MURCIA.- Hace 125 años que se creó la Estación Sericícola de Murcia, referente
de la seda en España, que permitió la cría del gusano de la seda y la
sericicultura hasta los años 70 del pasado siglo, cuando aparecieron las
fibras textiles sintéticas que hundieron un importante sector
productivo cuya existencia se remonta a la Edad Media.
Mañana domingo tendrá lugar en la pedanía murciana de La Alberca la
romería del Cristo del Perdón y la posterior bendición de la simiente
del gusano de seda; una tradición que está muy ligada al trabajo de
investigación con la seda que realiza actualmente el Instituto Murciano
de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA), centro
dependiente la Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente, que se
sitúa en la antigua finca sericícola de la localidad y cuyo banco de
germoplasma conserva más de 50 variedades de morera, la mejor colección
de España y Europa.
Esta romería fue recuperada por la peña huertana 'La Seda', de la
localidad, hace 41 años y sus orígenes se remontan a mediados del siglo
XIX, cuando el gremio de criadores y torcedores de seda, así como los
huertanos de Murcia, encomendaban sus cosechas de gusanos al Cristo del
Perdón.
La avivación de la simiente de los gusanos de la seda coincidía con
la aparición de las hojas de las moreras, hacia mediados de marzo, que
eran su alimento. La cría tradicional proseguía durante el mes de abril.
Mayo y junio no eran meses adecuados para la cría porque el aumento de
la temperatura perjudicaba el proceso. A veces se hacía una cría en
septiembre, pero era de menor calidad porque las hojas de las moreras ya
estaban muy duras y no tenían el mismo poder nutritivo.
El IMIDA también realiza la cría del gusano de la seda por el
procedimiento tradicional. No obstante, puede obtener gusanos de seda en
cualquier época del año mediante una dieta artificial, con lo cual
rompe la limitación estacional que impone la cría tradicional, que se
reduce a un mes, en la primavera.
Esta dieta artificial consiste en un
polvo de hoja de morera deshidratada, suplementado con germen de trigo,
harina de soja y microelementos. Los gusanos se mantienen en una cámara
climática con las condiciones de temperatura y humedad adecuadas.
El grupo de Biotecnología del IMIDA, liderado por el doctor José Luis
Cenís, desarrolla diversos proyectos de investigación desde 2007 que
hacen posible la utilización de la seda en múltiples aplicaciones
biomédicas.
Tradición sericícola
La explicación de que un centro de tecnología agraria y alimentaria
como el IMIDA pueda liderar en un campo como el de los biomateriales hay
que buscarla en sus antecedentes: el actual IMIDA es la continuación
administrativa de la Estación Sericícola de Murcia, fundada en 1892 por
el Ministerio de Fomento. Fue en 1914 cuando se inauguraron las
instalaciones que actualmente ocupa el IMIDA, en La Alberca, que
llegaron a ser el único referente tecnológico de la seda en España.
En aquella época, el 90 por ciento de la seda de España se producía
en Murcia. El cultivo de las moreras, cuyas hojas alimentaban a los
gusanos, fue una actividad agrícola muy importante. La producción de
seda llegó a generar una gran actividad económica.
La Estación Sericícola desplegó su actividad desde 1892 hasta 1976.
Cuando el cultivo y la producción de seda dejaron de ser rentables, la
investigación en dicho centro derivó hacia las modernas tecnologías de
producción agraria (materiales plásticos, invernaderos, riego por goteo,
producción de nuevas variedades).
No obstante, el IMIDA no abandonó el
compromiso con la investigación sericícola, razón por la que, en la
actualidad, lidera este nuevo enfoque de la producción de seda para
aplicaciones biomédicas.
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