domingo, 30 de abril de 2017

Vecinos de la provincia de Guadalajara exigen acabar ya con el trasvase Tajo-Segura con una caravana de 14 kms


GUADALAJARA.- Los embalses de Entrepeñas y Buendía poseen a día de hoy un 19% de su capacidad; los vecinos aseguran que el motivo es el trasvase Tajo-Segura. Han organizado por ello este domingo una caravana entre Chillarón y Alocén para buscar la movilización social contra una "ley irracional" aprobada por el Gobierno hace 50 años.

Cerca de un centenar de vehículos han participado este domingo en la segunda marcha, organizada por la Asociación de Municipios Ribereños de los Embalses de Entrepeñas y Buendía, de la caravana de coches desde Chillarón a Alocén para protestar contra el trasvase y la situación de los municipios ribereños.

Tras la primera marcha en caravana de Sacedón a Pareja, bajo el lema #Abrazatuembalse, este domingo han continuado con la convocatoria de movilización de vecinos con el objeto de visibilizar la situación de los pantanos que van bajando sus reservas cada vez más debido a la escasez de lluvias de esta primavera.

La protesta ha arrancado de la Plaza Mayor de Chillarón del Rey, donde se han podido ver a vecinos tras una pancarta que rezaba «Tajo-Segura, ni una gota más», desde donde han iniciado camino a la localidad de Alocén, distante 14 kilómetros.

En el viaducto de Entrepeñas ha tenido lugar una de las imágenes simbólicas cuando, al igual que en la primera marcha, los vecinos han vaciado garrafas de agua en el embalse y han exigido, una vez más, que se paren las derivaciones al Levante.

En la última semana Entrepeñas y Buendía han descendido en 15 hectómetros cúbicos y en estos momentos se encuentran al 16,2% de su capacidad y almacenan, a día de hoy, 402 hectómetros cúbicos.

El presidente de la Asociación de Municipios Ribereños, Francisco Pérez, ha vuelto a alertar de la situación «crítica» en la que encuentran los embalses y, también, la general del río Tajo.

Por su parte, el director gerente de la Agencia del Agua de Castilla-La Mancha, Antonio Luengo, ha declarado que «el Gobierno regional va a seguir trabajando, fundamentalmente en recurrir cada uno de los trasvases que se vayan produciendo y exigiendo para la población y la zona el cumplimiento de sus necesidades y prioridades», ha informado la Consejería de Fomento en nota pública.

Luengo ha aplaudido el «nuevo éxito» logrado en la caravana desde Chillarón del Rey hasta Alocén donde «hemos manifestado nuestra oposición a los trasvases que se están llevando a cabo desde la cabecera del Tajo».

«Un éxito que deja testimonio de la unión de los manifestantes para rechazar el expolio al que estamos sometidos los pueblos de la cabecera con respecto a otros de la geografía española, a los que se abastece de agua dejándonos a nosotros sin posibilidad de desarrollo futuro», ha lamentado.

Luengo ha añadido que «desde el Gobierno regional entendemos que el Levante necesita agua para su desarrollo pero, evidentemente, eso no puede significar que sea a costa nuestra, de nuestros embalses y nuestras reservas, que se están quedando prácticamente inexistentes» por lo que ha llamado a poner en marcha las desaladoras.

Todo litro de agua cuenta, por eso un grupo de vecinos vacíaron hoy garrafas de agua en Chillarón del Rey, Guadalajara, mientras gritaban "este pantano lo vamos a llenar"; se trata de un gesto simbólico en defensa del Tajo. "Esto es una calamidad, se le da riqueza quizás a una región, pero se empobrece otra", asegura uno de los participantes en las protestas.

"Yo entiendo que el agua no es propiedad de nadie, es propiedad de todos, pero lo que no puede ser es que se beneficien unos a costa del desastre que nos están haciendo a otros", dice una de las manifestantes. Vecinos de los pueblos que rodean los embalses de Buendía y Entrepeñas no desisten en su lucha contra el trasvase Tajo-Segura.

"Necesitamos que paren los trasvases ya, hemos tenido en años anteriores problemas de abastecimiento y este año, en la situación en la que estamos, seguramente que se van a repetir", explica Francisco Pérez, presidente de la Asociación de Vecinos Ribereños.

Una caravana-protesta es lo que han hecho hoy de nuevo para reclamar una vez más, la suspensión del trasvase a una cuenca, el Segura, en la que ha llovido el doble de lo habitual en lo que va de año y cuyos embalses están mejor que de los que sale el agua en el Tajo alto.

Critican pues la última decisión del Ministerio de Medio Ambiente, que permite trasvasar hasta 20 hectómetros cúbicos a través del acueducto Tajo-Segura: "He pedido a los grupos parlamentarios que piensen un poco con la cabeza y que hagan unas leyes que el trasvase se cambie y unas leyes racionales", asegura Julián Palomar, alcalde de Chillarón del Rey.

Se trata, dicen los vecinos, de un "saqueo" que impide la recuperación del río, amparado en una 'ley irracional' y exigen acabar con el trasvase, adecuar los caudales del río a las necesidades de cada tramo y crear infraestructuras que recuperen, dicen, la débil economía de la comarca.

Los ribereños se quejan de que el trasvase deteriora el propio río y otros afluentes de la cuenca, y alertan de que los pantanos de la cabecera apenas llegan al 14% de su capacidad. "Que paren los trasvases porque nos están arruinando la vida", afirman.  Dicen sentirse engañados y expoliados porque sus cultivos valen menos que los de Levante.

"Ahora mismo necesitamos agua nosotros. La sobrante que se la lleven, pero no nos sobra", aseguran.

Hace 50 años se aprobó el trasvase que mueve al año un máximo permitido de 650 hectómetros cúbicos, una cantidad muy importante ya que, cada hectómetro cúbico equivale a mil millones de litros. Estas cuotas varían por ley, según el agua que lleve el río a principios de cada mes hídrico.

La infraestructura del trasvase entre el Tajo y el Segura cuenta con casi 300 kilómetros de longitud. Comienza en los embalses de Entrepeñas, en el río Tajo, y Buendía, del río Guadiela, en el límite de las provincias de Guadalajara y Cuenca.

El agua es conducida por un canal que incluye once túneles y diez acueductos hasta llegar al embalse de Alarcón. De ahí pasa por el túnel de Talave hasta llegar al embalse sobre el río Mundo, afluente del Segura.

Este trasvase extrae de la cabecera del Tajo prácticamente la mitad del agua que lleva el río en año y medio. Tres cuartas partes de ese agua se utiliza para regadío. Los ecologistas denuncian que la agricultura intensiva es un gran perjuicio para el río.

Además, el aumento de temperatura del planeta está detrás de una mayor evaporación del agua, por lo que la cabecera del Tajo recibe un 30% menos de aportación de agua que hace 10 años. De ahí que pidan que se acabe con el trasvase.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y eso que no saben bien la mafia del agua que hay en Murcia para propagar una falsa escasez y vender cara el agua que acaparan y que sobra en los acuíferos subterráneos