miércoles, 26 de abril de 2017

El Indalo, un símbolo profundo y trascendente / Guillermo Herrera *

Como periodista amante del misterio, toda la vida me ha fascinado el significado oculto y secreto del símbolo del indalo, oriundo de mi tierra, Almería, cuyo origen se remonta a la prehistoria de la Humanidad.

El indalo es una figura rupestre del Neolítico tardío o Edad del Cobre que se encuentra en el Abrigo de Las Colmenas, aunque se suele atribuir su procedencia a la cercana Cueva de los Letreros, situada en la falda del Maimón, también en el municipio de Vélez-Blanco (Almería), España.

Durante siglos fue un símbolo de buena suerte y considerado un tótem en el norte y levante de la provincia de Almería, especialmente en Mojácar, donde lo pintaban con almagre para proteger las casas de las tormentas y el mal de ojo. Se le llamaba el «muñequillo mojaquero».

No obstante el símbolo del indalo no es exclusivo del levante ibérico, ya que hace pocos años fue encontrado otro en la Cueva del Tablón en la localidad madrileña de Patones. Además, hay constancia de figuras muy similares fuera de la geografía española: un famoso ejemplo es el dibujo situado en el Templo de Ramsés II en Abydos.

A mediados del siglo XX fue tomado como símbolo y bandera de un movimiento intelectual y pictórico encabezado por Jesús de Perceval, discípulo un poco anárquico de la visión mediterránea del filósofo Eugenio d'Ors. Por su parte, Perceval reivindicaba la postura vital, la cosmovisión de lo almeriense y la esencialidad de las culturas anteriores desde la antigüedad, en un renacer constante del clasicismo considerado como movimiento eterno que se renueva cíclicamente.

Tan fuerte fue el simbolismo del indalo para esos artistas e intelectuales que pusieron a su grupo el nombre de movimiento indaliano. Los indalianos veían en su enseña un hombre ancestral sosteniendo un arco iris y simbolizando un pacto entre el hombre y los dioses para evitar futuros diluvios.

El estudio del dibujo muestra que la figura representa un arquero apuntando hacia el ave que vuela sobre él. La palabra indalo podría tener su origen en la lengua de los íberos: indal eccius, 'mensajero de los dioses'; sin embargo es más reconocido el origen del nombre en homenaje al patrón de la ciudad de Almería, san Indalecio.

MI INTERPRETACIÓN
Muchas son las interpretaciones que se han hecho de este símbolo; tantas que nos podemos perder en especulaciones teológicas bizantinas. Comencemos aclarando que no es un símbolo reptil sino ario, en el buen sentido de la palabra, porque Almería es de Alma Aria, lejos de cualquier connotación política. Esto concuerda con el símbolo solar almeriense del Sol de Portocarrero. El culto solar, igual que el culto al toro, procede de la mítica Atlántida, y dicho culto solar fue heredado por el antiguo Egipto y por las civilizaciones inca, maya y azteca.

Lo segundo es que no es un símbolo regresivo, oscuro ni negativo, sino todo lo contrario ya que representa el impulso evolutivo hacia la luz del ser humano que sostiene un arco iris entre sus brazos, es decir, que transmite energía positiva y por eso mismo protege del mal y atrae la buena suerte. En realidad es una cruz perfeccionada donde se cruzan el plano horizontal terrestre y el plano vertical celeste en un centro perfecto que es el ser humano autorrealizado e iluminado y por lo tanto capaz de bajar la luz del cielo a la superficie de la tierra.

En tercer lugar es un símbolo que transmite equilibrio y armonía entre el yin y el yan, igual que la estrella de David con dos triángulos superpuestos, ya que su parte inferior es masculina y su parte superior es femenina.

Me explico, el indalo está compuesto de dos figuras superpuestas ingeniosamente. La primera figura (masculina) es una estrella de cinco puntas al derecho, cuya punta superior es la cabeza, las puntas horizontales son los brazos, y las puntas abiertas de abajo son las piernas, formando una imagen renacentista como la de Leonardo da Vinci, es decir, un hombre hecho y derecho desplegando su grandeza evolutiva divina.

La segunda figura del indalo (femenina) es el medio círculo superior que puede representar el arco iris o la bóveda celeste, pero también el impulso trascendente del ser humano. Lo curioso es que ambas figuras, es decir, la estrella de cinco puntas y el medio círculo cerrado, tenían el mismo significado en el antiguo Egipto, la estrella de Sirio.

EL MISTERIO DE SIRIO
Sirio, es el nombre propio de la estrella Alfa Canis Maioris, la más brillante de todo el cielo nocturno. En el antiguo Egipto, la salida heliaca de Sirio marcaba la época de las inundaciones del Nilo, y ha estado presente en civilizaciones tan dispares como la griega, la maya y la polinesia. En ocasiones, y coloquialmente, Sirio es llamada “Estrella Perro” a raíz de la constelación a la que pertenece.

Existe un grupo étnico de Mali, los dogones, al que se le atribuye poseer conocimientos tradicionales sobre Sirio que teóricamente serían imposibles de adquirir sin la utilización de un telescopio. En 1.976, el escritor Robert K. G. Temple publicó “El misterio de Sirio”, donde popularizó la idea de que los dogón habían tenido contacto con extraterrestres; que el sistema dogón revelaba un conocimiento preciso de hechos cosmológicos sólo conocidos a través del desarrollo de la astronomía moderna, ya que parecían conocer que Sirio forma parte de un sistema estelar binario, cuya segunda estrella, Sirio B, una enana blanca, había sido completamente invisible al ojo humano.

En teosofía, se cree que las siete estrellas de las Pléyades transmiten la energía espiritual de los siete rayos del logos galáctico a las siete estrellas de la Osa Mayor, para luego pasar a Sirio. Desde allí se envía a través del Sol al dios de la Tierra, Sanat Kumara, y finalmente mediante los siete Maestros de los siete rayos a la especie humana.

En cuanto a instituciones y sus símbolos, quizá el hecho más significativo es que en la bandera de Brasil se encuentra presente Sirio, ya que es una de las veintisiete estrellas dibujadas en ella, donde representa al estado brasileño de Mato Grosso, al oeste del país y uno de los más grandes.

Las referencias a Sirio han sido frecuentes en la tradición literaria. John Milton la menciona en su poema «On the Fifth of November», y Tennyson se refiere a ella en «La princesa». En historias de ciencia ficción, así como en la cultura popular, es bastante recurrente. Ya en 1.752, Voltaire escribió un cuento filosófico sobre un ser venido de Sirio, Micromégas, que podría ser un precursor del género de ciencia-ficción. Los personajes de Rama revelada, de Arthur C. Clarke y Gentry Lee, se dirigen al sistema de Sirio a bordo de una nave generacional.

‘Sirius’ es también el nombre del barco a bordo del que Tintín va en busca de los restos del Unicornio en El tesoro de Rackham el Rojo. El astrónomo Noah Brosch ha realizado conjeturas acerca del nombre del personaje Sirius Black de la serie de novelas Harry Potter de J. K. Rowling, ya que según él la autora podría haberse inspirado en Sirio B (Sirius B en inglés), y recalca su enlace con los perros, pues es un personaje que puede transformarse en perro.


(*) Periodista

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