envió a personas ajenas a la empresa
querellante.
Para esta, su actuación supuso una vulneración del
compromiso de confidencialidad que firmó en noviembre de 2005, por el
cual tenía prohibido incurrir en las conductas que se recogen en la
denuncia.
Por ese compromiso, debía respetar el secreto profesional,
de manera que tenía vedado desvelar información de la empresa a
terceros.
La querella fue acompañada de numerosas sentencias del
Tribunal Supremo y de distintas audiencias provinciales que refuerzan
las consideraciones recogidas en la misma sobre la comisión de esta
figura delictiva y lo que debe entenderse por protección de datos y
descubrimiento de secretos empresariales.
Dicen los letrados que "es obvio que los hechos narrados en
este escrito de querella afloran demoledores a la hora de dar apariencia
inicial a la vulneración del bien jurídico protegido por el tipo penal
del delito objeto de imputación".
Y añaden que "basta con la revelación a terceros de
información confidencial para consumar el delito, no siendo preciso que
se llegue, efectivamente, a producir un perjuicio a la mercantil o
beneficiar al tercero receptor".
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