MADRID.- Como otras historias de
lealtades, adhesiones inquebrantables y pactos alrededor de Mariano
Rajoy hay que remontarse al Congreso Nacional de PP de Valencia en 2008
para entender las razones del empecinamiento para mantener a Pedro
Antonio Sánchez como presidente de Murcia pese a su imputación en el caso Auditorio, según publica http://www.eldiario.es
Ramón Luis Valcárcel era presidente de Murcia cuando fue designado por
Rajoy como presidente del comité organizador del Congreso de 2008.
El cónclave permitió al actual presidente del partido seguir al frente
del PP, pese a perder las elecciones, gracias al apoyo de un grupo de
barones, entre los que destacó Valcárcel, y dirigentes que lo
apuntalaron frente al grupo liderado por Esperanza Aguirre.
Para entender la gratitud de Rajoy solo hay que
ver cómo cumplió una de sus peticiones. Valcárcel se quería cobrar una
pieza que solo le podía conceder el presidente del partido: evitar que
María Dolores de Cospedal apoyara el nuevo Estatuto de autonomía de
Castilla La Mancha donde se recogía el fin del trasvase Tajo-Segura. El
trasvase era una moneda de cambio innegociable para un presidente de una
comunidad que había sido granero de votos del PP gracias a un
importante apoyo de las zonas rurales y del mundo empresarial
hortofrutícola.
Desde entonces, Rajoy ha
pagado la lealtad de Valcárcel dejándole hacer en el PP de Murcia. Antes
de 2011 el presidente autonómico ya estaba anunciando las bondades
de Pedro Antonio Sánchez, pese a sus variadas imputaciones, como sucesor
para la presidencia del partido y, por ende, para ser el futuro
presidente de la Comunidad.
En 2014,
Valcárcel quería hacer oficial el anuncio de la sucesión para marcharse
como eurodiputado a Bruselas y dejar a Pedro Antonio Sánchez como
presidente de Murcia. Un nuevo caso judicial perturbó los planes del
presidente del PP murciano: saltó una nueva imputación por el presunto
cohecho en la adquisición de un un dúplex que utilizaba como vivienda en
Puerto Lumbreras, ciudad de donde era alcalde.
Sucesor 'de paja'
El imprevisto judicial obligó a Valcárcel a optar por un sucesor 'de
paja'. El elegido fue Alberto Garre, político con más de 30 años en el
PP de Murcia, que había ocupado todos los puestos en la Administración
local y autonómica y, en teoría, estaba a un paso de la jubilación.
Valcárcel se podía marchar tranquilo a Bruselas a la espera de la
absolución de Pedro Antonio Sánchez, que fue designado como consejero de
Educación, para retomar la operación de su apadrinado político.
Pero los oropeles del poder parece que confundieron a Garre, que optó
por olvidarse de quién lo nombró a dedo, saltando contra el delfín de
Valcárcel: "No debe haber imputados ni en el Parlamento regional ni en
el Consejo de Gobierno". El aviso del presidente de Murcia llegó en un
momento en el que Valcárcel empezó a ser acosado judicialmente por su
posible participación en el caso Novo Carthago.
La pugna interna llegó a Génova. Cospedal, secretaria general del
Partido Popular, tomó cartas en el asunto, que terminó con la
defenestración de Garre. "Siempre supo que su nombramiento era por un
tiempo, en mi presencia así se lo comunicó María Dolores de Cospedal. Le
dijo que era para un tiempo, no para repetir, nunca, jamás, como
candidato", explicó entonces Valcárcel. Desde Bruselas, no solo logró
que Garre consiguiera ningún puesto en la Administración autonómica y
también hizo que se le vetara en la lista para el Senado.
Pedro Antonio Sánchez fue absuelto en el caso del dúplex. Fue elegido
como cabeza de lista a las elecciones a la presidencia de la Comunidad
de Murcia, como había programado Valcárcel. En las elecciones de 2015 se
quedó a un diputado de la mayoría absoluta pero consiguió la
presidencia gracias a un pacto con Ciudadanos que hoy está en entredicho
por su imputación.
Desafío a Rajoy
Garre se tuvo que conformar con la presidencia del Comité de Derechos y
Garantías del PP de Murcia. La guerra no había acabado, solo se había
parado hasta que uno de sus protagonistas diera muestras de debilidad. Y
resultó ser Rajoy.
Con el Gobierno en
funciones tras las primeras elecciones, el expresidente murciano volvió a
recobrar el protagonismo perdido al pedir a Rajoy que "dé un paso atrás
por el bien de España y de su partido", ya que no lograba apoyos para
formar Gobierno.
Garre trataba de vengarse a
su manera. No lo consiguió. Rajoy, como en otras ocasiones, resistió y
terminó ganando. El próximo 18 de marzo, Pedro Antonio Sánchez opta
como único candidato a suceder a Valcárcel en la presidencia del PP de
Murcia en el próximo Congreso Regional del partido. Rajoy no puede
dejarlo caer porque se iniciaría una guerra interna por el poder con
final incierto. Además, se lo debe a Valcárcel.
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